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-Gracias por venir Yesenia, te mentiría si te digo que no estuve esperando con ansias esta reunión y más porque es de Camila.

-Al contrario, sé que a lo mejor tu esperabas verla pronto y poder recuperar el tiempo, pero primero quería reunirme contigo para contarte un poco de lo que paso ella, es un milagro que ella está viva.

-Entonces no perdamos tiempo y explícame todo para poder reunirme con ella.

Yesenia le sonrió a Leonardo y empezó a platicarle todo lo que había pasado, esperaba de todo corazón que su amiga y el fueran felices con la familia que formaron, aunque aún no estaban juntos.

Mientras platicaban sobre Camila, ella se llevaba otra sorpresa que nunca se imaginó.

-Pasa, ¿deseas algo de tomar? ¿algo para el niño? – pregunto mientras ayudaba a Camila a sentarse

-No te preocupes, los dos nos encontramos bien. Me gustaría mejor hablar contigo.

-Claro yo te voy a responder todo lo que tu gustes- Christina le respondía con una sonrisa mientras tomaba asiento en la silla de Leonardo.

-Sé que tal vez no me conozcas, pero ni yo sé cómo explicarlo porque todo esta revuelto.

-Si quieres yo me presento, Bueno ya sabes me llamo Christina y soy la novia de Leonardo, mucho gusto.

- ¿La novia de Leonardo? – Camila preguntaba casi sin palabras ya que al escuchar esa presentación le tomo de sorpresa como a su hijo que empezaba a llorar – Disculpa debe tener hambre mi bebé.

-Gustas algo para ordenar que lo manden.

-No, no, no, será mejor que me vaya ya que él bebe tiene hambre y yo necesito dar una vuelta – Camila empezaba a sentirse mareada porque no esperaba esa respuesta y porque fue como un relámpago para ella enterarse.

-Segura? Mira si gustas yo le puedo decir a Leo que viniste y te devuelva la llamada, es más si gustas déjame el número y yo con gusto le paso el recado.

-Claro, mejor te dejo mi número y que él se comunique conmigo después para no dar molestias.

-Claro que no das molestias, Leo es un amor de persona así que no te preocupes que él te llamara.

Christina tomo una hoja y pluma para dárselo a Camila, mientras que ella anotaba el numero Christina notaba que el niño tenía un gran parecido a Leonardo.

-Aquí está el número, por favor dile que me regrese la llamada que lo estaré esperando, muchas gracias – Camila se levantó y agarro bien a su bebe, lo que más deseaba era salir rápido de ese lugar, poder tomar aire fresco y acomodar un poco su cabeza.

-El de inmediato se va a comunicar, te acompaño a la salida.


Christina cumplió con lo que dijo, la acompaño hasta la salida y mirando desde la entrada como ella tomaba un taxi para retirarse. Cuando el taxi ya no más lo vio se acercó al mostrador y pregunto a las recepcionistas.

- ¿Ustedes conocen a la mujer que acaba de irse?

-No señorita Christina, nunca la vimos por aquí en nuestro tiempo.

-Muy bien chicas, me gustaría pedirles un favor enorme.

-Claro señorita Christina, estamos a sus órdenes.

-Nunca pero nunca han visto a esa mujer venir a la empresa y menos decirle al señor Leonardo, ¿de acuerdo? Y otra cosa, esto queda aquí entre nosotras.

-Señorita, pero si él nos pregunta que...

-Que nada, lo repito de nuevo porque creo que no me entendieron. Nunca la han visto por aquí, repítanlo conmigo.

-Nunca ha venido esa señorita.

-Muy bien chicas, bueno sigan con su trabajo y hablamos después.

Christina se acomodó su cabello y se encamino hacia el elevador, mientras lo esperaba una sonrisa en su rostro resplandecía, Leonardo la tenía a ella, ella lo ayudo, ella estuvo con él en los tiempos difíciles así que nada ni nadie iba detener los planes que tenía desde hace mucho tiempo.



Saliendo del elevador se acercó a la asistente de Leonardo, debía evitar que alguna de las personas que tuvieron contacto con esa mujer, le platicaran a Leonardo.

-Disculpe le puedo pedir un favor.

-Claro señorita, en que le puedo ayudar.

-Sé que tiene poco aquí y no sabe quién es esa mujer y me gustaría platicarle un poco sobre esa mujer.

Christina invento una historia de horror, donde dejaba a Camila con malos ojos a su asistente, la misma asistente creyendo toda la mentira, no podía creer que aquella mujer de cara ángel y un bebé precioso fuera capaz de una atrocidad.

-Así que le suplico de favor que Leonardo no tenga idea de su visita, no me gustaría que él se llevara una molestia y más porque el aun la puede perdonar, es lo que menos quisiera una recaída.

-Claro señorita que nunca se va enterar por mí que aquella mujer vino.

-Muchas gracias, no sabe el peso que me quito.

Christina tomo la mano de la asistente y la apretó con cariño mientras ella le devolvía una sonrisa. Tenía que empezar a mover las piezas de inmediato.

Ya no queda nada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora