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Santiago ya se encontraba en aquella ciudad, desde que había llegado se había enamorado de ella, esperaba llevar a su hija después y poder divertirse los dos. Igualmente algo dentro de él no lo dejaba tranquilo desde su llegada, como un presentimiento, algo dentro de su corazón, pensaba en su hija pero ella se encontraba con sus abuelos y su hija sabía que podía comunicarse con él a cualquier hora. Volviendo asacar su celular para saber por el nombre que iba a preguntar, sintió que alguien le tocaba el hombro.

-¿Usted es el doctor Santiago? – le preguntaba un joven con una mochila en hombro y una sonrisa.

-Sí, ¿Y usted es?

-Oh, una disculpe, soy Federico, la persona que lo va a acompañar con la persona que necesita de su ayuda, solo que me hablo el otro doctor y me dijo que lo apoyara en todo – dijo extendiendo su mano hacia Santiago.

-Mucho gusto, es que como apenas iba a preguntar por usted, no sabía que me iba encontrar primero – respondió tomando su mano y devolviéndole una sonrisa – Bueno, vamos con esa persona que necesita la ayuda, por mientras me puede platicar de ella.

-Claro doctor, esta historia es impresionante y no lo va a creer... 

Doña Josefa se encontraba afuera de su casa dando de comer a sus apreciados pájaros, mientras esperaba que su nieta ya estuviera lista para la llegada del doctor, esperaba que la pudiera ayudar ya que ella había sido testigo de las madrugadas de pesadillas y de lágrimas por la ausencia de un hombre que lo llamaba en sus sueños.

-Doña Josefa, ¿Cómo me veo? – Carmen salía con un vestido de flores, zapatillas y una trenza de lado.

-Muy hermosa, que te puedo decir hija, embarazada y hermosa es un lujo – acercándose a ella y a toca su vientre, ese que faltaba poco para que tuviera a su bebé en brazos.

Carmen y Doña Josefa fueron a tomar asiento mientras esperaban a Federico que no debía tardar por el doctor.

-Hija, te quiero preguntar algo pero no sé si me puedas responder, tú sabes.

-Dígame y si puedo recordar algo yo le diré, pregunte no se preocupe.

-¿Te acuerdas de un amor o un hombre que tu amabas?

-Yo...  - Carmen no pudo responder a esa pregunta porque ella estaba también con esa duda, en sus sueños aparecía aquel hombre que la llamaba.

-Y así como le digo doctor, ella fue un milagro y más su bebé, la encontramos en un estado crítico pero no podíamos hacer algo más porque aquí no tenemos los recursos y gracias al doctor que nos prometió que mandaría a otro. Carmen ya es parte de nuestra familia, aquí todos la queremos, ni se diga de doña Josefa que la quiere demasiado.

-Esa mujer debe ser impresionante, no tengo palabras para lo que me acabas de contar. Yo pondré todo de mi parte para ayudarla.

-Mire, ya llegamos, pase que ellas deben estar aquí – invitándolo a entrar a la casa.

-¿Ellas?

-Sí, Doña Josefa y Carmen, mire allá están.

Santiago volteo a donde Federico apuntaba y se quedó sin poder creer lo que sus ojos miraban, sus pertenencias cayeron de sus manos y sus latidos no daban para más. Aquellas mujeres se habían levantado al ver a los dos hombres pero su mayor sorpresa fue ver a la más joven.

-¿Camila?

Ya no queda nada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora