Capítulo 4- Desconfianza

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-Recuerda que en este mundo cualquiera es una mala persona, solo tu familia te va a apreciar- 

-Maeko chan es mi amiga, nunca me va a hacer daño- las heridas le dolían a la pequeña pelinegra pero defendía a sus seres queridos con agallas.

-¡padre por favor deja a mi hermana!-

-cállate- iba a golpearlo y Saki se interpuso recibiendo aquel golpe.

-Hermana...¡eres un monstro!- grito el infante mientras se arrodillaba y lloraba en el regazo de su hermana mayor.

-no llores Eiji, mientras siga viva el no va a tocarte ni un solo dedo- hablo la pelinegra desde el suelo mientras abrazaba a su pequeño hermano.

-esta bien mi niña, solo recuerda que no debes de confiar en nadie, los delincuentes están en todos lados, no podrás proteger tu vida y la de otra persona al mismo tiempo-

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La suspicacia se apodero de la mente de la pelinegra, frente a ella se encontraba su amigo de la infancia, sin embargo, se veía tan cambiado que no lo podía reconocer, tenia un rasgo intimidante no había duda, su amigo era ahora un delincuente, pero, ¿por que? el chico que conoció hace años era muy amable y cuidaba de sus hermanas.

-hace mucho que no te veo, ¿Cómo va todo?- pregunto con la misma sonrisa de hace años, esa sonrisa que ella no podía olvidar.

-supongo que bien- las palabras salieron secas, Saki se defendía con indiferencia, cuando se sentía en peligro era de pocas palabras.

-¿Quien es ese Saki chan?- intervino su amiga en la conversación, aunque mentía ya que conocía a aquel chico de cabello purpura. 

-un conocido del jardín de niños- contesto de manera seria, cosa que sorprendió un poco a Takashi -con permiso, nos retiramos- dijo mientras se alejaba sola.

-eh te paso el numero de Saki chan, toma- le ofreció al de cabello purpura un papel.

-¿Por que querría esto?- miro el papel doblado confundido.

-se que lo vas a ocupar Mitsuya, no sabia que de la chica que hablabas era Saki chan- comento mientras se alejaba, sin duda su amiga pelinegra la mataría por esa acción irracional pero se sentía feliz "te sacare de esa jaula Saki chan"

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Se encontraba en su casa recibiendo un sermón por parte de su padre, sabia que se lo merecía por desobedecer sus ordenes, después de todo ella falto a su practica de voleibol y a su clase de ruso, aunque, el tiempo perdido no era lo que le importaba a su padre.

-¡he invertido mucho dinero en tu educación! creí que eras una chica recta- dijo dándole una cachetada, ella no respondió y se mantuvo firme, los golpes no le dolían pues eran poco con lo que su padre le había hecho hace años -mañana Amane san te va a llevar a la escuela, también te llevara a tu club, puedes regresar sola- dijo mientras se retiraba 

Alas rotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora