mala suerte

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Apenas habían pasado dos días desde el castigo para ambos.

Cómo era obvio, tenían que trabajar juntos en algunas cosas, mayormente para los profesores de artes, música, teatro, o cualquier otro taller extracurricular.
Jungkook trataba a toda costa ignorar a el Omega que sería su compañero por el siguiente mes, y cuando decía que lo intentaba, es porque enserio lo hacía, pero su lobo no coperaba en nada.

Siempre insistía en estar pegado a el, incluso cuando aún no tenían los trabajos extras, su olor tampoco le ayudaba mucho, para muchos puede ser muy dulce, para otros irritante, pero su lobo aseguraba que era el aroma perfecto.

Por otro lado, Yoongi, no paso desapercibido el hecho de que jungkook trataba de manter su distancia de el, todo empezó cuando este notó que Jungkook tenía polvo en la cara la vez que estaban limpiando los escritorios de los salones, Yoongi intento quitárselo, pero como si fuera una clase de reflejo protector hacia sí mismo, antes de que el más bajito pudiese apenas tocar la piel de Jungkook este quito su mano con un movimiento brusco.

El alfa se sentía avergonzado ante su acción entonces no se contuvo cuando sintió la necesidad de pedirle disculpas a Yoongi, este solo le dijo que no se preocupara, pero en el generó cierta duda.

Sentia que algo estaba pasando, cuando las personas se alejan de otras es porque se sienten incomodos... ¿no?

¿Porque un alfa tan intimidante, fuerte y gruñón como el, se alejaría de Yoongi?

El apenas alcanzaba su cereal de los estantes, sus pies siempre colgaban de las sillas y sus mejillas eran abultadas.

¡Vamos! ¿!Quien se sentiría amenazado por un Omega así!? De hecho... ¿Quien se sentiría amenazado por un Omega?

Solo si fuera realmente peligroso, pero el pálido solo era un estudiante promedio, solo eso.












Yoongi acababa de terminar su gornada en la preparatoria y de ayudar en ciertas cosas que tenian que ver con la detención, terminó un día más de deberes tareas y estrés.
El día había pasado sorprendentemente rápido, y agradeció por eso, tener que lidiar con un alfa que te ignora, tener trabajos pendientes, y detención consigo, no era lo más agradable ¿Saben?

Yoongi se dirigió a la entrada de el salón de repostería, (que por cierto, era el que les había tocado ayudar hoy)

Tomó su mochila y la colgó en uno de sus hombros, tomo su celular, y acomodó un poco su ropa.
Dió un último vistazo a el aula, el parecer jungkook se había marchado ya, su semblante cayó a uno un poco decaído.

Empezó a caminar mientras pensaba.

De alguna u otra manera, había estado esperando el momento en el que el alfa se acercará a hablarle, se veía buena persona, bueno, cuando hacías a un lado el hecho de que era frío cortante y serio.

Su mirada fue tan dulce y tierna cuando lo ayudo esa vez que sentía que estaba perdido, no podía olvidarla, sus ojos lo habían hipnotizado, nunca estuvo tan cerca de alguien, pudo ver cada una de sus pestañas, cada uno de sus lunares, sus labios rosas que parecía que cuidaba mucho, y una cicatriz que a sus ojos era tan linda como el resto de su cara.

Curó su herida, y después de eso le regaló una sonrisa, en la que juraría que había un brillo único.
Era tan hermosa y sincera, el lo había salvado de una golpiza segura, lo curó, y con una simple mirada y una sonrisa pequeña, le brindo una calma espontánea.

Su mano acarició el lugar con la herida que había provocado el Alfa de aquella vez.
Inconsientemente una sonrisa tímida y pequeña se formó en sus labios, ese chico era divino cuando sonreía.

Cuando menos lo noto, ya estaba fuera de su escuela, suspiró pesadamente, y siguió con su camino hasta su hogar.

El no vivía tan lejos, pero si tenía que caminar por unos 6 minutos más o menos hasta llegar a su casa, le ayudaba a tener una buena condición tanto caminar.
Aunque por alguna razón extraña, tal vez genética, el no desarrollaba músculos en sus piernas, por más ejercicio que pudiera hacer.

Faltaban unas cuadras antes de llegar a su casa, ya quería tirarse en su cama y descansar.
Aceleró un poco el paso, estaba ansioso.

No esperaba lo que paso justo en ese instante.

Dos brazos lo tomaron de los hombros y lo atrajo a uno de los callejones abandonados que había cerca de ese lugar, donde casi nadie pasaba porque parecían de esos lugares de películas de terror.

Lo jaló tan fuerte que terminó cayéndose, y por reflejo cerró los ojos antes del impacto en el cemento de las banquetas.
Su aroma se intensificó, se le hacía conocido, ya lo había olido antes, era agrio, incómodo de oler.

El olor lo fastidiaba de cierta manera.

— Un gusto tenerte conmigo de nuevo Yoongi — una sonrisa sarcástica era lo único que mostró aquel chico ante este.

Y ahí fue cuando lo reconoció, su voz áspera, su olor agrio, su gran fuerza, su forma de hablar, su forma de sonreír.

Era ese alfa.

— ¡Q-Que es lo que quieres! —  intentaba imitar su forma de hablar, pero su voz quebradiza y su miedo eran una mala combinación.

El chico lo notó y su sonrisa se pasó de sarcástica a ser una burlona.

— ¿Que que quiero?... ¿Eres un imbécil acaso? ¡Mierda!, ¡Por tu maldita culpa me amenazaron con expulsarme! Todo se lo contaron a mis padres, y ahora no podré jugar el partido por el que había estado entrenando tanto tiempo... ¡Todo por un idiota como tú! —  Su voz cada vez era más fuerte, estaba dando pasos lentos hacia el Omega con la intención de acorralarlo en la pared más cercana.

— Mira como quedo mi cara por ese idiota, ¿Acaso es tu novio, Min Yoongi? Por eso rechazaste salir conmigo, porque estas de puta con otro idiota — Se río en su cara, su aliento estaba tan cerca de él que podía sentir el olor del tabaco de los cigarros que este había fumado.
— Bien, ahora que tú chico no está ¿Porque no te enseño quien puede tocarte mejor? Después de todo merezco algo después de todas las mierdas que pase por tu culpa — Yoongi se negó, intento salir de donde lo había acorralado, el alfa tomó sus manos y las junto tratando de retenerlo.

Este subió la camisa de Yoongi intentando meter su mano por debajo de su pantalón — ¡No porfavor Kai! — El omega solo podía suplicar que este se apiadara de el pero sabía que no pasaría, estaba apunto de rendirse.

forcejeo un poco más contra el pelirrojo, entonces pudo empujarlo hacia el otro lado a como pudo, corrió como sus piernas se lo permitían apunto de salir de esa avenida, pero de nuevo sintió un jalón que lo hizo casi caerse. — ¿¡Quien te crees que eres idiota!? Deberia de enseñarte lo estúpido que eres al intentar huir — Yoongi sabía lo que venía, y también que no podría hacer nada.

Estaba esperando un golpe pero nunca llegó en cambio dejó de sentir esa fuerza que lo limitaba a moverse, y ahora kai estaba en el suelo.

DETENCION [ En edición ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora