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London, England.

2014.

Hailey.

— ¡Madre mía parece que llevo una bolsa de escombros! —dijo Maddison soltando las maletas de mala gana y secándose el sudor de la frente.

— ¿Pero no se supone que estamos en Londres? ¿¡Por qué hace tanto calor si aquí siempre llueve!? —grité resignada.

— Que llamen al botones, por favor. —suplicó Valerie.

— Sois unas exageradas, vamos, que ya estamos en la puerta. —dijo Allison.

La morena —que parecía ser la más serena de todas nosotras en este momento— cruzó la gran puerta que daba paso a la residencia Astor College junto al Regent's Park.

Las demás reunimos todas nuestras fuerzas y seguimos el paso de Allison como bien pudimos.

Entré sofocada a la recepción y desplomé las maletas —mejor dicho: sacos de patatas— en el suelo frotándome las manos, ya rojizas por el gran esfuerzo que acababa de realizar, levanté la vista y lo primero que vi fue rosa, rosa y más rosa, ¿estábamos en casa de la Barbie y no me había enterado?

Giré mi vista hacia la recepción donde se encontraba una mujer de unos cuarenta años aproximadamente, con el pelo recogido en un moño perfecto sin ningún pelo suelto, con expresión cansada pero a la vez sonriente.

Cogí mis maletas como pude y me dirigí a donde estaban las demás.

— Hola, bienvenidas. —sonrió la recepcionista mirando la pantalla del ordenador.— ¡Vaya! qué curioso, sois las dos iguales. —nos miró sorprendida.

— Ehm, sí, nos lo suelen decir. —sonreí.

— Es lo que tiene salir del mismo agujero a la misma hora y el mismo día. —dijo Maddison.

Reímos.

— Bueno, teníamos una reserva a nombre de Allison Cooper, o sea yo —rió Allison.

— Déjeme comprobarlo en el historial de residentes universitarios, un momento, por favor. —tecleó rápidamente en el ordenador y al segundo nos dio el número de las habitaciones.

— Vaya, habéis tenido suerte, de ocho habitaciones dobles que obtenemos, dos de ellas os las habéis quedado vosotras.

— ¿Cómo dobles? —preguntó Valerie extrañada.

— ¿Dobles? —repitió Maddison.

— ¡Dobles! —repetí.

— ¡Muy bien chicas, ya habéis aprendido una nueva palabra! —aplaudió— discúlpalas, en ocasiones les desaparece la poca inteligencia que poseen. Verás, es que teníamos entendido que las habitaciones eran cuádruples, ¿sabe usted? —preguntó Allison.

— Oh, siento decepcionaros chicas, pero las habitaciones que tenemos, son únicamente dobles, es decir, el espacio es reducido y el mínimo de personas requeridas son dos. —aclaró la recepcionista.

— ¿Y no es posible que estemos las cuatro en una sola? Hailey y yo podríamos dormir en el suelo, eh, no nos importa. —dijo Maddison.

Reí.

— Créeme que si por mí fuera os dejaría estar a las cuatro en la misma habitación, —sonrió— pero son normas del establecimiento y como buena trabajadora que soy he de acatarlas, lo siento.

— Discúlpanos un momento. —me excusé.

— Sí, claro.  —sonrió.

Enganché a las demás del brazo y las aparté unos metros de la recepción.

Screwed up mess | One Direction Fan Fiction |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora