Capitulo 28

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No se que mosca le había picado a Lyanno, pero desde que se fue de mi casa se comportó como un completo extraño.

Y volví a notar su arrogancia y orgullo en su actitud.

Le había escrito varías veces, pero fue en vano. Ya que no me respondió, pero, seguramente estará con su amigo o... estará haciendo lo que ya todas sabemos..

Pero, venga o no, igualmente iba a salir.

Hablando claro, también llegué a un punto donde quiero olvidarme de mi trabajo y todo lo que conlleva.

Abrí mi armario y de ahí escogí un vestido arriba de las rodillas completamente apretado de tiras color negro.

Al mirarme en el espejo noté lo buena que estaba..

- Yo no sabía que me habían crecido tanto
las nalgas. - me gire a verme - eso es porque estoy comiendo bien.

Después de vestirme y haber elegido los tacones perfectos, me centré en mi rostro y empecé a maquillarme.

No tan cargada, pero si algo de color en mi cara, que disimule mis pocas ojeras, y un "poco" de highlight en mis pómulos

Y un labial con un delineado perfecto que resalte mis carnosos y rosados labios.

Y obviamente, mi larga cabellera lisa.

Era raro, pero Lyanno había dicho que me vendría a recoger.. pero, el tiene toda su ropa aquí y aún no ha llegado...

Por lo que..

Salté de un susto cuando escuché el timbre sonar, miré por la ventana y era Lyanno.

- ¿Ya estás li.... - abrí la puerta y se quedó sin palabras - ¿tú eres Angie o ...?

- Bobo. - me reí y pasó -

- Te ves riquísima. - me ve de pies a cabeza - si por mi fuera, ahora mismo te alzaría ese vestido y te penetraría tan fuerte que te haría falta una silla de ruedas...

- Deja la bellaquera para después. - miré sus
labios - ¿vamos?

- Donde sea. - agarra mi mano -

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Estaba vez íbamos a ir en su carro, yo ya estaba cansada de siempre tener que conducir.

En todo el trayecto el ambiente estuvo silencioso e incómodo, no sabía porqué...

- Ly' - lo miré -

- ¿Dime?

- ¿Te pasa algo?

- No. - hace un gesto de molestia -

- No quiero presionarte en nada, quiero que las cosas entre nosotros estén calmadas...

- Pues deja de preguntarme si sabes que no me pasa nada. - me dedica una mirada molesta -

Lo miré durante varios segundos, en esos momentos mi sangre comenzó arder. Por lo que intente abrir la puerta del coche en marcha..

- ¿Que? ¿Que haces?!

- ¡Para el puto coche ahora!

- No, ¿para que?

- Que te detengas ¡puñeta!

- No lo haré. - acelera para evitar dejarme salir, por lo que empecé a darle patadas a la puerta -

Finalmente paró en una esquina y salí.

- ¿Que pasa? - sale también -

- No me vuelvas hablar en tu vida, ya estoy ¡harta Lyanno! ¡Harta! De tener que soportar tu maldita arrogancia y que me trates así de esa manera cuando se te pega la puta gana!

- Lo siento, no quería que te sintieras así..

- No te creo, y esto termina ahora. - dije - ya no aguanto más, trato de ser lo más comprensible contigo pero... tú no ayudas.

- No, Angie, ven.. - me sigue -

- No, ¡suéltame , puñeta !

- No, mera, lo siento, de verdad... no, no quise decir eso, no...no se que me pasó.

Lo miré.

- Últimamente tengo mucho estrés, y me imagino que también te pasará lo mismo. Hemos estado viajando, y yendo de un lado a otro...

- Eso no es ninguna excusa.

- Lo sé, mala mía, de verdad...

- De aquí en adelante todo será profesional.

- Tu sabes que eso es imposible... - me arrima contra el coche - los dos somos irresistibles...

- No te atrevas..

- ¿O si no, qué?

No respondí.

- Bebecita, chingar' molestos es lo más rico que nosotros dos hacemos...

- ....

- Te voy a follar bien duro nena, jamas te vas a olvidar de mi, tenlo por seguro.. - besa el lóbulo de mi oreja, seguido de eso, me pone de espaldas y se pega a mis nalgas.

A esas horas de la noche no había tráfico, por lo que depravada y descaradamente agarra mis brazos hacia atrás y se empieza a sobajear contra mi.

- Ly' - un jadeo salió de mis labios -

- Dilo ahora, dime que te vas a ir. - presiona su entrepierna contra mi cuerpo - miéntete a ti misma, y niégamelo.

- No...no puedo. - dije entre jadeos -

Noté su sonrisa.

- Pe...pero, ¿y tú? - me giré rápidamente y agarré su rostro con mis manos - niégame de que no puedes estar sin mi... dilo Lyanno, dilo...

Observó mis labios atentamente sin decir ni una sola palabra. Y repentinamente me besó apasionadamente, agarrando y apretando cada parte de mi cuerpo contra el suyo...

Ambos jadeamos y seguimos bellaqueando...

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Entre nosotros || Lyanno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora