3 El comienzo de todo.

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El día tan esperado al fin había llegado, después de un arduo año de entrenamiento, sufrimiento, frustraciones y risas al fin estaban listos para mostrarse ante el público.
Era un lugar pequeño, un teatro de Seul con capacidad para mil quinientas personas y aunque se había dado cita la mitad de la capacidad para ellos era suficiente para sentirse ansiosos, nerviosos y espectantes.
Al fin mostrarían su talento y todo por lo que venían luchando.
Esperaron su turno pacientemente detrás del escenario, algunos grupos formados por jóvenes como ellos hacían también su debut.

A la hora señalada fueron llamados a subir al lugar. No había tiempo para arrepentimientos ni errores. Era su momento y debían darlo todo.
La gente aplaudió dichosa ante el espectáculo del grupo, aplaudieron y gritaron sin parar y cada uno de ellos sintió internamente que sus sueños se estaban haciendo realidad.
Volvieron a la parte trasera del escenario, reían y gritaban felices por el resultado obtenido.
Se abrazaban entre ellos y decidieron festejar sin importar que al otro día el trabajo continuaba aún más intenso.
Llegaron a la casa donde vivían, abrieron algunas botellas de bebida para brindar, dándole gaseosa a los menores y un poco de champaña para los mayores.

La felicidad era palpable en cada uno de ellos.
Namjoon dio un breve discurso agradeciendo todo el esfuerzo y el trabajo compartido, todos aplaudieron y volvieron a brindar. Cuando las horas habían pasado ya, decidieron que era tiempo de dormir, aunque la adrenalina no los fuese a dejar hacerlo.

Yoongi se acercó a Jimin pasó uno de sus brazos sobre los hombros del pequeño, se acercó a su oído y habló.
-Gracias Jiminie, sin tu ayuda no lo hubiera podido lograr-

Jimin sintió que su cuerpo se derretía al escuchar esa voz grave y profunda en su oído. Le regaló una gran sonrisa y sus mejillas se sonrojaron profundamente, cosa que a Yoongi le pareció adorable.

Caminaron juntos hasta las habitaciones, Jimin compartía la suya con Jungkook y Taehyung. Por otro lado Yoongi dormía al lado con Seokjin y en la última habitación dormían Hoseok y Namjoon.
Jimin se detuvo en su puerta, Yoongi lo soltó para dejarlo entrar.
-Buenas noches hyung-

-Buenas noches Jiminie- respondió y le dio un tierno beso en su mejilla, mirándolo intensamente.

Jimin se quedó pasmado viendo como el otro entraba a la habitación contigua.

Por la mañana los estragos de una noche agitada les pasaba la cuenta. Todos estaban adormilados y no podían mantener sus ojos abiertos
Seokjin regañó al grupo de jóvenes que habían hablado y reído casi toda la noche y no habían dejado dormir a los demás.
Taehyung miró con ojitos de perrito al mayor, Jungkook hizo lo mismo y Jimin le regaló un tierno puchero.

-Agh, no se puede con ustedes mocosos- gruñó Seokjin al darse cuenta que no podía retarlos demasiado.

Los tres sonrieron y lo apretaron en un abrazo grupal.

-No es justo, yo también quiero- gimoteo Hoseok al ver la escena y los tres los abrazaron al instante.

-¿Dónde está Yoongi?- preguntó Namjoon mientras los veía y sonreía.

-Aún duerme- respondió Seokjin -tiene el sueño de una roca es imposible despertarlo- dijo con el ceño fruncido.

-Ve tu Minnie, contigo no se enoja nunca- soltó Hoseok haciendo que el otro se sonrojara.

-No quiero que Yoongi hyung me mate por despertarlo- gimió apenado Jimin.

-Oh estoy seguro de que no lo hará, ese gruñón solo es tierno cuando te tiene cerca, así que hasta se levantará de buen humor si vas tu- explicó Seokjin sonriendo.

-Está bien, pero si muero, sepan que ustedes serán los responsables- comentó haciendo un puchero.

-¡Adorable!- exclamó Namjoon y sonrió.

Jimin subió los escalones, golpeó levemente la puerta y sin esperar entró

Yoongi estaba tapado hasta la cabeza y se escuchaba un leve ronquido.

El más joven se acercó lentamente y se sentó al borde de la cama, extendió su mano y habló bajito.
-Hyung, despierte, es hora de ir a trabajar- el sonido salió dulce de sus esponjosos labios, mientras los movía suavemente.

Yoongi se giró y no respondió.
-Vamos Yoongi hyung, se nos hará tarde, tiene que desayunar, levántese por favor- se sentía apenado de tener que despertarlo, se veía tan tierno durmiendo.

Yoongi destapó levemente su cabeza, abrió un ojo y lo miró con intensidad.
Jimin tragó saliva creyendo que el otro lo mandaría a volar en cualquier momento.

En un rápido movimiento sacó su mano de debajo de las sábanas, tomó la pequeña mano del otro y lo tironeo recostando la mitad de su cuerpo sobre el propio.

Jimin a esas alturas estaba rojo, sus labios brillosos, y sus ojos abiertos de par en par.

-Duerme conmigo mejor Jiminie- susurró en el oído del otro.

Y Jimin sintió que se convertiría en flan de tanto temblar.

El calor del cuerpo de Yoongi lo envolvió de manera perfecta y el más pequeño no pudo evitar morderse el labio por los nervios.

Yoongi lo miró y sonrió, acercó su mano hasta sus labios y lentamente hizo que sus dientes soltaran el labio apresado.
Jimin jadeó bajito, no entendía demasiado lo que estaba pasando pero si entendía que estar así con su hyung favorito era lo único que quería.

-No te muerdas el labio, te lastimarás, además me haces dar ganas de hacerlo yo-

-¿Quiere morderse su labio hyung?- preguntó confundido.

-No, quiero morder el tuyo- respondió mirándolo directamente a sus preciosos ojos y acercándose cada vez más a su rostro.

-Hyung no diga eso- suspiró bajito al hablar.

-¿Por qué Jiminie? ¿por qué no puedo decirte que me encantaría morderte los labios y luego besarlos?- indagó acercándose peligrosamente a los labios del otro.

-Porque si lo hace yo, no podría decirle que no- comentó aún más sonrojado pero decidido.

Y sin pensar en nada más Yoongi acortó la poca distancia entre ellos y besó lentamente la boca que tanto le gustaba desde que lo vio aquella vez cuando esperaban a ser llamados para hacer la audición.
Ya no había vuelta atrás, a Jimin le encantaba su hyung, a Yoongi le encantaba su pequeño.

Luego de unos cuantos dulces besos al fin Yoongi decidió levantarse, se encaminó al baño para asearse, Jimin se puso de pie para salir de la habitación, Yoongi sin girar a mirarlo dijo quizás las palabras más tristes que Jimin pudo escuchar de su hyung favorito.

-Jiminie, nadie puede saber de esto, es un error y no estaría bien visto que dos hombres estén juntos, así que te pido que seas discreto y no lo compartas, siquiera con Taehyung-

Jimin sintió que su corazón se rompía en pedazos, había pensado en bajar a la cocina y arrastrar a su amigo para contarle lo que había pasado y luego darle la noticia al resto del grupo.
Pero Yoongi había sido claro, nadie podía saberlo, quizás porque era prohibido, o quizás porque para su hyung solo había sido una beso más con alguien más. Aunque para Jimin había sido su primer beso con un chico.

Uno que le gustaba demasiado.

Por cada latido de mi corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora