Omega

1.2K 173 14
                                    


Elevó la mirada hacia donde venía el chillido, se paró de su asiento de forma inmediata, casi empujando a cualquier persona que se pusiera enfrente, y pateando las mochilas o libros que le impedían el paso, no sabía que pasaba pero algo lo removio en su interior, debía hacer algo.

Parecía desesperado, más bien dicho, estaba desesperado, no sabía porque, intento detenerse pero sus pies no le hacían caso, que estaba pasando con el, no podía hacer nada, el enojo lo estaba cegado, su lobo casi, casi le gritaba que tenía que ir a dónde el grito de esa voz desconocida.

Finalmente dió los últimos pasos, su respiración estaba acelerada de tanto correr, pero aún si se habia detenido no podia calmar los latidos de su corazón, el olor de esa mañana se intensificó, parecía que el dueño de ese olor estaba justamente en ese lugar, lo busco con la mirada y ahí fue cuando lo pudo ver, tragó en seco, y se quedó sin palabras.
como si todo lo que fuese a gritar en ese momento lo hubiera olvidado.

Un Omega, de piel pálida, rasgos gatunos y baja estatura, estaba siendo acosado por un alfa y un beta.

El parecía asustado, parecia que queria aparentar lo contrario, pero el temor le ganaba, estaba sudando, tenia tanto miedo que todos los que estaban ahí vieron como sus piernas temblaban, se escucharon risas detras de el pelinegro, se veia indefenso, acorralado, confuso y preocupado.

Y cuando desvió la mirada a lo que era su mejilla, pudo ver.

Estaba roja.

— Que patético eres, das tanta lastima que casi hasta me dan ganas de dejarte ir — Dijo aquel beta, jaló su brazo y le quito la mochila de los hombros.

Los ojos de jungkook cambiaron a  rojo intenso, su lobo estaba queriendo tomar el control, pero se resistía, sea lo que sea que le haya pasado a ese chico no es su problema, no le importa, no le interesa.

Oh sí?

¡No! ¡Ni siquiera lo conoce! ¿Porque algo le dice que debe ayudarlo? Que ridículo.

Estaba por retirarse, pero ahora no podía ni moverse, todo lo que antes quería hacer era detenerse al correr allí, y ahora ni un pie podía mover.

Pronto el pálido se encontraba tirado, sus manos fueron rápidamente a su estómago, su aire se había ido, y parecía débil, el alfa de cabello rojo se acercó a el y se inclinó a la altura de su cabeza, tomo su cabello y tiro de el — Ni siquiera sé porque me fije en ti, mírate, tan débil, tan estúpido — Se río de forma descarada, y dejó su cabeza de forma brusca.

¿Porque nadie actuaba? algunos pasaron de largo, otros solo se quedaban mirado lo que pasaba, pero nadie hacia nada.

Apretó los puños, y se decidio a hacer algo, no lo toleraba, no podia seguir viendolo asi, habia algo que simplemente no lo dejaba pasarlo de largo, no queria que lo lastimaran más y no dejaria que pasará.

— ¿!Quien te crees que eres!?—Jungkook grito hacia el pelirrojo, apenas volteo, lo primero que recibió de jungkook fue un golpe en su cara, no pudo reaccionar ante eso.

Al carajo no meterse en problemas,  tenia que ayudarlo, tenia que protegerlo.

Se abalanzó contra el chico, y comenzó a golpearlo de forma impulsiva parecía un animal salvaje, los golpes no paraban, pronto todos en la cafeteria hicieron un circulo al rededor de la pelea, hubo unos cuantos gritos diciéndole a jeon que parará y muchos otros diciendo que siguiera.

El beta miraba todo realmente asustado, tenia que encontrar la manera de correr, "Ese idiota esta loco" no pudo pensar otra cosa al ver a su amigo ser golpeado de una forma tan intensa.

Jungkook dejo en paz a quien estaba golpeando para observar a el otro idiota, parecía agitado, se acercó a el lentamente, imitando uno de esos documentales de la vida salvaje donde ves a un león intentar cazar una gacela con tanta discreción para no asustarla

— E-Ey, perdón, déjame ir, no diré nada, p-porfavor —
Jungkook, tomo una bocata de aire y trato de regular su respiración, tomo a el chico de su camisa — Lárgate y déjalo en paz —.

Sin chistar, este asintió y corrió con tanta velocidad como su cuerpo se lo permitía, jungkook dirigió su mirada al omega y al parecer este ya lo estaba mirando, parecía asustado y al borde del llanto, las lágrimas no tardarían en hacerse presentes, y alfa estaba al tanto de eso.

— No te muevas de aqui — Jungkook corrió hacia donde había dejado su almuerzo y tomó su mochila, con rapidez, volvió a correr directo hacia el Omega.
Abrio, su mochila, y busco entre sus apuntes, libretas y una que otra cosa en ella, hasta que la encontró.

Al percatarse de que la pelea había terminado, todos los estudiantes empezaron a esparcirse al rededor de la cafetería nuevamente. Al parecer este encuentro seria el tema de la semana.

Jungkook desde siempre estaba preparado para muchas cosas, siendo quien es, sabía que al final de el día, existia la posibilidad de que regresaría a casa con un golpe, tal vez dos, así que siempre guardaba pequeñas banditas adhesivas para su piel.

Se acercó lentamente justo al lado del pálido y con delicadeza la pegó a su mejilla, justo donde estaba mas rojo, una vez ahí acarició el lugar del golpe suavemente, con la yema de sus dedos, pudo sentir el contacto de su piel con la suya, era muy suave.

Ante esta acción el castaño pudo observar con atención como los ojos de quien lo había salvado dejaron de ser rojos, y volvieron a su color original, uno hermoso.

Jungkook admiro cada detalle de su rostro, se veia tan suave, como un gatito, sus mejillas se veian carmesi, observo sus ojos, tan pequeños, de color avellana, llevó su mano a la cara de este y empezó a quitar el rastro de las lágrimas que querían salir, suavemente sintiendo la sensación de roce entre su mano y la piel del Omega, su corazón se sentia tan cálido por tenerlo tan cerca, y poder sentir su olor, ese que tanto habia estado ansiando oler de nuevo.

El de cabello castaño no reaccionó ante su caricia, jungkook pudo jurar ver una pequeña sonrisa de el, pero tal vez solo era su imaginación, sonrio ante solo imaginarlo.

El altavoz sonó de nuevo, de forma clara.

–Joven Jeon Jungkook, reportese ahora mismo a la oficina de el director–.

Jungkook suspiró y cerro los ojos por un momento, se supone que ya no tenía que meterse en más problemas, pero eso no importaba ahora.

Se levantó, y tomo su mochila dejando a el castaño, tan confuso como conmovido.

DETENCION [ En edición ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora