Capítulo 32.🍁

39 5 1
                                    

Temeraria

Me hizo mucho daño, pero quizá me hizo feliz, solo quizá. -MileDen.



Julián

Llevo aquí más de dos meses y todavía no me acostumbro a tipo de clina que hay en este lugar. Lo bueno es que el sol no da en la ventana de mi habitación es por eso que amo pasar las tardes aquí o en mi oficina.

Despacio y algo perezoso levanto mis párpados, la primera sonrisa del día es cuando veo a Tatiana a mi lado, con una fina sábana cubriendo su delgado cuerpo Mi mano no esperar nada para dirigirse a su tersa piel. Acaricio despacio su hombro mientras miro como respira con calma. Mi dulce esposa.

Anoche, después de que todos termináramos de cenar ella bajo diciendo que se moría de hambre. Me enteré que apenas había desayunado. Me quede con ella hasta tarde en la cocina, ella es de esas personas que se demoran eternidades en comer. Haciéndole compañía a ella terminé en definitiva el dibujo. Ella lo amó y me dijo que si podía conservarlo ella. Por supuesto que le di una afirmativa. Y como toda una adolescente lo pegó en la puerta de su armario. No le dije nada.

Miro la hora en el reloj digital de la mesita de noche para ver que son más de las nueve, lo cual se sale por completo de mi horario ya establecido. Decido levantarme despacio sin levantar a la mujer desnuda que duerme en mi cama.

Pero no termino de hacerlo, Tatiana se aferra a mi mano.

—No...—no abre los ojos.

Sonrió y me vuelvo acurrucar a su lado, la tomo en mis brazos y beso cada espacio que mi boca alcanza.

—Buenos días, mi amor.

Vuelve a negar con la cabeza y se refugia más en mi pecho. La mantengo ahí en los próximo veinte minutos. Incluso me tomo el tiempo de tomarle fotos con mi teléfono y subirla en mis redes sociales, cosa que casi nunca hago.

—Tengo que levantarme —susurro contra su frente, pero ella se niega a soltarme. Al menos no en los primeros minutos.

Solo me suelta y me deje que me levante.

Hoy será un día largo, ya que tengo que supervisar y probar un nuevo lote de armas que ya deben estar las que listas. Tengo un campo de tiro en el patio donde probaré las armas una a una. El campo ya es legal y aprueba de sonido para que los vecinos no molesten o pera que Thalía no moleste.

Estas armas serán enviadas a Irlanda, o sea para Andrew.

Y como odio disparar solo, obviamente le dije a Santiago que venga. Podría hacerlo en compañía de Tatiana, pero irá al DF a ver a su hermano y hablar con su padre de algo que nos ha dicho a ninguno de los dos. Pero me viene de lujo necesita hablar con Santiago de algo muy importante que prefiero Tatiana no se entere.

Anoche, mientras ella se duchaba después de la cena, Rick me llamó anoche y no estoy muy feliz con la información que me dio. Más por el hecho de que no quiero, una vez más volvió a ofrecerme dinero, más de lo que el mismo puede pagar. Es algo que tengo que hablar con mi esposa, pero quiero saber que es lo que dice mi primo

Entro en la ducha y no me doy una baño de más de cinco minutos, solo quería quietar el sudor de mi cuerpo, me visto rápido y antes de salir le doy un beso a mi esposa, incluso tomo la cámara de fotos tomando unas cuantas fotos mientras duerme, también tomo el bloc.

Dinastía ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora