Screwed up mess | One Direction Fan Fiction |

XXXII

London, England.

2014.

Zayn

— ¿Qué os parece si vamos a hacer algo por ahí?  — ofrecí a la nueva parejita insoportable que no paraba de tocarme los cojones morreándose en mi jodido careto.

— ¿El qué? — respondió el falso que había sido amigo mío durante años separando sus labios de la que era mi chica.

— Y a mí qué me dices. — me encogí de hombros y le cogí la mano a Hailey.

Estaba completamente roja y empanada pero me regaló una sonrisa.

El rubio observó nuestras manos entrelazadas y rodeó a la otra de la cintura.

Como esto siga así le pienso estampar una puta papelera en la cabeza.

— Tú sabrás, ha sido idea tuya. —fingió una sonrisa y volvió a besar a Maddison.

— Oye digo yo que los magreos en privado mejor, ¿no? — dijo mi novia girando la cabeza y observando cómo nuestra nueva compañía se comían lo que viene siendo todo el filete.

— ¿Eh? — contestó su hermana, y al segundo se echó a reír.

Pero qué puta guarra eres hija de mi vida.

— Ni eh ni pollas, vámonos a la puta bolera. — propuse al fin cogiendo al rubio de la chaqueta y arrastrándolo hacia delante conmigo.

— Relájate tronco, te veo un poco alterado. ¿Estás bien? — encima con vaciles, lo que me faltaba ya para rematar la jugada.

— Perfectamente, andando.

Emprendimos camino hacia la bolera con las dos gemelas detrás nuestra. No iba a permitir un puto acercamiento más. Estaba harto.

[...]

Una vez llegamos a la mierda de local fuimos al mostrador dónde se encontraba la tía esta que te entregaba los zapatos horrosos aquellos, pedimos el número y nos dirigimos a nuestra mesa.

— ¿Vosotros sabéis jugar a esto? — preguntó Hailey.

— Hombre por favor, me estás subestimando. — le guiñé un ojo mientras me ataba los cordones de los zapatos.

En verdad no tenía ni puta idea de cómo se jugaba a esta mierda, pero era obvio que no iba a decir la verdad.

— Pero si no has cogido una puta bola de estas en tu vida, tío. — dijo Niall cachondeándose.

— Perdona chaval, aquí donde me ves soy el profesional de las boleras. Me llaman Malik el bolero.

¿Malik el bolero? Tú eres gilipollas tío.

Las gemelas se descojonaron en mi puta cara y el rubio las acompañó animado por la gilipollez que acababa de soltar por la boca.

— Ya veremos quién ríe el último.

[...]

Y bueno, parece ser que el último que rió no fui yo de la paliza que me dieron.

Se estuvieron descojonando todo el camino mientras yo ponía la excusa de que me había lesionado la muñeca de haber tirado la bola tan fuerte en la primera jugada. No me creyeron, como era de esperar.

Me habían arrebatado mi título del bolero.

Esto era denigrante. Ojalá hubiera podido llevarme una bola de esas para poder estampársela al bocazas de Niall en la puta cabeza, a ver si por suerte entraba en un coma.