Llamada de atención

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Bla bla bla, jungkook, bla bla bla, irresponsable, bla bla bla, tonto, bla bla bla, detención bla bla bl-...espera ¿!QUE!?

Jungkook no era una persona de escuchar, o prestar atención, o de simplemente darle importancia a las cosas, pero de un momento a otro pudo lograr comprender, estaba en problemas.
Solo escuchaba parloteo de parte de el director y la subdirectora, pero toda su atención apareció cuando  mencionaron la palabra "Detención" simplemente NO.

Jungkook tenia historial por haberse metido en serios problemas en el pasado, y por pasado quiero dar a entender que no ha pasado mucho tiempo desde su ultimo encuentro con algún castigo, como para que de alguna o otra manera acabar en ese lugar, de nuevo, cuando se prometió a sí mismo intentar no causar más problemas, de solo volver a pensar en asientos incómodos, trabajos y el olor a café cargado que los profesores ingerian, le revolvía el estómago.

"Siempre tengo que hacer algo" El alfa no quería admitirlo para otros, ni siquiera para si mismo, pero estaba avergonzado, avergonzado de su forma de ser.

Como si tuviera un problema, cada que intentaba evitar el caos parecía que nunca podría safarse de el, odiaba ser el, odiaba no poder cambiar sus actitudes por más que lo intentará, se repudia a sí mismo por todo lo que había dañado y a todos los que había lastimado por sus acciones.

Y asi fue como un pequeño incidente con pintura en las paredes, volvió loca su cabeza, sentía una opresión en el pecho, ganas de correr, de escapar, no quería que nadie lo viera ni lo conociera, porque después de todo que esperas de alguien que no hace nada bien.
Su orgullo siempre era su mayor enemigo, lo cegaba, lo hacía sentirse importante y actuar como un maldito alfa arrogante que no piensa las cosas antes de decirlas, pero prefiere que nadie vea todo lo que lleva en sus hombros. "No deseo verme vulnerable".

— Solo fue un pequeño accidente, no fue para tanto — ambos superiores miraron a el pelinegro, parecia calmado, como si no le tomara importancia al problema, pero lo que no reconocían en su semblante era que estaba sudando frío internamente, deseaba en verdad que lo pasarán por alto.

La subdirectora tomo la palabra — Joven Jeon, las paredes fueron manchadas de negro y rosa, incluidos a sus compañeros, y a su profesor de álgebra, los instrumentos causaron daños y algunos se averiaron, y usted cree que el daño no fue mucho? — La mujer tomó un espejo de los cajones que tenía el escritorio de madera vieja en el que estaba apoyando los brazos el director. — Y por si no se ha dado cuenta hasta usted está lleno de pintura — La subdirectora le tendió el espejo y jungkook lo tomo con algo de miedo.

"Al parecer el rosa me queda "

Jungkook bajo la cabeza, sabía que estaba en problemas, jimin lo mataría, apenas el primer día de clase, y ya con detención? El director lo vio de reojo y rompió el silencio que se formo — Los daños fueron pocos, algo que puede solucionarse fácilmente, así que da las gracias a la diosa Luna de que está sea una llamada de advertencia solamente — Jungkook parpedeo sin poder creerlo, de pronto sintió un peso menos y al fin pudo dejar de contener la respiración.

— Es el primer día, esperamos que no vuelva a pasar, queda advertido, a la siguiente llamada detención asegurada — El pelinegro suspiro y asintió, tomo su mochila y se retiró de la oficina de sus superiores, cuando salió trago saliva, sentia que su corazón latía rápido por el miedo de un castigo.

— Espero que jimin no esté aquí, me va a degollar, me cortará en pedacitos, y me dará a el cerdo de su abuelo — Jungkook rezo y salió rumbo a su salón ya que pronto seguia Quimica, y no es opción saltarse esa clase teniendo a un profesor tan antipático, se había salvado por esta vez, trataría de evitar visitar la detención menos que antes, de tantas veces que va, ya conoce todos los protocolos, vamos.¿Cuántas veces ha ido?

Ignoro eso y no pudo hacer más que pensar de nuevo en ese olor, volvió a su mente, deseaba volver a olerlo, sentía necesidad por saber a quien le pertenecia.
Uvas cerezas y menta, un aroma peculiar, no muy fuerte, a su lobo le agradaba, cuando lo olió por primera vez noto que había algo especial, pero en fin, eso fue lo primero que le causo problemas, tal vez en el transcurso del día averigüe más del olor, lo que si que no podía evitar era sonrojarse cada que recordaba ese aroma, era tan cautivador, que se sentía irreal, volvió en sí, cuando su estómago empezó a rugir, aún no era momento de ir a la cafetería, y  estaba pidiendo a gritos algo que comer.

Esperaba que pronto fuera receso, estaba realmente hambriento.

DETENCION [ En edición ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora