Amores eternos y suerte
Fuimos el amor perfecto en el momento equivocado. -Anónimo.
Aquellos ojos cafés barrían el lugar de un lado a otro, tratando de encontrar a ese hombre había llamado su atención desde hace días. Le había dado su número, pero él no le había escrito.
Habían pasado cinco años desde que ella estaba en Australia, en el lugar donde una casa de su viejo amor estaba a nombre de su hijo mayor.
Fue la manera perfecta de huir de todo y vivir con sus dos hijos.
Roxanne habida paso el luto de Kyle de una manera tranquila. No lo había llorado como debería. Ella se metió en la cabeza de que él ahora descansaba cuando llegó a Camberra decidió que volvería a creer en el amor, hasta sus hijos le había dicho que encortar a alguien bueno. Eran solo niños, pero vieron a su madre llorar por su padre y por el hombre que los cuidó.
—Hola —una voz masculina la sacó de sus pensamientos. Frente a ella estaba aquel hombre australiano que había visto hace días y que le había parecido muy atractivo.
—Hola...
—Sé que esto es raro, y que no debo darte explicaciones. Te quise llamar desde se día, pero he perdido la tarjeta que me diste.
—No importa... ya me encontraste de nuevo.
—Entonces Roxanne. Aceptas una caminata por le muelle.
Ella dio una afirmativa con la cabeza. Juntos caminaron por un muelle que le traía recuerdos de otro. Pero prefirió no pensar en eso. Quería concentrarse en James, en la nueva oportunidad.
A así fue. Un año más tarde Roxanne le entrega su vida en matrimonio a un hombre bueno que aprendió amar, a un hombre que amaba a sus hijos. Un hombre que la amaba con locura y la hacia sentir feliz. Un hombre que nunca la juzgo cunado le contó su pasado. Un hombre que le arrancó del pecho el recuerdo de Kyle Bennett.
James Baker era su nuevo amor y no cometería los errores de antes. No lo dejaría ir nunca.
Miró al infinito mar antes de bajar la mirada a las manos, donde tenía aquella pulsera. Esa pulsera que Kyle que le dio como muestra de amor y que tenía la hoja de arce que le dio Julián.
Ya se había olvidado a Julián. Sabía que el era feliz con la niña de cabello negro y con el nuevo bebé que llegó hace meses. Era lindo, sé parecía a él. Esto lo supo por las malditas redes sociales. Tatiana amaba subir su vida en esas plataformas. Roxanne sabía que Everly y Michael eran la vida entera de Julián y después de todo ella se sentí feliz.
Lanzo la pulsera tan fuerte como pudo al mar y ese fue el fin para los dos hombres que en su momento la hicieron feliz.
Ahora ella es feliz con sus hijos quien corrían por la playa, ella era feliz con James y con la nueva bebé que crecía en su vientre, Taylor sería ese granito que le faltaba a su vida.
Su esposo estaba feliz por la llegada de su princesa.
—Te amo —le dijo al oído mientras la abrazaba por la espalda y acariciaba el vientre de seis meses.
—También te amo —respondió y se recostó en su pecho.
Después de tantos años ella volvió a ser feliz.
Fin
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Dinastía ©
Ficción GeneralSon dos mundos completamente diferentes, pero ambos tienen el mismo objetivo. Julián, líder de todo el cartel mexicano y con una vida que odia lucha día a día por mantener el honor de su familia en alto. Un chico tranquilo con una vida que no quier...