Summer [Bucky Barnes]

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0 3 : " L A " C I T A

Por la mañana, Bucky intenta mantenerse ocupado y aunque por su mente pasa la idea de ir a la vieja cafetería para visitar a Summer, algo le hace contenerse y prefiere quedarse en su casa perdiendo el tiempo. Lo que no sabe es, que muy en el fondo, la castaña realmente esperaba verlo, aunque sea sólo por esos breves minutos, pero eso no pasó.

Ya entrada la tarde, James decide seguir el consejo que le ha dado Summer y sale a comprar algunas flores, obteniendo un sencillo, pero bonito, ramo de diversos colores. Así, una vez que se acerca la hora pactada, él sale de su departamento para ir hacia el restaurante y encontrarse con la joven.

—Wow, es la cosa anticuada más adorable que alguien haya hecho por mí —dice Leah cuando lo ve entrar al establecimiento con ese dulce obsequio.

El azabache está a nada de soltar la frase "fue sugerencia de una amiga", pero de inmediato se contiene. En primera, porque sabe que es lo más adecuado de decir, además, tampoco está seguro de que pueda referirse a Summer como una amiga, cuando ellos han dejado claro que no lo son.

—Siéntate, termino en un minuto —declara la joven.

Bucky responde un vago comentario de aceptación y toma un lugar en la barra, mientras la chica termina con sus labores.

—¿Y has salido mucho desde que volvió la mitad de los peces? —pregunta Leah.

—Casi no —responde Bucky —. Yo traté con las citas en línea y es bastante loco. Se ven fotos muy raras —declara con una cerveza en la mano.

—¿Raras en qué sentido?

—Como... fotos con tigres. A veces no sé ni qué estoy mirando, es extraño —confiesa y bebe un poco de su botella.

—Así habla mi padre —declara Leah mirando al ojiazul con curiosidad y ella también toma de su cerveza —. Espera, ¿cuántos años tienes?

—106 años —responde él con total sinceridad.

Aunque al parecer, la joven piensa que es una broma y suelta una risita, por lo que Bucky no tiene más que imitarla, aunque él lo hace con incomodidad.

—¿Y por qué los guantes? —cuestiona de nuevo Leah.

—Es que... tengo... mala circulación —murmura el ex soldado de HYDRA, poniendo en práctica el pretexto más fácil que ha ensayado.

Luego de esto, empiezan a jugar un clásico juego de "Batalla naval", además de que charlan un poco sobre la vida del otro, por lo que Leah, cuestiona a Bucky sobre sus relaciones familiares, obteniendo vagas respuestas, aunque él en realidad no miente, pero habla de su familia en los 40's.

Es ahí, cuando la plática da un giro repentino, Leah comienza a hablar de Yori y de su hijo, provocando, sin querer, que ese sentimiento de culpa retorne a él y que, luego de soportarlo un poco, salga de forma apresurada del restaurante.