9 El amor lastima

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Tres meses, tres meses habían pasado desde que todos en la casa supieron de la relación de Jimin y Yoongi. Todo parecía estar en una calma que a veces era extraña.
Yoongi trabajaba incansablemente, se encerraba en su estudio y pasaba días y noches, componiendo. Pero a diferencia de otras veces, le había dado la contraseña de la cerradura a Jimin y aceptaba feliz cada vez que este iba a verlo. Jimin balanceaba su vida con sus compromisos y con su amado novio. Se encargaba de que desayunara, almorzara y cenara en horarios decentes. Lo incitaba a bañarse juntos para asegurarse de que lo hiciera y esas acciones desataban los momentos más apasionados entre ambos.
Podía decir que era la calma que antecedia al huracán. Un huracán llamado Min Yoongi.

Los preparativos duraron toda la tarde, esa noche saldrían de gira, Estados Unidos los esperaba con los brazos abiertos, los tickets para sus conciertos se habían vendido como pan caliente y ellos no podían estar más emocionados.
Todo iba bien, todo iba demasiado bien.
Jungkook había vuelto a acercarse a Jimin, intentaba no molestar a Yoongi así que evitaba estar con él frente al otro, pero su relación iba poco a poco volviendo a ser como antes. Claro que al más joven no se le había pasado su enamoramiento con el otro pero prefería seguir a su lado antes de no tener nada de Jimin.
Y estaba bien, Taehyung se aseguraba de que estuviese bien y Kookie no podía negar que la atención de Tae le gustaba más de lo que podía reconocer. Tanto así que lo ponía celoso y posesivo cuando Hoby intentaba acercarse de más al otro diciéndole palabras bonitas e intentando llamar siempre su atención.
Jimin había notado el cambio en Jungkook y no podía negar que lo ponía feliz pensar que tal vez en un futuro su amigo del alma podría tener algo verdadero con el más pequeño del grupo.
Se lo había comentado a Yoongi, pero este no se convencía, decía que solo lo hacía para intentar darle celos a Jimin y que solo jugaba con Taehyung y entonces esos eran los momentos en los que discutían sin descanso haciendo ver que cada uno podia tener razón en sus alegatos pero ninguno daba el brazo a torcer.
Pero habían logrado que sus peleas solo fueran pasajeras. No se habían vuelto a separar y todo lo arreglaban con pedidos de disculpas, besos lujuriosos y mimos que los llevaban a hacer el amor de manera incansable y apasionado.
Estaban viviendo su mejor momento, o eso querían creer.

La gira por América fue todo un éxito, cantaron en estadios gigantes, fueron invitados a los programas de televisión más importantes y recorrieron varias ciudades.

Durante la mañana del primer día en Corea, Jimin había estado entrenando junto a Hoseok y Jungkook ya que pronto se acercaría un festival importante al cual habían sido invitados. Y como los tres formaban parte de la línea de baile, lo más probable era que presentaran una coreografía ellos solos.

Uno de los asistentes entró al salón de prácticas, se acercó a Jimin y le explicó que el mánager necesitaba hablar con él. Jimin secó su sudor y salió detrás del chico para llegar a la oficina de su jefe.

-Jimin gracias por venir- lo recibió el mánager haciendo una reverencia.

-¿Para qué soy bueno hyung?- preguntó mientras se sentaba en el sillón frente al otro.

-Bueno en unos meses se llevará a cabo el festival de bandas de Corea y por supuesto han sido invitados, además de que les entregaran varios premios por todos sus logros. Algunas agencias nos hemos puesto de acuerdo y hemos decidido hacer presentaciones especiales, ya sean batallas de rap, coreografías especiales y duos o tríos de diversos grupos. Así que pensé en ti para que nos representes en una gran coreografía junto al gran bailarín Lee Taemin, realmente creo que harán una presentación magnífica los dos juntos- explicó sin dejar de sonreír.

Los ojos de Jimin brillaron emocionados.
-¿Es esto cierto hyung? Yo representare a la empresa, a mis compañeros, ¿es de verdad? Es decir parece un sueño y no lo puedo creer- exclamó sumamente emocionado y hasta con algunas lágrimas rebeldes escapando de sus ojos.

-Te lo mereces Jimin, todos sabemos lo duro que has trabajado y lo que te has exigido para superarte día a día- comentó regalándole una gran sonrisa.

-Pero Hoseok, él es el mejor bailarín del grupo, él debería representarnos- soltó mirando al otro como si fuera una obviedad lo que decía.

-Hoseok dio tu nombre, él solo habló de ti y de cómo te lo merecías, no es que los demás no lo merezcan pero hay algo que tus compañeros comparten y es la gratitud que sienten al saber que siempre das más de lo que puedes dar para el grupo, así que cuando se me ocurrió la idea lo hablé con Hoseok y con Namjoon por ser el líder y ambos estuvieron de acuerdo con mi decisión. Créeme Jimin tus compañeros te aman y confían en ti-

-Voy a dar lo mejor de mi hyung para que mis amigos se sientan felices por haberme elegido-

-Los sé Jimin, no esperaba menos de ti- comentó volviendo a sonreír.- Mañana comenzarán los ensayos, en un principio le pedí a Lee que ensayaran aquí, luego ustedes podrán elegir lo que les sea más cómodo-

-Muy bien hyung, estaré aquí temprano mañana-

Jimin se levantó hizo una reverencia y salió de la oficina con una sonrisa pintada en su rostro. Estaba feliz, una oportunidad como esa no se presentaba todos los días y él sabía que debía dar lo mejor para agradecer la confianza que sus amigos habían depositado en él.

-¡Alguien está contento!- la voz de su novio lo hizo sonreír aún más.

Entró al estudio y cerró la puerta se sentó en el regazo del otro y le contó acerca de la reunión con el mánager.
Yoongi lo miró con sus ojos envueltos en llamas.

-No entiendo por qué estás tan contento, no deberías ponerte así, no sé que tiene de emocionante que te estés mostrando con poca ropa frente a todo Corea y a eso sumarle que te la pasarás durante dos meses encerrado con el idiota de Lee quien obviamente te come con la mirada porque no puede hacerlo como realmente quisiera- espetó con sarcasmo y veneno puro.

Jimin se puso de pie indagó su rostro con su mirada y antes de irse de allí habló.
-Sabes, siempre me hace feliz cada cosa que logras, no por mi, no por el grupo, no por la empresa, por ti, porque sé lo importante que es tu música para ti y hasta donde quieres llegar. La danza es mi vida, siempre lo fue y hubiese vendido mi alma al diablo por una mínima oportunidad, y al fin llegó, al fin voy a hacer una de las cosas que más amo. Me hubiese gustado que por una vez estuvieses feliz por mi y no seas el egoísta que siempre has sido-

Salió de allí dando un portazo, sus lágrimas amenazaban con salir pero no las dejó, no se permitió llorar. Estaba harto, hacía tanto tiempo que luchaba en un mar de tiburones para poder estar con Yoongi. Todo lo que quería hacerse creer a él mismo era una estupida farsa. Yoongi nunca había cambiado, lo recibía cuando tenía ganas y sino lo echaba como a un perro, peor que a un perro porque con los animales demostraba más sentimientos. A veces le decía que su comida era un asco y que no lo molestara porque tenía cosas más importantes que hacer que perder el tiempo con él, y cuando hacían el amor, era Jimin quien lo sentía de esa manera, porque para Yoongi parecía ser solo un polvo necesitado con alguien que le servía para dicho fin.
¿Por qué había querido convencerse de que su relación con Yoongi era dulce y apasionada? ¿Por qué seguía allí como el peor de los masoquistas? ¿Por qué no había dado fin a tanto dolor y se había acostumbrado a las migajas de una amor enfermo y desesperante? ¿Por qué no podía amarse un poco más a él mismo y un poco menos a Min Yoongi?.
Se fue directo a su departamento. No permitiría que Yoongi volviese a destruir lo que tanto le había costado construir.

Había tomado la decisión y si su novio no aceptaba lo que a él le hacía feliz entonces Min no sería más su novio.

Por cada latido de mi corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora