Este capítulo y el otro tendrán una escritura rara en algunos diálogos, a lo largo del episodio sabrán por que, así que no, no es falta de ortografía.
Amane.
La señorita Saki no lo sabe y es mejor que no lo sepa aunque, hubo veces en las que se pregunto sobre su condición, como su fiel confidente diré que ha sufrido de todo en sus escasos quince años; cuando ella tenía los cinco sufrió un accidente mientras jugaba en el pueblo del que provenía su madre, cada navidad visitaba a su abuela materna y su lugar favorito eran los árboles de durazno, aún recuerdo que solía cortar los duraznos para comerlos en dulce junto a su familia. Cuando el sol se ocultaba por las esponjosas nubes pintadas en colores cálidos ella se escapaba junto a su primo a escalar los árboles y ver las estrellas, recuerdo que esperaba las navidades con ansias y lo comprendo pues forjaba recuerdos amenos que llenaban su corazón de alegría.
En uno de sus escapes a las hortalizas llego su primo muy exaltado diciendo cosas sin sentido, se le veía asustado y estaba llorando.
-¡tía, mamá por favor ayúdenla!- llego su primo con la respiración entre cortada.
-por favor cálmate, ¿Qué ocurrió?, ¿Dónde esta Saki?- pregunto la señora Akiko
-estábamos en lo alto de un árbol... y cayo-empezó a llorar desconsolado -n-no quiero que muera-
Su madre sintió que su corazón se salía en ese instante al igual que yo, fuimos a verla al mismo tiempo que llamábamos a una ambulancia, la encontramos con sangre en la cabeza, decidimos no moverla por miedo a causarle un daño mayor, honestamente me entro un gran miedo y ni hablar de su primo y la señora Akiko la cual solamente lloraba desconsoladamente mientras susurraba muchas palabras que llegaron a mis oídos, tenia temor de que su esposo se enterara de lo ocurrido pues le tenia un aprecio enorme a su hija, lo mas seguro era que se enojaría y Akiko recibiría una lección por lo ocurrido.
Se llevaron a Saki, su madre la acompaño en la ambulancia y las alcance en el hospital dándole mi apoyo, no recibíamos noticias de ella que creímos lo peor por un momento, sabia que pensar negativo no era bueno pero jamás nos entrenaron para un momento como este y de ser así ningún entrenamiento funcionaria.
-pudimos parar el sangrado, pero necesito que estén preparadas para lo que viene, posiblemente el golpe deje secuelas- esas fueron las palabras del doctor, me sentí aliviada pero a su vez preocupada, ¿Qué le pasaría a Saki?, solo el tiempo nos daría la respuesta y estábamos dispuestas a recibirla sea buena o mala. Pasaron dos días largos para que despertara, días en los cuales nos mantuvimos en constantes guardias para avisar si se veía una reacción por parte de la pequeña, aun recuerdo lo histérico que se puso el señor Ikkei por la señorita, cancelo todas sus reuniones para poder estar presente cuando su hija recobrase la conciencia, él no era un mal padre pero si un mal esposo.
-hola querida, que alegría verte sana y salva- le hablo el señor Ikkei dejando un peluche enorme de tortuga, el animal favorito de la señorita -debes descansar para poder mejorar- mi vista se dirigió a la señorita que nos examinaba con la mirada y tenia indicios de querer hablar.
-¿fue que paso?- pregunto confusa la pequeña.
-querida...no te entendemos- hablo el señor Ikkei.
-...- aquel silencio provoco una atmosfera incomoda, la mirada de la señorita se notaba confundida, su madre salió de la habitación llorando y su padre se mantuvo en silencio mirando detenidamente a su hija.
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Alas rotas
FanficSaki es una chica que tuvo la desgracia de nacer en una cuna de oro, enfrentar las adversidades es lo único que le queda por hacer, aun si para afrontarlas tiene que hacerse de la vista ciega ante los acontecimientos de su vida. ¿Podrá alguna vez se...