Nacer, crecer y morir, tres fases por las que pasamos todos, suenan inofensivas esas palabras al igual de simples cuando en realidad son lo contrario, nadie mencionó que incluiría una última última palabra "sufrir", pero sólo hablo de mi vida, generalizar no es algo que me agrade como a los demás, porque generalizar incluye creer en las clases sociales y a mi no me agrada la jerarquía, pero, de donde provengo lamentablemente existe esta ideal.
Soy la hija de una familia de buen estatus en todos los aspectos, la familia Kyandī, llegando a esta como la hija mayor. Pero, el dinero no es eterno, perdimos todo por un mal negocio de mi padre el cual no lo tomó tan bien como mi madre y yo.Dejemos las "desgracias" en segundo plano, ahora mi mayor preocupación era asistir a la escuela y presentarme con mis compañeros, nunca me gustó la idea de cambiarme de escuela a cada momento ya que eso incluiría empezar de nueva cuenta, aunque diré que era una grandiosa idea ya que los compañeros que tenía eran unos oportunistas, por no decir una palabra mayor.
-El día de hoy se nos une una nueva compañera, puede pasar- la voz del maestro me despertó del trance en el que me encontraba, deslice la puerta con nervios encontrándose con un aula amena y con las miradas de muchos niños encima mío, mi mayor miedo, lo sé creo que soy bastante miedosa -puede presentarse-
-Soy Kyandī Saki, es un gusto-
-puede sentarse al lado de Takashi Mitsuya- el profesor señalo a un niño de cabello púrpura con una mirada perdida, ¿así es la vida de otras personas?, me senté a su lado mientras mi mente se encontraba perdida; la clase había acabado y era hora del descanso por lo cual me quede en mi asiento y saque mi bento, me dí cuenta de que el niño a mi lado no salió al patio, ¿Debería hablarle? ¿Qué se le dice a una persona que quieres conocer?...
-¿tengo algo?- pregunto dirigiendo su mirada a mi, rompí una regla el día de hoy, jamás debo de mirar a una persona a los ojos pero nunca había visto unos orbes azules en mi vida como los de se chico.
-no, pensé que saldría al patio- le dije escondiendo mi nerviosismo, supongo que le molestó mi mirada.
-estoy cansado- se recostó en el pupitre y cerro los ojos.
-si, se ve, su mirada se encuentra muy perdida- solo volteo su cabeza a mi dirección y sonrió, ¿dije algo gracioso?
-somos de la misma edad, ¿por que tantas formalidades? parece que nunca has estado en una escuela baja- a pesar de lo que decía me sonrió de una manera dulce que me hacia sentir bien, había olvidado que en estas escuelas no hay muchas formalidades.
-supongo que se nota mucho, por cierto ¿no vas a comer? estás cansado y si no comes estarás peor... -su mirada confundida me dejó perpleja por un momento, tal vez me estaba metiendo mucho en su vida- no es como que quiera meterme en tus hábitos alimenticios pero...- me interrumpió volviendo a reír.
-estoy bien así, gracias- ese chico era muy amable, creo que nunca olvidare esa cálida sonrisa.
-¿cual es tu nombre? se me olvido, lo lamento- una pequeña sonrisa se me escapo de los labios y mire a el de cabello purpura.
-Takashi Mitsuya, ¿Y tu?-
-Kyandī Saki-
Desde aquel momento surgió una amistad con aquel chico, no fue una buena forma de empezar una amistad pero nadie juzga el inicio si no el proceso, aunque este inicio fue vergonzoso para mi.
Todo tiene un final, para mi mala suerte la felicidad que forme en tan pocos tres años desapareció con la recuperación del dinero de mi padre, debía de estar feliz por tener al fin una gran casa, una buena escuela, comer la fruta que quisiera y demás cosas, me sentía enfadada con la vida por quitarme aquella felicidad pero uno no puede ser tan egoísta... Y en algún momento si el destino quiere me traería de vuelta a esta gran amistad que tuve y me dará la valentía de hablar desde lo mas profundo de mi ser..
.
.
.
.
Hola, espero la historia sea de su agrado, hay muy pocas historias de este gran manga (opinión personal) espero le den apoyo y gracias por leer.
ESTÁS LEYENDO
Alas rotas
FanfictionSaki es una chica que tuvo la desgracia de nacer en una cuna de oro, enfrentar las adversidades es lo único que le queda por hacer, aun si para afrontarlas tiene que hacerse de la vista ciega ante los acontecimientos de su vida. ¿Podrá alguna vez se...