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Camila logro tranquilizar al bebé, que agradecía que la ayudo a salir de un momento fuerte, una impresión que no esperaba llevarse. Sentía que había sido un sueño y nunca escucho esas palabras que ella que podía decir ya que tanto tiempo y aun no entendía ciertas cosas, sentía que necesitaba que un ángel llegara a ella y le explicara todo, que le ayudara acomodar todo.

-Disculpe me puede dejar en el parque más cercano- le dijo al señor taxista que al escuchar le dijo que si y le recomendó ciertos restaurantes cercas del parque. No tardo más de 10 minutos en dejarla en un parque muy hermoso.

Camila se acercó a la primera banca y se sentó. Dio unas cuantas respiraciones mientras miraba a su bebé, ella iba poder con todo lo que viniera y si Leonardo no pintaba en su camino, ella saldría adelante.


- ¿Camila eres tú?

Camila volteo y se topó con un hombre de traje, ella se le hacía conocido.

-Soy yo Camila, Emmanuel – Emmanuel salía de un restaurante cercas, pero por alguna razón su vista fue más allá de la calle hacia el parque y más en aquella banca donde estaba sentada Camila, sentía que era un sueño ya que no podía creer que era su ex esposa junto a un bebé, su más grande sueño– ¡No lo puedo creer, eres tú!

- ¿Disculpa me conoces? De nuevo disculpa, pero no te recuerdo bien – dijo Camila soltando una pequeña risa y agarraba bien a su bebe.

-Claro soy Emmanuel, no te preocupes yo te puedo platicar de mí y por lo que veo eres mamá – Emmanuel respondió mientras miraba a Camila y al bebe, no podía creer que ella era mamá. Una sorpresa total para el que no podía creer que estaba viva y él podía hablar con ella, lo que más deseaba era tomarla y nunca dejarla ir.

-Muchas gracias Emmanuel, creo que vas a ser de mucha ayuda.

Ya no queda nada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora