De nuevo una molesta fiesta se presentaba en la casa de sus padres, lo que significaba una sola cosa "no hay comida", creía que podía soportar la semana entera sin comer pues sus padres habían tenido fiestas toda la semana hasta llegado el domingo, día para el cual sentía que desfallecía. Quedarse quieta y esperar a que las cosas acabaran no seria algo digno de parte de la oji azul, arruinaría su reputación de revoltosa; se encontraba observando de nueva cuenta a los invitados pero esta vez con la intención de atacar la mesa de comida y salir corriendo.
-hola, nos volvemos a ver- la dulce voz de una chica la espanto.
-eh... si- respondió nerviosa pues pensaba que aquella pelinegra la ofendería, tenia la falacia de creer que todas las personas adineradas eran falsas, una idea que aprendió al convivir con muchas personas de esa categoría y que lamentablemente eran iguales en cualquier sentido.
-le vi hace un momento en la mesa de comida- menciono la pelinegra -así que tome, puede comer lo que quiera- de sus manos escondidas detrás de si, saco comida dejando sorprendida a la oji azul quien por instinto se alejo -¿no le gustan las pastas? ¿Qué prefiere que le traiga?-
-las pastas están bien- respondió Maeko en un susurro casi inaudible para después comer de manera rápida debido al hambre que tenia desde hace unos días, al percatarse de que estaba comiendo de manera desquiciada se preocupo.
"¿Que pensara de mi esta chica?"
"Probablemente me regañe, me ofenda y se vaya..."
-¿Cuantos días le mantuvieron sin comer?- tal vez estaba delirando debido a la desnutrición, pero sentía que lo que había dicho era real, ¿alguien preocupándose por mi?, era lo que pensaba al sentir la mirada seria de la pelinegra.
-Veras que soy muy preocupada por mi peso, de grande quiero ser modelo y no quiero engordar, ¿entiendes la dura vida de una modelo? pues estoy aprendiendo desde esta edad- mentir era una de sus cualidades mas fuertes al tener unos padres que renegaban de ella, sabia que si mencionaba el apellido de ellos se metería en serios problemas. Aunque claramente esa mentira no convenció del todo a la chica frente a sus ojos.
-¿Que haces con la comida de nuestros invitados?- se escucho la molesta voz de su madre.
-Disculpe señora, fue culpa mía, no quisiera que por mi esta chica la pase mal- ¿por que se disculpaba? ¿por que actuaba como la persona mas buena del mundo?, la mente de la castaña quedo en un estado de shock al ver sus acciones.
-oh, no es problema Kyandi san, no es digno de una señorita hablar con las sirvientas pero si que eres bondadosa- lo mesta voz de su madre respondió ante las palabras de la chica, Maeko notaba mentiras con las palabras de su madre, después de todo así era el mundo en el que para su desgracia había nacido.
"No puedes escoger la forma ni el lugar en el que naces, estúpidas reglas de vida"
-por favor no insulte a esta señorita, si me disculpa me gustaría llevarla a la gala como mi invitada- la petición le sorprendió en todos los aspectos, la mirada de la de ojos marrones se mantenía firme sin titubeos frente a su progenitora, ella en su lugar se sentiría en un pantano ahogándose ante la desafiante mirada de su madre.
-eh... si claro aunque será ya sabe... una distracción para los invitados, no tiene la ropa adecuada para la gala-
"¿Que esperas para negarte? te hare pasar por humillaciones, mi madre tiene razón"
-no me importan las miradas, vayamos- la de mirada marrón tomo su mano y la llevo a la gala, su mano se sentía muy cálida al igual que su corazón, nadie había hecho tanto por ella en tanto tiempo. Aun podía escuchar el sonido de las cadenas que llevaba, sus manos dejaban de sentir ese peso, al fin la tan anhelada libertad se asomaba por las montañas de dificultades.
-Al fin vamos a poder comer tranquilas, por cierto que descortés fui, me llamo Kyandi Saki- se presento con una pequeña sonrisa nerviosa.
-eh, yo soy Maeko Fuk... solo dime Maeko-
-La señora Fukui es tu madre, ¿no es así?, no se parecen nada, tu eres mas agradable-
-¡Se mi amiga!-aceptaba que la actitud de aquella chica la había asombrado, ¿Qué genialidades le esperaban al ser su amiga?, quería descubrir la respuesta a esa interrogante.
-a la orden chica modelo- contesto entre risas la chica- buena mentira, solo un tonto la creería, ¿Qué te parece asaltar la mesa de dulces?-
-¡Así se habla! creí que eras una muñequita educada-
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Y así los años pasaron, aquella chica de ojos marrones se había convertido en su mejor amiga, todo era color de rosa hasta cierto día en el que la pelinegra empezó a actuar extraña, Maeko se entero de que su madre había fallecido y entendió el porque su amiga actuaba de manera distante. Aunque su preocupación aumento a lo largo de los años al observar de cerca la actitud tan fría que tomaba su amiga con todos, tan seria, sin una pizca de felicidad. Anhelaba regresar el tiempo y evitar muchas cosas que hacían ahora infeliz a su querida amiga
"Tan muerta en vida..."
-vayamos a comer, ¿Qué te parece?-la mirada de su amiga cambiaba con el pasar del tiempo, tan demacrada, cansada de la vida, sin ganas de hacer las cosas, todas las emociones negativas las podía observar como un reflejo de su alma. Aun recordaba las veces que intento persuadir a su amiga de divertirse al menos una vez en su vida, todas las respuestas que recibía eran negativas, se sentía cansada de repetir la misma frase pero sus esperanzas no se iban a ir tan fácilmente.
"nunca había sentido tanta desesperación por algo desde que era niña.."
"Ella me pide ayuda a gritos, su silenciosa alma sufre"
"Dios... ¿por que las personas mas buenas tienen que sufrir?"
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Capitulo corto, con esto concluyo el pasado de Maeko. Suerte en esta semana :)
Hoy no hay multimedia, no sabia que poner.
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Alas rotas
FanfictionSaki es una chica que tuvo la desgracia de nacer en una cuna de oro, enfrentar las adversidades es lo único que le queda por hacer, aun si para afrontarlas tiene que hacerse de la vista ciega ante los acontecimientos de su vida. ¿Podrá alguna vez se...