(Pov Lexa)
No está segura de si lo que ha hecho ha funcionado o no, pero tenía que intentarlo. A pesar de todo, sigue siendo agente de Becko, una guerrera, y una superviviente, como lleva repitiéndose a sí misma todos y cada uno de los días desde que la secuestraron. Y ahí bajo la lluvia, con la cara pintada de negro, ropa vieja y dos cuchillos, es la cuarta vez que se dispone a secuestrar a alguien, como hicieron con ella, pero estas veces con fines mucho más distintos, o eso quiere creer ella.
- ¿Estás en posición? - Pregunta Lincoln por el walkie. Lexa cierra los ojos, coge todo el aire que le permiten sus pulmones y vuelve a abrirlos dejando atrás todo rastro de sentimientos y pensamientos, como si se tratara de un autómata.
-Todo listo, esperando al sujeto- Contesta secamente, preparándose para hacer su trabajo.
-Perfecto, va a llegar a tu posición en aproximadamente treinta segundos, no viene sola. A trabajar, me encargo del hombre y tu de la chica. Mucha mierda Lexa- Ríe su compañero intentando sacarle una sonrisa, como cada día desde que se conocieron.
(Flashback)
Lleva un mes encerrada entre cuatro paredes de hormigón armado, sin ventanas, no sabe si es de día o de noche en estos momentos, pero después de tantos días con la misma rutina, está empezando a controlar cada cuanto tiempo entran a darle de comer, a seguir pegándole, y por último el chico moreno a curarle las heridas.
La puerta metálica se abre dando paso al impresentable de Pike junto a los dos hombres que se dedican a darle palizas y preguntarle cosas relacionadas con Becca Franko y su pasado; y para su sorpresa, esta vez vienen acompañados del señor que habló con ella el primer día, al cual no había vuelto a ver desde que la encerraron.
-Hola Lexa, ¿me recuerdas? - pregunta el hombre con el mismo tono calmado e inquietante de la otra vez. Pero lo único que recibe por parte de ella es silencio.
-Te están hablando estúpida- Grita Pike agarrándole la mandíbula con una de sus sucias manos, haciendo que levante la vista y mire directamente a los penetrantes ojos oscuros del hombre.
-Vengo a proponerte un trato que seguro que te gustará- Sonríe, haciendo que se erice todo el vello de su piel. -Vamos a sacarte de aquí, perdona que te hayamos tratado así este tiempo, pero teníamos que asegurarnos de que no eras una amenaza, y de que no tenías información peligrosa- Prosigue, y lo último la inquieta, "¿Qué tipo de información no debo tener?" piensa para sí misma. -Bueno, al grano, quiero que trabajes con nosotros Lexa, Becko no ha hecho nada por buscarte, ni siquiera siguió al carguero cuando zarpamos- Dice el hombre tomando asiento en una de las sillas de madera vieja.
-Estas loco si crees que voy a ayudarte a lo que quiera que queráis hacer vosotros- Interrumpe Lexa, hablando por primera vez en varios días. La voz sale ronca y a penas perceptible, haciéndola toser después.
-Oh, me esperaba esa respuesta, asique vengo preparado- El misterioso hombre mira a Pike asintiéndole con la cabeza, y este abandona la sala regresando en pocos minutos con la persona que menos esperaba ver en este momento.
- ¡Qué hace él aquí! - Exclama explotando en ira. – Soltadlo, es un niño- Forcejea intentando liberarse del agarre de los hombres de Pike.
-Aden, tu hermanito...- Dice el hombre acariciando el pelo rubio del niño, que mira a Lexa aterrorizado desde el otro lado de la habitación. – Él es nuestro tratado de paz, tus padres creen que está de acampada toda la semana con su clase – Ríe amargamente, provocando en ella unas ganas inmensas de vomitar. - Mi propuesta es que, si tú trabajas con nosotros en el encargo que voy a asignarte, él vuelve a casa en cuanto esté acabado, sin un rasguño y todos felices- Concluye el hombre.
- ¿Y después de ese encargo, yo podré irme también? – Pregunta, sopesando la idea de aceptar.
-Eres libre de irte en cualquier momento- Sonríe maliciosamente. -Pero si te vas, no puedo garantizarte la seguridad de tu familia- Dice cruzando las piernas y endureciendo el rostro. Lexa pierde el control completamente e intenta abalanzarse sobre él gritando y pataleando. -No tienes muchas más opciones... Ahora eres mía Lexa Woods- Termina de hablar levantándose de la silla, y tras varios minutos de forcejeo, Lexa cae de rodillas rendida al suelo.
-Acepto...- Levanta la vista mirando a su hermano que no deja de llorar en silencio.
Asoma la cabeza ligeramente por encima del arbusto en el que está escondida, para localizar a la chica a la que tiene que capturar, que anda hacia ella bastante distraída, buscando troncos de madera y hojas, posiblemente para encender una hoguera. "Pobre chica, no creo que te vaya a hacer falta todo eso" piensa para sí misma suspirando y agarrando un pañuelo blanco de su bolsillo.
Cuando esta justo a su lado, salta hacia ella y la atrapa, colocando el pañuelo blanco en su nariz y su boca, impidiendo a sus pulmones coger aire. La chica forcejea, propinándole varios golpes en sus aún doloridas costillas, y consigue arrancarle un grito ahogado de dolor que hace que pueda zafarse de su agarre y escapar. Corre buscando a su compañero, sin esperar que Lincoln estuviera preparado en la retaguardia para asestarle un golpe en la cabeza que la dejara inconsciente de una vez por todas.
- ¿Estás bien? - Pregunta preocupado, dirigiendo la mirada hacia Lexa, que sale de su escondite sujetándose las costillas con una mano para calmar el dolor.
-Todo bien, menos mal que estabas ahí, ¿y el otro? - Pregunta desviando el tema, le incomoda bastante que Lincoln se ponga protector con ella. Aunque sea buen chico, es del bando enemigo, y aunque este cooperando con ellos, no es por voluntad propia precisamente.
-En el furgón. Creo que ya podemos irnos, dos por día está bien- Contesta el chico adoptando una actitud más seria y borrando todo rastro de preocupación de su rostro, tal y como le ha pedido su compañera con la mirada. Llevan dos meses trabajando codo con codo, y después de tanto tiempo juntos, tiene una ligera idea de cómo piensa y cómo actúa Lexa.
Cargan el cuerpo de la chica en el maletero de la furgoneta blanca y roja adornada en los laterales con unas letras en negro "CINARC", y se ponen en marcha hacia las naves del refugio. Ambos se mantienen en silencio hasta que Lincoln, después de mirar repetidas veces hacia su compañera mientras conduce decide acabar con la tensión en el ambiente.
- ¿Se puede saber qué te pasa Lexa? - Pregunta un poco alterado, consiguiendo que ella deje de mirar por la ventanilla para hacer contacto visual con esos ojos marrón chocolate.
-No me pasa nada, solo me gustaría saber por qué me obligan a secuestrar a gente. ¿Qué mierda les hacen Lincoln? - Pregunta rogándole a su compañero con sus ojos verdes que le explique, aunque sea eso. Se siente tan perdida, y cada día que pasa, tan lejos de su casa, de California. Sabe que está en alguna parte de las islas británicas, que esta colaborando con gente mala a la fuerza, pero nadie le explica qué es lo que pretenden, para qué quieren a toda esta gente, y eso la está matando por dentro.
-Lexa, ya hemos hablado de esto... -Suspira el chico volviendo a mirar la tortuosa carretera. -No van a matarlos, ni a torturarlos ni nada de eso. Lo que te hicieron a ti estuvo mal, y se lo dije a todo el mundo allí, ya te pedí perdón por eso, incluso iba a curarte todos los días. La forma que tienen de actuar no es la mejor, estoy de acuerdo, pero son buenos, solo buscan el progreso y el avance de la humanidad y la ciencia- Concluye volviendo a buscar los ojos esmeraldas de la chica.
-Pues perdona que no te crea Lincoln, no solo me torturaron, ¡Estoy aquí en contra de mi voluntad joder! - Exclama exasperándose. – No me creo esas mierdas del progreso y el desarrollo de la humanidad- Dice cruzándose de brazos.
-Cuando estén seguros de que no sería un problema darte información lo harán, estoy seguro de ello. Asique por favor, no hagas tonterías que puedan ponerte en peligro, estás ganando puntos muy rápido con el jefe, es lo único que puedo decirte ahora mismo- Dice el chico sonriendo. Y no va a engañarse a sí misma, le gusta la relación que tiene con Lincoln, es al único al que no ve como una amenaza constante en ese lugar. Pero eso no quita que no este con los malos...
-Vale...- Contesta asumiendo su derrota de nuevo en esta conversación, que ya han tenido innumerables veces. "Un poco tarde para decirme que no haga tonterías" piensa para sí misma apoyando la cabeza en el frío cristal de la ventana.
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Pompeya: CAPITULO 2 La chispa
ActionBecko Technologies no está en su mejor momento, y Becca Franko está intentando mantener la empresa a flote a pesar de todo lo ocurrido. Un inesperado suceso lleva a Clarke y a las demás hacia tierras británicas y una impensada y sorprendente incorpo...