Nunca creí en astronomía pero ahora tengo la certeza de que los astros se unieron para que mi plan marche sobre ruedas. Ya es sábado, y aunque Rick no se haya aparecido, mi oficina está por rebalsar de gente ansiosa por conocer qué es lo que tengo por decir en relación a la boda.
Quién diría que la ciudad estaría llena de chusmas.
Me escondí en el pequeño cubículo que tenemos como baño, que no es más que cuatro paredes con un retrete en medio, para poder respirar un poco porque aunque aquí esté un poco apretado dentro de la oficina es peor, ni en las fiestas más multitudinarias se pega la gente tanto como acá.
Según lo que pude ver antes de encerrarme hay una amplia variedad de personas de todas las edades allí afuera, y aunque la mayoría son mujeres los hombres también se hacen notar.
Esperaba que vengan algunos curiosos pero no tantos y mi plan es retrasarme lo más posible aquí dentro para dejar que afuera se propicien las conversaciones. Es sencillo: si a las personas les decís que tendrán su primera cita con alguien se pondrán nerviosos, en cambio, si omitís esa información y les das un objetivo en común, como es este caso adivinar por qué me demoro tanto en el baño, inevitablemente iniciaran una charla de la que espero surja el amor.
Escucho que alguien aporrea mi puerta y decido tomar valor y salir de mi escondrijo.
— Aleluya Salmón, creía que me ibas a dejar solo con toda esta muchedumbre —me grita para hacerse oír por sobre las voces de todos.
Miro a mi alrededor y no puedo creer como puede entrar tanta gente en un espacio tan pequeño.
— No esperaba que sean tantos la verdad.
— Escúchame, los vecinos se están quejando por el ruido, creo que deberíamos llevarlos a otro lado —dice refiriéndose al gentío.
— Podríamos caminar hasta mi apartamento, no está muy lejos y allí habrá más lugar —ofrezco sin analizarlo demasiado.
Antes de pensarlo más, me subo a la mesa que está en medio y vocifero que nos acompañen a un lugar más cómodo.
***
No sé qué tan seguro sea dejar entrar a tantos desconocidos a mi casa, pero si encuentran allí algo de valor que me avisen porque con lo único que me estoy manejando en este momento es con billetes chicos.
La multitud se fue dispersando y no todos llegaron a mi casa, algunos se quedaron en el camino enfadados por la demora con respecto al chisme, pero la gran mayoría nos sigue y ni se fija muy bien en el camino porque van concentrados en sus conversaciones.
Obviamente que aproveché y cobré la entrada a mi hogar, para ellos un dólar no es nada pero para nosotros la sumatoria de ese dinero es bastante.
Una vez que estábamos todos en mi comedor me predispuse a contar mi historia, o la versión que tenía permitido decirles.
— Bueno, lo prometido es deuda así que les daré la información por la que vinieron. Ya habrán visto en las noticias que nos encargamos de animar fiestas, más concretamente casamientos —les cuento señalando a Thiago—. Bueno en la mayoría de los trabajos está prohibido tomar alcohol, pero en el nuestro es casi una obligación para estar a la altura de los invitados.
— Si es así, ¿me puedo unir a su emprendimiento? —nos pregunta un hombre haciendo reír a la mujer que se encuentra a su lado.
— Obvio... que no —lo corto—. Como estaba diciendo, en una de estas bodas tomamos mucho más alcohol del habitual y nos hicieron una apuesta, en la que si perdíamos debíamos interrumpir un casamiento, ¿adivinen quién ganó?
Miro algunas caras decepcionadas que seguro habrán esperado una explicación más sorprendente pero no estoy en grado de proporcionárselas a menos que quiera que nos hagan un juicio.
Muchos empiezan a murmurar por lo bajo tratándome de estafador y se empiezan a dirigir a la puerta de mi apartamento, distraído por intentar explicarles que aún podía ayudarlos no vi que alguien se me acercaba hasta que me dio un empujón que me llevo directo al suelo. Sin darme tiempo a reaccionar me dio algunos puñetazos y ante la sorpresa no tuve otra reacción más que dejar que me golpee.
Tenía el abdomen adolorido y la nariz sangrante para cuando Thiago acompañado de uno de los tantos espectadores lograron alejarlo de mí. Me incorporé ayudándome de una de las columnas y miré al hombre dispuesto a insultarlo en todos los idiomas existentes hasta que reconocí su cara.
¡Era el novio al que le arruiné la boda!
Lo malo: parecía muy enojado. Lo bueno: Ya nadie quería irse.
Holiiiis ¿qué tal los trata esta semana? ¿Cuál fue su parte favorita del capítulo? Apareció el novio de la boda interrumpida, espero que eso no signifique problemas... O sí jeje
En el capítulo se habló de astronomía y me da curiosidad, ¿creen en ella? ¿Les gusta saber el signo de las personas con las que se relacionan?
En caso de que sí, yo soy de piscis, ¿y ustedes?
Vamos con un qué preferís: ¿Salir de fiesta o quedarte en casa?
¡Los espero en el capítulo 13! ¿Cuento con tu presencia?
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El animador de fiestas
General FictionSimón se encarga de animar fiestas y hacer que todos pasen una linda noche. Él disfruta demasiado su trabajo y junto con su socio son conocidos en el sector, lo que atrae muy buenos clientes. Uno de los cuales le hace una propuesta sorprendente: T...