15 Que nos volvamos a ver

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Los días habían pasado más rápido de lo pensado, Jimin se encontraba en Los Ángeles, había terminado a tiempo todas sus actividades para poder dedicar sus próximos días a sus amigos, a sus queridos y entrañables amigos. Había reservado una habitación en el mismo hotel que se hospedaría la banda. Todo estaba preparado para darles la bienvenida. Jimin estaba ansioso y emocionado muy emocionado de que al fin volvería a ver a cada uno de los chicos.
El gran salón del hotel estaba listo para la llegada de la banda, Jimin había pedido algunas cosas que sabía muy bien eran las preferidas de sus amigos y también tenía algunos regalos que se había encargado de comprar para ellos.
Mordía su labio nervioso, su pie derecho golpeaba el piso mientras miraba hacia la entrada. Se puso de pie de golpe cuando vio la rubia cabellera del más alto, sonrió haciendo que sus ojos formaran dos líneas y se abalanzó a este abrazandolo de manera tierna y hasta exagerada. Namjoon lo agarró entre sus brazos y lo apretó cálidamente, las primeras palabras fueron las mismas para cada uno "te extrañé tanto" y las lágrimas no se hicieron esperar. Hoseok sonreía alegre mientras lo abrazaba, Seokjin decía que estaba muy delgado, Jungkook lo apresó entre sus fuertes brazos mientras pasaba su nariz sobre su cabello, Taehyung lloraba escandaloso a la vez que besaba sus mejillas dejando algunas mordidas al mismo tiempo. ¿Y Yoongi?, él se acercó lentamente, esperando a que Jimin le diera algún indicio y cuando los dos entendieron que se habían extrañado demasiado el abrazo entre ellos fue eterno y cargado de emoción.
Pasaron la tarde en el restaurante del hotel, comieron, bebieron y rieron recordando anécdotas de tiempos pasados. Todo parecía ir en una calma amena que escondía detrás ese sentimiento triste al que se habían acostumbrado.

-Voy a dejar la banda- la voz grave de Yoongi rompió el silencio que de pronto se había formado.

-¿Por qué?- preguntó asombrado Jimin

-He decidido dedicarme de lleno a la producción musical, ya me cansé de los entrenamientos y las presiones de ser un idol- respondió seguro.

Todos miraban de Jimin a Yoongi, esperando la reacción de ambos.

Jimin asintió con su cabeza. Iba a decir algo pero sintió que no le correspondía, después de todo él había sido el primero en dejar la banda y no había aceptado las opiniones de los demás.

-Cada vez somos menos- bufó Jungkook
Los otros solo lo miraron y siguieron en silencio.




Llegó con ellos tras bambalinas, recordando cada vez que habían subido juntos a un escenario. Su cuerpo tembló emocionado ante la adrenalina, ese momento justo donde dejas atrás todas las preocupaciones y tus sentidos se ponen en alerta para dar lo mejor de sí ante miles de personas. Sin dudas siempre sería su momento preferido.
Y aunque actualmente probara ese elixir cada vez que se presentaba él solo, nada podía compararse con las vivencias que tenía con aquellos seis queridos y entrañables amigos.

La voz de Taehyung resonó grave de pronto, mientras los miles de fanáticos escuchaban espectantes.
-Hoy está aquí alguien sumamente importante para nosotros y sé que para ustedes también. Reciban por favor con un gran aplauso a mi querido Park Jimin-

Sus ojos se abrieron de par en par, no esperaba que eso sucediera, Namjoon se acercó hasta la entrada y le estiró su mano pidiendo que fuera con él. Alguien del staff lo empujó suavemente y Jimin formó una gran sonrisa y pisó aquel escenario donde se sintió nuevamente aquel joven inseguro de hace tanto tiempo atrás.

Recordaron anécdotas, rieron y cantaron algunos viejos temas. Jimin recordaba cada coreografía y todos disfrutaron de ese pequeño momento. Como si el tiempo no hubiese transcurrido.

Bajó de allí envuelto en un mar de sensaciones, no podía negar que volver a un estadio lleno de gente junto a sus amigos había sido grandioso y nostálgico.

Caminaron entre risas y charlas por los pasillos del hotel, se juntaron en una de las habitaciones y brindaron por el éxito de la primer noche de la gira.
Luego de compartir aquel grato momento cada uno decidió que era hora de descansar ya que al día siguiente los esperaba más trabajo. Y aunque Jimin había pedido la semana para poder estar con ellos no podía descuidar sus actividades así que también salió de allí para irse a su habitación.
Vio de reojo como Yoongi ingresaba su tarjeta para abrir la puerta de la habitación contigua, se mordió su propio labio, iba a hablar, a pedirle que se quedara con él, que hablaran toda la noche, quería saber qué había hecho durante esos dos años que estuvieron separados, si lo había extrañado al menos un poco de todo lo que él lo había extrañado, pero no se animó, no se permitió ser débil y sin tardar más tiempo entró a su cuarto.
Se sentó sobre la inmensa cama y sintió un nudo en su garganta, sonrió frustrado pero no se arrepintió de nada. Se encaminó al baño para quitarse su ropa y cuando estaba a la mitad de su tarea el sonido de los golpes en su puerta lo hicieron detenerse. Su corazón latió desbocado y sus manos comenzaron a temblar.
Se secó el sudor en su frente y terminando de colocarse el pantalón de pijama caminó hasta la entrada asomando su perfecta cabellera para ver quien lo buscaba.

Y allí estaba, parado frente a él, con una botella de champaña y dos copas el hombre de sus sueños, el amor de su vida.

-¿Puedo?- preguntó algo sonrojado
Jimin se hizo a un lado y lo dejó pasar.

-Puedes- respondió sonriendo

-Nos debemos unos tragos- dijo mirándolo intensamente.

-La champaña no es un trago hyung, tengo algo mejor que eso- replicó sacando de la pequeña heladera una botella de vodka -Esto es un trago- comentó mientras su rostro dibujaba una enorme sonrisa y señalaba la bebida.

Yoongi dejó la champaña sobre un mueble y se sentó en el amplio sofá esperando a que Jimin sirviera dos vasos hasta arriba con el licor.
Se acomodó junto a su hyung favorito y le extendió el vaso sin dejar de sonreír.
Hacía tanto tiempo que no estaban así de cerca que no pudo evitar estremecerse.

-Por ti - brindó Yoongi elevando su vaso y clavando su mirada en los ojos del otro.

-Por ti- repitió Jimin y chocaron los vasos

Después de una hora y varias botellas más Yoongi intentó ponerse de pie sin suerte, ya que el alcohol había calado en su sistema. Miró a Jimin sonriente, viendo como este tenía su nariz roja, sus mejillas igual de teñidas y sus labios hinchados, una obra de arte, pensó

Jimin comenzó a carcajear al ver que no podía mantenerse parado.

-¡No te rías!- exclamó aún más risueño -seguro tu tampoco puedes pararte-

-Claro que si hyung, estoy sumamente bien- dijo mientras se agarraba del brazo del sillón para poder erguirse.

Ambos cayeron al suelo sin parar de reír, cuando Jimin en un intento de no caerse agarró el brazo ahora de Yoongi y con su peso impactó de lleno sobre el cuerpo del otro.
La posición era extraña, pero tan conocida, Jimin estaba sobre su cuerpo, sus rostros estaban a escasos centímetros, Yoongi no pudo evitar ver los labios húmedos y jadeantes de su pequeño y en un acto de valentía y puro amor, lo besó, lo besó como hacía más de dos años no besaba a nadie. Lo besó de manera tierna y apasionada, rozando la locura y la desesperación. Lo besó porque sabía que en otro momento y en otra situación no se hubiera atrevido a hacerlo, lo besó porque había extrañado demasiado esos labios, ese rostro, ese cuerpo, ese joven y dulce amor que siempre había adorado besar. Lo besó porque ya no podía contenerse y ya no quería hacerlo. Lo besó y no pensó en nada más que Jimin y él en ese momento y en ese lugar.

Jimin abrió sus ojos de par en par, sintió su cuerpo estremecerse al sentir los finos y cálidos labios de su hyung favorito sobre los suyos, y se dejó hacer, sin importar más nada, sin pensar en nada más.

Eran él y su amor eterno, eran Jimin y Yoongi...

Por cada latido de mi corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora