Lalisa estaba en sus aposentos, en el palacio de Edirne aún. Pensaba en aquella joven del bosque, mientras sostenía la flecha entre sus manos. Los agas la habían limpiado, y restaurado. Estaba como nueva, e incluso ahora se notaba una pequeña firma en su costado.
— "Kim Jennie"...— Leyó.— Quisiera haber nacido varón, y así integrarla a mi harem...— Suspiró.
Se levantó, y se quitó su vestimenta. También se quitó aquella venda que escondía sus pechos, aquella que era tan dolorosa usar en el día.
Se miró al espejo, y entristeció. Quería ser libre...
Se soltó el cabello, ese que siempre mantenía atado, bajo sus coronas, y turbantes.
Se puso el vestido que mantenía oculto, y esos aros de oro que tanto le gustaban. Se quitó los anillos que representaban su sultanato, y salió de la habitación.
Los agas ya sabían sobre la condición de Lalisa, y eran completamente fieles.
— Agas, que nadie entre a mis aposentos hasta que yo regrese.
Se llevó su espada, y salió al bosque. Estaba recorriendo el mismo, cuando encontró un lago. Era hermoso, y de aguas cristalinas.
Miró a sus alrededores, y sin poder evitarlo, se desvistió para sumergirse en esas aguas. El clima era perfecto...
Se sentía tan bien sentir el viento recorriendo su rostro, el agua atrapando su cuerpo, sintiéndose libre.
— Te digo que lo ví por aquí, Ji Soo.— Escuchó de nuevo aquella voz. Intentó esconderse tras unas plantas, para no ser descubierta, pero sus ropas estaban a la deriva.— ¿Ves?, ahí está. Es precioso, ¿No?.— Dijo, mirando el lago.
— Jennie, ayer casi nos atrapan por tu culpa. ¿Crees que esos guardias estaban aquí por pura casualidad?. ¡Hasta nos llevaron el ciervo!. ¿Qué te asegura a ti que mañana no nos maten?. Por tus palabras despreocupadas el sultán sabe donde vivimos, y lo que tú piensas de él.— Dijo Ji Soo.
— Eso fue ayer. Además, si quisieran matarnos, ya lo hubieran hecho.— Respondió.— No te obligo a estar aquí ahora. Si quieres volver a la casa, puedes hacerlo, pero yo voy a quedarme a disfrutar de éste lindo lago. Si me disculpas...— La hizo a un lado.
Ji Soo, enfurecida, se dió media vuelta y se fue.
Jennie suspiró, y comenzó a desvestirse. Lalisa sabía que debía hacer algo, pero antes de que saliera, Jennie habló.
— Tú, la chica de ahí.— La apuntó.— ¿Te vas a quedar mirando como idiota todo el tiempo, o disfrutarás del agua?.— Sonrió con burla.— ¿Creíste que no vería todas esas ropas?. Hasta te escondiste muy mal, ¿Sabes?.— Lalisa rió.
— ¿Cómo sé yo si no eras una asesina?.— Salió de aquel "escondite".
— Si fuera una asesina, no me estaría desvistiendo delante tuya. Aparte, la asesina pareces tú, ya que ninguna doncella cargaría una espada, ¿O me equivoco?.— Se metió al agua.
— Eso es por precaución.— Respondió.
— ¿Cómo te llamas?.— Dijo Jennie, con una amable sonrisa.
— Lalisa.— Por primera vez, podía ser ella misma. Después de todo, Jennie no conocía al sultán Mustafá.
— Yo soy Kim Jennie.— Estiró su mano para estrecharlas.
— Un gusto, Jennie.

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El Sultán [Jenlisa]
FanfictionAl morir el sultán, uno de sus herederos (varones) debe tomar el trono el mismo día. ¿Qué pasaría si no hay herederos al trono?. [Basada en la novela: El Sultan]