Por cada latido de mi corazón

2 El pequeño Park Jimin

Cuatro años antes

Entró en el gran salón, miró a todos los que estaban allí, sus nervios eran palpables y no podía dejar de temblar. Así y todo caminó hasta uno de los amplios sillones y se sentó. Junto a él un joven de peculiar sonrisa miraba hacia todos lados.

-Soy Taehyung, Kim Taehyung- se presentó estirando su mano.

-Soy Park Jimin, un gusto- saludó y estrechó su mano.

-¿Tu también estás nervioso o solo soy yo?- preguntó Tae.

-También lo estoy- respondió y mordió su labio inferior.

-Tendremos suerte, ya lo verás- exclamó Taehyung con una nueva sonrisa.

Las horas pasaban, varios jóvenes estaban allí, algunos se conocían y hablaban entre ellos, Jimin seguía observando todo a su alrededor. Un chico mayor llamó su atención. Era un poco más alto que él, su piel era sumamente blanca, su cabello negro remarcaba aún más su blanquecina piel. Cruzó fugazmente su mirada con la de Jimin y siguió mirando hacia el frente.

Luego de una larga espera fue el turno de Jimin, se puso de pie y atravesó aquella puerta que lo llevaría a su destino.
Había soñado siempre en ser un artista, se había preparado en la danza y tenía buena voz, así que cuando decidió ir a Seul sus padres apoyaron su decisión.
La prueba fue larga pero valió la pena, formaba parte de los jóvenes que comenzarían a entrenar para convertirse en artista prontamente.

El chico que lo había saludado lo siguió y al salir lo hizo con una gran sonrisa, había corrido la misma suerte que él y eso lo puso feliz ya que al menos podía comenzar una amistad con este.
Varios chicos salieron de allí con diversos resultados. Todos los elegidos debían reunirse el próximo día para comenzar el entrenamiento.

Al día siguiente el bullicio era potente, un gran grupo de jóvenes se preparaba para seguir las órdenes de los distintos entrenadores que los formarían en distintas categorías.
Jimin se acercó a Taehyung y lo saludó.

-Oh, hola Jimin, te presento a Jung Hoseok, él también comenzará a entrenar con nosotros.

-Eres adorable- exclamó el recién presentado apretando sus mejillas.

Jimin sonrió y se dejó hacer, después de todo estaba acostumbrado a que a todos les llamara la atención esa parte de su rostro.

Un joven mucho más alto que ellos se acercó a presentarse.
-Soy Kim Namjoon- dijo e hizo una reverencia ante los otros.

-Soy Hoseok, pero puedes decirme Hoby- saludó y le estrechó la mano con energía.

-Soy Kim Taehyung- saludó

-Park Jimin- imitó a los otros con el saludo.

Los cuatro pasaron un rato sentados en el piso esperando a ser llamados para el comienzo de su arduo entrenamiento .

Tres meses después ya se habían acostumbrado bastante al agotador entrenamiento de cada día, aprendían canto, coreografías, a leer música y a componer letras.
Cada uno se esforzaba por demás ya que en ese tiempo habían visto a varios chicos salir de allí y no volver.
Al pequeño grupo de cuatro se había sumado un joven que resultó ser el mayor de todos ellos, se llamaba Kim Seokjin y era llamativo ya que su rostro era sumamente hermoso.
Seokjin cuidaba de ellos, quizás por ser el mayor, o quizás por darse cuenta de que al igual que él los otros se sentían solos al tener a sus familias lejos.

Al sexto mes cada vez había menos chicos pero el entrenamiento seguía igual de intenso.
El profesor de danza y el de canto se reunieron con ellos en el amplio salón. Explicaron que estaban empezando a formar un nuevo grupo y que harían una primer selección basándose en sus talentos y en el trabajo que habían realizado en el último tiempo.
Varios nombres resonaron, al primero que llamaron fue a Namjoon, luego a Min Yoongi, aquel chico pálido que Jimin miraba cada día y nunca se había animado a hablarle.
Los nombres siguieron sonando y las esperanzas iban cayendo, Seokjin al fin fue convocado y detrás de el uno que se veía muy pequeño llamado Jeon Jungkook, a quien Jimin había escuchado cantar y le parecía el más talentoso de todos. Los minutos se convirtieron en tortura y aún su nombre no sonaba, llamaron a Taehyung y Jimin le dio un cálido abrazo y lo felicitó. Se mordía su labio, el profesor había salido avisando que solo quedaban dos lugares y que el resto debía volver a casa.
Jimin sintió un nudo en su garganta, aún así se mantuvo en pie, no decaería si no lo llamaban, sin dudas probaría suerte en alguna otra empresa pero lucharía por su sueño. Llamaron a un joven que estaba cerca de él y este saltó de la emoción, cuando al fin llegó el último cupo Jimin tomó su mochila y su botella de agua, estaba listo para cruzar la puerta y volver a casa.

-Park Jimin, pasa por favor-

Se quedó estático en su lugar, por un minuto dejó de respirar, su mente se nubló y no podía pensar bien, ¿acaso habían dicho su nombre?, giró a ver al profesor que lo esperaba y sin entender más cruzó la puerta, pero no para ir a casa, sino la puerta que lo llevaba hasta sus sueños.

Taehyung se acercó y lo abrazó feliz, los otros tres lo siguieron emocionados.

Ahora todo sería más duro e intenso pero nada le importaba, iba a hacer todo para lograr entrar en el nuevo grupo de idols.

Un año después

-Quiero que escuchen atentamente la melodía, dejenla fluir en su cuerpo, cuando estén listos comenzaremos con los primeros pasos- la voz suave pero firme del coreógrafo resonó en el lugar.

Jimin estaba apoyado sobre el espejo que ocupaba toda la pared, tenía sus ojos cerrados, concentrado en lo que oía. Su cuerpo se movía lentamente en un simple balanceo, mientras sus labios repetían una y otra vez la letra de la canción.
Era la cancion que habían practicado hasta el cansancio, cada uno había aprendido su parte correctamente, y la habían grabado días antes.
El sonido del rap encajaba perfecto con la melodía de fondo, las voces suaves y agudas de Jimin, Jungkook y Seokjin se acoplaban a la perfección y la voz grave de Taehyung le daba el toque sensual necesario.

Luego de que la pista se repitiera un par de veces el entrenador llamó a cada uno, explicando la idea que tenía en mente.
Todos asintieron y se ubicaron en los lugares mencionados.
Al finalizar el día la canción tenía la coordinación de una coreografía perfecta y Jimin por supuesto ya se había aprendido cada paso propio y también el de sus compañeros.
Cuando el coreógrafo decidió que ya era momento de volver a casa Jimin pudo notar la cara de frustración de su compañero favorito. Se acercó tímido y preguntó.
-¿Pasa algo hyung?-

-Es solo que no soy tan bueno en esto del baile y realmente no he quedado conforme en como me salen los pasos de la coreografía- explicó algo apenado.

-Vamos hyung no se decaiga, si quiere puedo ayudarlo, no me molestaría hacerlo- dijo con una gran sonrisa.

El otro lo miró y su rostro cambió enseguida dibujandose en este una sonrisa.
-¿En serio me ayudarías?-

-Claro que sí Yoongi hyung, cómo no voy a ayudarte- exclamó aún más sonriente.

Los chicos restantes habían decidido salir del salón para dirigirse a la casa que compartían desde hace un poco más de un año.
Jimin le avisó a Tae que se quedaría con su compañero para ayudarlo con el baile.
Los demás asintieron y todos se fueron de allí dejandolos solos.
Jimin colocó la música, esperó el momento indicado y empezó a hacer cada paso que debía formar la coreografía. Yoongi lo miraba embobado, Jimin era un angel bailando, tan etéreo, tan perfecto. Se quitó los pensamientos de su cabeza y escuchó cada explicación que el más joven le daba. Intentó llevar adelante cada paso ayudado siempre por el otro.
Luego de un par de horas de duro ensayo Yoongi había logrado salir bastante airoso.
Ambos sonrieron satisfechos y decidieron que era hora de ir a descansar.

-Jimin- llamó mirando al pequeño junto a él.

-Si hyung- respondió mirándolo tiernamente.

-Creo que te debo al menos una comida por lo mucho que me has ayudado-

-No es necesario hyung, no lo hice para que me diera algo a cambio-

-¿Jiminie me estás despreciando una comida?- exclamó haciéndose el dramático.

Y Jimin sonrió embelesado, su hyung, su lindo y serio hyung le había puesto un tierno apodo.
-Vamos a comer entonces Yoongi hyung-