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Leonardo aun recordaba aquella llamada, aquella voz que fue como una luz entrando de nuevo a su vida, no podía creer que era ella, sentía que todo había fue un sueño y que en cualquier momento alguien lo iba a despertar. No podía esperar más para poder ver a esa persona.

- ¿Leonardo? – pregunto Camila preocupada ya que después de decir que era ella no escucho nada más que una silla en movimiento y una corta respiración, temía que algo hubiera pasado – Yesenia, creo que algo le paso.

Yesenia le quito el teléfono para tratar de poner al día a Leonardo, aunque sabía que el la odiaría, pero a la vez la amaría ya que ella le estaba regresando una parte de su corazón aquel que él había dicho que había muerto después de la tragedia de Camila.

-Leonardo, necesito que si te encuentras aun en línea me respondas a la de ya, por favor.

-Yesenia, por favor dime que no estoy soñando y que es verdad es la voz de ella... Camila.

-Así es, es ella y no tengo tiempo de explicarte todo por teléfono así que te pido...

- ¿Dónde están? Yo voy por ustedes solo dime donde esta y voy, pero por favor no cuelgues déjame hablar con ella – pedía Leonardo con lágrimas en sus ojos y una sonrisa, aquella que volvió de pronto cuando Yesenia le confirmaba que era Camila.

-Por el momento no creo que sea posible que ustedes se vean, Camila tiene que mucho que asimilar, entender y aceptar. Ella ha pasado por muchas cosas sola y es un impacto que se enfrente a todo en un momento, solo te diré que te llevaras una sorpresa cuando los veas – Yesenia lo dijo con una sonrisa ya que Leonardo se volvería loco al ver a Camila y a su bebé.

- ¿Los? No entiendo nada Yesenia, solo por favor te pido que no te separes de ella y respetare eso que pides, pero ahora yo te pido que tú me expliques todo.

-Por supuesto, pasare en unos días a tu oficina y te explicare todo, pero ya me tengo que ir.

-Puedo despedirme de ella, ¿por favor?

-Ella no está aquí conmigo desde que le quite el teléfono, fue a ver si estaba bien una personita y te tengo que colgar, adiós.

- ¡Yesenia! – grito Leonardo, pero lo único que le contesto fue que la llamada fue cortada, pero en esos momentos sintió que el alma le volvía al cuerpo después de tanto tiempo, que el sol salía después de tanta oscuridad, que podía respirar sin necesidad de ayuda.

Leonardo fue directo a su escritorio para buscar el número de sus suegros, que a pesar de todo se mantenían juntos, sabía que Yesenia le había pedido tiempo, pero él no podía guardar eso para él y menos para su familia que ellos igual que él no iba a creer.

- ¿Si? – Contesto Sara mientras acomodaba un jarrón en la mesa.

-Sara, soy Leonardo.

-Hola Leonardo, ¿cómo estas?

-Bien pero ahorita soy el hombre más feliz de la tierra y esto no podía esperar.

-Leo, me da gusto que te encuentres bien y que quieras darnos la noticia, pero me puedes explicar cuál es esa felicidad, esa por la cual eres el hombre más feliz del mundo.

-Sé que me vas a tratar de loco y no lo vas a creer, pero... disculpa Sara, de la emoción no pregunte por los de la familia – dijo Leonardo con una pequeña risa mientras caminaba con nervios.

-No te preocupes que no se encuentran, bueno Luna si esta, pero pues ya sabes que desde que paso lo de Camila ella no fue la misma, aunque diga que está bien.

-Yo entiendo, pero creo que eso va cambiar muy pronto.

-Bueno ya dime que tengo mucha curiosidad.

-Espero que después de lo que te diga compartas mi emoción.

-Ya dime que cada vez me pongo más ansiosa, no seas cruel.

- ¡Camila está viva!

Leonardo y Sara estuvieron conversando por un tiempo, él le explicaba todo que como fue esa llamada hasta que Yesenia les pidió tiempo. Sara no podía con la emoción mientras escuchaba todo lo que decía, sus lágrimas no se hicieron esperar, no podía creer eso. Camila su hermana se encontraba vivía y por lo que le decía era que muy pronto la iba ver de nuevo.

-Dime tu como le hacemos con tus padres, con todos, mejor dicho.

-Es que ni yo misma puedo creer que está viva, pues debes creerlo y debemos ir planeando la manera de decirlo y esperar su llegada.

-Pero me cuentas que esta con Yesenia y dijo que cuando los veas, o sea que habla de otra persona.

-Así es, pero eso nos preocuparemos cuando la vea en persona. Camila está viva.

Santiago se encontraba sentado en a lado de una ventana, no podía creer que a pesar de toda la vida que quitaba la oportunidad de empezar algo con Camila, sabía que ella tenía que saber la verdad y poder reencontrarse con su familia, amigos y de más, pero era doloroso ver su sueño de estar con ella cayéndose a pedazos.

- ¿Te encuentras bien? – pregunto Yesenia que después de cortar la llamada con Leonardo y ver que Camila se encontraba con su bebé, bajo a buscar un poco de agua, pero su camino fue interrumpido al ver a Santiago con un semblante de tristeza.

-Sí, gracias por preguntar ... ¿todo bien con la llamada?

-Así es, ella hablo poco con él ya que por sorpresa él no podía creerlo y ella se fue a ver al bebé y yo me quede explicándole todo.

-Me imagino la emoción que sintió al saber que el amor de su vida esta vivía y más al saber que tiene un hijo.

- ¿Noto algo de tristeza a ese comentario?

-No es tristeza ni nada, al contrario, a Camila le deseo lo mejor del mundo porque es una mujer encantadora, sensacional, sencilla y ...

- ¿Santiago estás enamorado de ella?

Santiago volteo a ver a Yesenia y solo dijo que si con la cabeza, ya no podía negar nada y menos a la mejor amiga de la persona que amaba, tenía que despedirse nuevamente de aquella ilusión que el mismo se había hecho, aunque el golpe iba ser duro al volver a la realidad.

Yesenia tomo de la mano a Santiago atrayendo su mirada a sus manos unidas, a pesar de todo Yesenia sabia reconocer que Santiago era un buen hombre, pero no podía seguir con esa ilusión de estar con Camila, él debía seguir y encontrar el amor en esa mujer que con él iba ser muy feliz.

-Santiago, deseo de todo corazón que encuentres a la mujer que sea el verdadero amor eterno.

-Gracias por tus palabras Yesenia – Santiago volteo a ver a Yesenia para sonreírle mientras apretaba su mano. Yesenia igualmente le devolvió la sonrisa.

Camila que miraba esa escena a lo lejos esperaba que fueran felices, para ella eran dos ángeles que se merecían todo.

Ya no queda nada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora