Summer [Bucky Barnes]

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2 6 : C O N C L U S I O N E S 

Un par de días después, la pareja consigue las llaves para visitar el apartamento de la parte superior. Cuando ingresan, se percatan de que realmente es del doble de tamaño del de Summer, además de que cada zona es más amplia y hay un par de habitaciones (una más grande que otra), pero la sorpresa extra es, que en la parte de la sala de estar se conecta con un pequeño balcón, no es lo suficientemente grande para poner mucho mobiliario, pero a ellos les permitirá pasar las noches ahí observando las estrellas. 

Claramente ambos quedan encantados con el mismo y luego de un par de llamadas de Summer con el arrendador, este acepta mantener el depósito del contrato por el viejo departamento de la joven, pero dejar que ellos se trasladen a este, obviamente aumentando la renta, aunque al pagarla entre los dos, la diferencia apenas si se nota. 

Al día siguiente, deciden ir a primera hora en búsqueda de la nueva cama que necesitan, aunque el pobre vendedor se enfrenta a los peculiares comentarios de Summer y James sale totalmente sonrojado de la tienda. Luego de esto, deciden ir por las últimas cosas al departamento en donde solía quedarse el ojiazul, pues él aprovechará para terminar el contrato, ya que ha hecho la notificación en el área que lo mantiene vigilado debido al indulto que recibió.

—¿Estás molesto? —cuestiona la joven, rodeando desde atrás la cintura de su novio y empezando a dejar pequeños besos en la amplia espalda del ojiazul.

—No, muñeca —responde, sin dejar de doblar el resto de sus camisetas —, sólo que creo que dejaste traumado al chico que nos atendió —declara manteniendo una sonrisa de lado.

—Pero no hice nada malo —susurra con un dulce puchero en sus labios, el cual James logra ver ya que se ha girado hacia ella —. ¿Qué tan raro es probar una cama? —interroga colocando sus manos sobre su cintura.

—No creo que sea tan raro, aunque tú me hiciste sentarme y luego te subiste encima, sólo te faltaba saltar —explica mientras acaricia la mejilla de la chica y ríe levemente al recordar aquel momento.

—No iba a comprar algo que no iba a soportarnos —se excusa al mismo tiempo que ladea su cabeza hacia la mano de su novio —. Creo que necesitábamos algo que valiera la pena.

—Y lo valdrá, contigo todo vale la pena —responde y se acerca a dejar un pequeño beso en los labios de la castaña, quien no pierde el tiempo y rodea su cuello con fuerza, alargando aquel contacto.

—Olvidamos comprar la ropa de cama, no tenemos ese tamaño —murmura la chica, recordando aquel detalle —, también un par de almohadas más. 

—Podemos ir ahora, si quieres —sugiere, cerrando la mochila en donde entraron el resto de sus cosas y Summer lleva una bolsa de tela, en donde han metido el resto de comida que no ha perecido debido a que en su mayoría eran latas (gajes de ser soldado).