Capítulo 20. 🍁

63 5 0
                                    

Te deseo

Si cada vez que la rompen se reconstruye sola, no la llamen débil. -David Sant.



Kyle

Ya ni siquiera me preocupa por lo que pasa por mi mente. En un intento desesperado por sacarla de mis pensamientos. Decidí dejarla por lo menos una semana en el sótano, con la esperanza que ella me odié. Claro que no pasó, es más ella lo justifica.

Sé que en un principio la dejé así para que aprenda a no esconderme cosas, pero después solo fue para no tenerla presente en mi día a día.

Ya había oído sobre el síndrome de Estocolmo y no le encuentro ningún tipo de sentido. Pensé en dejarla libre, pero por lo que investigue muchas de las victimas generan ansiedad y la verdad no quiero que ella pase por algo así.

Decidí olvidarme de toda la mierda, de pensar en exceso y decirme que no merezco a Roxanne. Seré bueno con ella y ella es buena. Si ella no me hace enfadar seré el hombre más cursi que ella imagine.

Después de decirle a Abby que le saque del sótano decidí darle algo de alegría después de pasar así una semana sin otra cosa que hacer más llorar. Quiero hacerla feliz, de verdad que lo quiero. Pero sé que va haber muchas veces en donde Ella me saque de mis casillas. Como anoche, donde la vi besándose con ese tipo.

Que ría golpearla y decirle que ella solo es mía. Por más que quería hacerlo, no puede, y aún no sé por qué. Ya la he tocado miles de veces, pero anoche... Anoche solo puedo apreciar su cuerpo desnudo lo que quedaba de oscuridad. Verla así, me resultó lo más placentero de toda mi vida.

Soy un maldito enfermo.

Eres como tu padre.

A pesar de que me quería coger a Jude, no lo logramos. Me dio un buen sexo oral y después su teléfono empezó a sonar. Dijo que tenía que irse, coincidió con la llegada de Roxanne. Que aun no entiendo por qué llegó a mi habitación.

En cuanto a Jude y nuestra pequeña discusión de hace unos días, como era de esperarse ella actuaba como si nada pasara. Sé que tenía miles de preguntas y quería explicaciones de todo, pero no dijo nada al respecto.

Y es mejor así.

Son las tres de la mañana y aún escucho música, por ahora ya no voy a bajar. Generalmente voy a esas fiestas solo para conseguir a alguien y poder acostarme o pasar un buen rato con Jude.

Ahora está vez ya no siento la necesidad de estar con nadie, solo quiero estar con Roxanne. No puedo creer que esté enamorando de ella, cuando lo único que hace es hacerme enojar, que actúe como una niña que no conoce nada y a la vez sepa todo. Sigo sin entender cómo es que en solo un par de meses siento esta increíble y extraña atracción hacia ella, tenerla aquí hizo que todo se vuelva más fuerte y más complicado para mí.

Se remueve a mi lado y se queja bajito, sus manos buscan algo y sonríe cuando su mano se topa con mi pecho.

—Quisiera dormir contigo siempre —se ríe. Aun esta mal por esa maldita pastilla.

—Duerme... —aparto el cabello de su rostro

—No —me toma total mente desprevenido cuando se sienta a ahorcadas sobre mí.

Se hace más pequeña cuando su cabeza descansa en mi pecho, sus manos se aferran a mis brazos y sus piernas se enredan con las más.

—Ahí estás cariño —susurra repartiendo besos en mi cuello—. Sé que estás ahí y nunca me voy a cansar de buscarte. No importa cuantos años me lleve.

Dinastía ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora