Screwed up mess | One Direction Fan Fiction |

XIX

London, England.

2014

Zayn

— Bueno... yo voy a por Josh. —dijo la morena huyendo de la habitación. — ¡Lo siento, Harry!

Ya, lo sientes, pero bien que vas detrás del otro, puta. ¡No entiendo a las mujeres, joder! Son tan temperamentales y bipolares...

— ¡Suéltame del pelo, zorra! —dijo la voz de Maddison desde la otra habitación.

— ¡Anda, pero si son extensiones! ¡Lo sabía! —carcajeó la otra, para después lanzar otro chillido.

— ¿Qué cojones está pasando?

— Vamos. —dijo el rubio.

Salimos pitando a la habitación de al lado, nos encontramos a las dos hermanas tirándose de los pelos, literalmente. Hasta había mechones rubios tirados por el suelo de la habitación. Joder, qué fiera es Hailey ¿no? Cómo me pone.

En un acto reflejo cogí a Hailey de la cintura, mientras mi amigo cogía a la otra para separar aquella brutal pelea. Se habían vuelto locas. Locas por mí, sonreí internamente.

— ¡Parad, joder! —ordené agarrando más fuerte a Hailey.

— ¿Y tú qué coño haces sujetándome, pedazo de falso? ¡Suéltame y coge a la otra, que bien que te la tiraste tres veces! —escupió Hailey zafándose de mi agarre.

— ¿Se lo has contado? —dije amenazando con la mirada a la otra hermana.

Hizo una mueca y sonrió forzadamente.

— Un poco. ¡Pero no todo! —se excusó esta.

— Me la suda, joder, Maddison. Ven conmigo. —dije acercándome a ella y cogiéndola de la muñeca.

— ¡Venga, echad el cuarto ya de paso! —atacó Hailey verdaderamente sofocada.

— Cuando lo hagamos de nuevo te traeré el condón, hermanita. —le picó su hermana guiñándola un ojo, la otra maldijo y le sacó el dedo corazón.

— Cállate, Maddison. —no soportaba este juego de niñas que tenían entre ellas, me parecía absurdo y mucho más el comportamiento de la que tenía agarrada a mi mano. Parecía una niña de parbulitos cuando le daban un caramelo y se lo restregaba al resto de sus amigos.

Nos separé del grupo en un sitio donde estuviéramos solos y ajenos a todo tipo de molestias y la encaré cruzándome de brazos.

— ¿Y bien? —comencé a hablar.

— ¿Qué? —dijo ella, impasible, como si minutos antes no hubiera hecho absolutamente nada, ni hubiera tirado del pelo a su hermana.

— ¿Cómo que qué? ¿A qué coño se debe ese comportamiento de niña de cinco años, Maddison? Pensaba que eras más madura.

— ¿Estoy hablando con Matusalén? Oh, perdóneme, por haber tirado de los pelos a mi hermana para que dejase de zorrear contigo.

— Tu hermana no zorrea.

— ¿La estás defendiendo?

— Puede.

— ¡Oh, genial! Pues a partir de ahora te la vas a follar a ella. Ah no, que es una estrecha. —sonrió con malicia.

Qué hija de puta.

— Creéme que si fuera por mí me la hubiera follado, es más, estuve a punto. —sonreí de lado, picándola.