Capítulo 10

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(Pov Emori)

Hace dos días que su amiga Raven fue a su casa a contarle que Becca Franko la había encontrado, bueno, más bien que iba obligarla a trabajar para ella. Lo que no estaba para nada en sus planes es que ella, junto con Camila y Monty también eran parte de ese "acuerdo forzoso", y se sintió la peor persona del mundo al haber arrastrado a sus dos amigos al oscuro mundo en el que ella decidió meterse solita al querer averiguar los hobbies ocultos de su amiga latina.

Y aquí está ahora, a punto de entrar a una de las salas de reuniones de la multinacional tecnológica, con su querida mejor amiga Raven y sus otros dos cómplices. El corazón le bombea sangre al cuerpo con más intensidad de la normal y nota sus pulsaciones llegar hasta la punta de sus dedos cuando entró en la sala y vio que no eran los únicos que habían sido pillados.

-Buenos días a todos- Dijo la señora Franko muy sonriente. La sonrisa de esa mujer era bastante inquietante, mucho más en persona que en las pantallas de anuncios y los carteles que hay por toda la ciudad. -Es un placer para mí veros cara a cara por fin, bienvenidos a Becko Technologies- Les indicó que tomaran asiento, y se percató de que Octavia también estaba allí y ya se había sentado en una de las elegantes sillas de cuero negro. Realmente, no confiaba ni un poco en esa mujer, y mucho menos en la veracidad de sus palabras. -Ya sé que ninguno de los presentes estáis aquí por voluntad propia, pero quiero que sepáis que os estamos agradecidos de todas formas, y que vais a tener un papel muy importante en la misión del robo en el que vosotras dos estuvisteis involucradas- Dijo señalando a Raven y Octavia. – Estamos pasando por un momento complicado en la empresa, el equipo de operaciones está en North Roe, donde se encuentra el carguero, y necesito a otro equipo que lleve a cabo una misión secundaria en Múnich-

-Espere, ¿Múnich? – Pregunta Octavia, interrumpiendo el discurso de la dueña de la empresa. - ¿Y por qué tenemos que ser nosotros los que le hagan el trabajo? Se supone que tiene mucha gente trabajando para usted- La señora Franco permanece estática, desafiando a la chica morena con su mirada, y antes de que Octavia pudiera volver a hablar rompió el incómodo silencio que se había instaurado en la sala.

-Usted va a ser la que viaje a Múnich sí, y va a ser la que me haga el trabajo, y si no está de acuerdo señorita Blake, puede salir de esta sala y en menos de una hora tendrá dos coches de policía en la puerta de su casa para meterla en la cárcel. ¿Le parece buena respuesta? No tengo por qué darle explicaciones de nada a usted- Las palabras de Becca dejaron helada a Octavia, que incluso tuvo que tragar saliva y se apreció el gesto desde la otra punta de la habitación. Esta señora da miedo, nota mental: no llevarle la contraria y acatar todo lo que diga.

-Señora Franko, supongo que Octavia quería decir que, si esta empresa tiene una sede en Alemania, ¿Por qué tenemos que ir nosotros, que no estamos entrenados, ni preparados para algo así? – Interviene Raven intentando salvarle el culo a Octavia, algo que le extraña bastante, ya que ha sido una completa gilipollas con ella. Las facciones de la jefa de Becko se relajan un poco al escuchar a Raven, que realmente, le ha preguntado lo mismo que la chica morena, pero sin agresividad y con respeto.

-Las enviaremos a ustedes porque nuestro equipo alemán está ocupado, y esto es una misión que no incumbe a la sede alemana, sino a la nuestra en América, al ser la sede principal tiene mucho más movimiento que las demás- Explica Becca acercándose a su amiga ahora. – Y no se preocupen, no estarán solas, uno de los mejores agentes de la sede londinense los acompañará en todo momento y coordinará la operación. Ya debería de haber llegado de hecho, lo conocerán en breves momentos. Voy a comenzar a explicarles la misión- Dijo repartiendo unas carpetitas con folios a cada uno de los allí presentes.

- ¡Perdón por el retraso Becca! – Una voz masculina hizo acto de presencia en la sala y un chico moreno de ojos azules entró sin tan siquiera llamar a la puerta. - Clifford empezó a vomitar anoche y me quedé despierto hasta tarde cuidándolo- Se excusó al sentarse en la silla de cuero junto a la suya. Los ojos de la señora Franko lo fulminaron y él solo se encogió de hombros y le dedicó a su jefa una de las sonrisas más bonitas que había visto nunca.

-Os presento al agente Louis Tomlinson, él será vuestro coordinador por así decirlo- Dice la señora Franko masajeándose la sien para recuperar la calma.

-Encantado chicos- Volvió a sonreír asintiendo con la cabeza en forma de saludo.

Tras esa graciosa interrupción y la breve presentación de su ahora "mentor", la dueña de la empresa tecnológica explicó todo lo que tenían que hacer; empezando por la identidad de su objetivo: Alessandro Vita, un famoso hacker. Según la señora Franko, ese señor robó información de la empresa y organizó una subasta para venderla al mejor postor. El equipo de operaciones fue capaz de desmantelar la fiesta privada, pero el hombre escapó, y la misión es encontrarlo y traerlo con vida. Hasta ahí fue capaz de informar la jefa de Becko, ya que recibió una llamada urgente que la obligó a dejar al chico de los ojos azules al mando de la reunión.

-Bueno pues, es hora de ponernos manos a la obra. Voy a ser breve, yo también tengo prisa- El aura que desprendía el joven agente era una totalmente distinta al de su jefa. Le resultaba bastante gracioso y parecía muy tranquilo, al contrario que la mujer que acababa de abandonar la sala, que solo con mirarte podría provocarte un paro cardíaco. – Vamos a viajar a Múnich en dos días. El señor Vita va a asistir a una fiesta en un local muy exclusivo de la ciudad alemana, y vamos a ir de incógnito. ¿Os gustan los disfraces? – Preguntó sonriendo de nuevo, provocando que la mayoría de los presentes fruncieran ligeramente el ceño, ella incluida. -Me tomaré vuestro silencio como un sí tímido. ¿Tenéis alguna pregunta? – Ella sí que tenía una, y la confianza que le transmitía el chico junto con la confianza que sorprendentemente había ido adquiriendo a lo largo de estos meses desde que descubrió los secretos de Raven la empujaron a hablar.

- ¿No eres muy joven para tener hijos? – Llama la atención del chico, y de todos los demás, que fruncen el ceño todavía más si cabe. El chico estalló en carcajadas y se acercó a ella limpiándose una lágrima provocada por el inesperado ataque de risa.

-Clifford es mi perro, no tengo hijos- Contesta volviendo a sentarse en la silla junto a ella. - ¿Cómo te llamas? – Pregunta apoyando la barbilla sobre su mano, mirándola atentamente.

-Emori Miller, y perdón si te ha resultado inapropiada la pregunta, estoy un poco nerviosa- Las caras del resto de sus compañeros hablaban por sí solas; Raven parecía tener escrito en la frente: me das vergüenza ajena amiga, es la primera vez que ha visto a Octavia incómoda con una situación, y Camila y Monty eran un intento fallido de mantenerse serios y evitar reirse. Y todo en conjunto es lo que provocó que sus mejillas se tornaran cada vez más rojas por la creciente vergüenza.

-No te preocupes, puede confundirse cualquiera- Vuelve a llamar su atención el chico, consiguiendo así relajarse un poco. -Bueno, os mandaré la información detallada por correo electrónico y nos veremos en dos días en el aeropuerto. Sé que esto es una locura, yo soy el primero que lo sabe, tengo sobre mis hombros la responsabilidad de cuidar de vosotros pase lo que pase. Y por eso mismo quiero que entendáis que esto es muy importante, si no fuera así, Becca no hubiera recurrido a vosotros.

-Esto no es una locura, es una misión suicida- Intervino Octavia escuetamente a la misma vez que dejaba su asiento y caminaba hacia la puerta.

-Señorita Blake, ¿tengo que recordarle que fue parte de un robo, manejó armas, peleó cuerpo a cuerpo con agentes entrenados y, no menos importante, fue usted la que consiguió secuestrar a la agente Woods? – Octavia tensó todos los músculos de su cuerpo y se detuvo en seco unos segundos antes de retomar su camino y abandonar la sala.

Pompeya: CAPITULO 2 La chispaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora