Capítulo 19

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Yo no sé cómo teniendo una tecnología tan avanzada todavía no han inventado la capacidad de dividirse en varias personas para estar en muchos lugares al mismo tiempo. Ahora mismo me gustaría estar escuchando detrás de la puerta de la casa de mi hermana su conversación con Thiago y ver cómo reacciona él ante la noticia. También quisiese estar frente a Segundo para confirmar si mis teorías respecto a su relación con Brenda son ciertas, y de serlo renunciar a su trabajo para poder partirle la cara por su toxicidad.

No obstante, ante todas esas opciones me quedé en mi apartamento esperando a que mis alumnos llegasen para dar comienzo al primer encuentro en el que hablaré un poco de qué es el amor (busqué una definición en Internet para que me sea de ayuda) y de cómo podemos encontrarlo y mantenerlo.

— Buenas tardes alumnos —digo tomándome muy en serio mi papel—. Espero que ya hayan ojeado el material de lectura que les envíe al grupo hace unos días.

— Sí, señor Cupido —me responden ellos cumpliendo mi pedido de que me denominen de esa forma.

— Bueno, entonces ya sabrán que el amor es algo vital para nuestras vidas, es un sentimiento que nos puede llenar de alegría o de tristeza si no sabemos protegerlo. La mayoría de los aquí presentes, ya habrá pasado por una o más separaciones, ¿estoy en lo cierto? —pregunto deteniendo mi mirada en cada uno.

— ¡Si sabré de eso! Ya perdí la cuenta de la cantidad de novias que tuve a lo largo de mi vida —dice en alta voz un hombre canoso.

— Yo pasé por una y aún no me recupero —dice casi al mismo tiempo la señora que está sentada a su derecha.

— Aún no sé definir si lo que pasó fue una separación porque nunca fuimos nada —responde tímidamente un chico de mi edad.

Y así fueron tomando la palabra cada uno de los restantes. Yo escuché atento anotando mentalmente sus respuestas para poder tenerlas en cuenta en el momento que sdeba emparejarlos.

— Imagino que el detonante de esas separaciones fue uno de estos: una infidelidad, falta de apetito sexual, opiniones contrarias ante un hecho importante y bla bla bla creo que ya se entendió la idea —enumero—. Pero si lo analizamos con atención la respuesta es mucho más sencilla: no pudieron resolver sus conflictos de pareja, ¿Y eso por qué?

Mi pregunta los deja pensando por algunos segundos en los que aprovecho para buscar una postura cómoda en el escenario improvisado que hice: cajas de revistas viejas apiladas una sobre otras.

Distintas respuestas fueron surgiendo y me maravillé ante el entusiasmo que le ponen estas personas a participar, acostumbrado a la escuela en la que solo hablaban los traga libros o los que eran obligados por la maestra, no imaginé que también podía ser posible que los alumnos hablasen voluntariamente cuando se les da un buen impulso.

Los minutos fueron pasando muy rápidamente y no note que la hora de clase había pasado hasta que uno de mis alumnos dijo que se le hacía tarde para ir a trabajar. Muchos otros aprovecharon su comentario para escabullirse y los despedí con la promesa de volver a vernos la semana entrante.

El plan inicial era que demos una clase cada uno, es decir, que la siguiente la debería dar Thiago, para poder darles diferentes miradas sobre el mismo tema y así darles un panorama más amplio, sin embargo, disfruté mucho más de lo esperado hablar con ellos. Siento que cada uno me puede dejar una enseñanza de vida diferente y quiero seguir con esto. Me encantaría ver su evolución desde esta que fue la primera clase hasta la última, así que le diré a Thiago que se tome esas merecidas vacaciones de las que tanto habla.

Estoy feliz pero a la vez me siento impotente porque estoy esquivando un tema por no saber cómo encararlo. Debo ir a llevarle la bolsa que se dejó en mi casa a Brenda pero ella me dejo muy en claro que no quería que la volviese a seguir, ¿qué debo hacer: cumplir su pedido y borrarme de su vida o insistir hasta al menos enterarme los pormenores de su vida con Segundo?

La respuesta se me presenta con una claridad sorprendente: ¡Soy un superhéroe, claro que iré a salvarla!


Holiiis mis pequeños animadores, ¿soy la única que quiere estar en ese grupo de autoayuda y recibir los consejos de Cupido?

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Holiiis mis pequeños animadores, ¿soy la única que quiere estar en ese grupo de autoayuda y recibir los consejos de Cupido?

Si estuviesen en el lugar de Simón ¿seguirían insistiendo para averiguar la verdad o se quedarían al margen?

Tema nada que ver con nada pero quiero saber sus opiniones, me quiero cortar el pelo pero hay días en los que me levanto y me gusta como está y días en los que me quiero dejar el corte tipo Dora la Exploradora, ¿soy la única indecisa o esto nos pasa a todos?

¿Alguna vez intentaron cortarse el pelo solos? Admito que en cuarentena lo hice y malió sal, ¿a ustedes cómo les fue con su experiencia de peluqueros?

¡Te espero en el capítulo 20! ¿Cuento con vos?

El animador de fiestas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora