Por cada latido de mi corazón

7 Conquistando el mundo.

La semana comenzó al máximo. Entrenamiento, vocalización, grabaciones, entrevistas y la preparación de un nuevo álbum. Todos estaban ansiosos y cansados pero la felicidad los invadía. Habían logrado llegar con su música a lugares que jamás hubieran soñado. A esas alturas ya no eran el típico grupo de chicos que bailaban y cantaban en algún escenario perdido. Ya se habían convertido en el poderoso grupo de k-pop que abría puertas en cada país.

La gira comenzó en Europa, no podían creer que habían vendido tantas entradas para sus conciertos en cada lugar que pisaban. Sus nombres eran pronunciados por millones de personas, sus vídeos eran una sensación y su música se escuchaba en todas partes.
Pisaron los escenarios de muchos estadios, viajaron por toda Europa, se presentaron en Rusia, volviendo a Asia llevando su música y sus coreografías. Se sentían tan bien, habían alcanzado al máximo sus sueños o al menos era lo que creían.

-Jiminie estás listo?- la preguntó de Hoseok flotó en el aire.

Jimin se puso de pie y se acercó a su querido Hoby.
-Estoy listo hyung- respondió y salieron juntos de la habitación que ahora compartían en la nueva casa donde se habían mudado. Una mucho más grande y cómoda.

Bajaron las escaleras y se metieron en la cocina donde un delicioso desayuno los esperaba.

-Buenos dias- saludó Jimin mirando a sus compañeros que estaban acomodados y esperando para comer.

-Buenos días hyung- saludó Jungkook y le dio un cálido beso en la mejilla.

Jimin sonrió ante la acción del más joven y le regaló un tierno abrazo.

Yoongi seguía la escena sin decir nada, su semblante era serio y hasta molesto.

Luego de desayunar salieron hacia la empresa para disponerse a trabajar.
Ya no viajaban en una gran camioneta, sino que ahora iban en autos de lujo, generalmente iban de a dos y en uno de los autos iban tres de ellos.
Jimin entró al auto que le correspondía, sabía que Jungkook iría con él como casi siempre, aunque también solía viajar con Tae o Hoseok.
Cuando se acomodó en su asiento se quedó estático al ver que quien había entrado junto a él había sido Yoongi quien cerró de inmediato la puerta.
Jimin lo miró con una ceja alzada, no entendía porque había cambiado de auto pero tampoco preguntó.

Desde que habían vuelto de Daegu su relación se había enfriado. Casi no hablaban y ni siquiera compartían nada más allá del escenario o alguna situación frente al público. Jimin se había sentido tan mal con la distancia pero la había aceptado, había entendido que Yoongi no tenía ninguna intención de estar con él y aunque había llorado hasta cercarse por dentro no había pedido explicaciones ni había vuelto a buscarlo.

No después de aquella mañana donde todo había terminado.
-¿Hyung, qué te pasó? ¿Por qué no viniste del aeropuerto a la casa? Pensé que vendrías directo, te esperé y te envié mensajes-

-Te dije que no llegaríamos juntos Jimin, ¿cómo te lo tengo que explicar?- preguntó con molestia.

-Lo sé, sé que no llegaríamos juntos hyung pero creí que vendrías aquí igual, quizás antes o después que yo- comentó sin dejar de verlo

-Pues pensaste mal Jimin, ahora déjame en paz, estoy cansado y quiero bañarme, no tengo tiempo para berrinches ni reproches.

Jimin sintió un dolor que recorría todo su cuerpo, ¿por qué si ya había decidido que no seguiría insistiendo se encontraba ahí pidiéndo algo que sabía que él otro no le daría?-
-¿Por qué?- preguntó con sus ojos cargados de lágrimas.

-¿Por qué qué, Jimin?- indagó el otro clavando sus intensos ojos oscuros sobre el menor.

-¿Por qué eres así conmigo Yoongi?, por qué siempre me lastimas y juegas con lo que siento por ti?, ¿por qué pasas conmigo diez días inolvidables donde me entregué a ti de todas las formas posibles y luego me tratas como si no fuera nada, como si no existiera? ¿Por qué lo haces Yoongi?- sus lágrimas corrían por sus mejillas y sentía que ya no podía aguantar más tanto desamor.