Capítulo 3- El peligro de la ciudad

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Saki miraba sorprendida aquella escena, todo a su alrededor pasaba en cámara lenta, desde las voces a su alrededor al igual que las imágenes en secuencia, estaba confundida por todo lo sucedido en el día, en la tarde todo era felicidad hasta llegada la noche en el festival, ¿Por que su amiga estaba metida en cosas tan inexplicables?, tal vez por eso nadie quería acercarse a ella por sus gustos extraños al igual de su manera despreocupada de ver la vida; pero, la pelinegra seguía a su lado porque era una compañía que le traía paz a su vida.

-No puedes hacer nada Maeko chan- hablo una chica rubia que se encontraba a su lado, Saki confundida por la situación no sabía que hacer así que se mantuvo quieta en su lugar admirando los orbes azules de su amiga, estaba enojada por lo sucedido, al parecer esa persona era alguien importante para ella.

-¡Takemichi kun!- hablo la chica de cabello rojizo al ver a un chico de cabello rubio cargar al herido.

-¡hay que ayudarlo Saki san!- menciono Maeko con una mirada seria, la pelinegra corrió hasta aquel chico que no conocía, ambas preguntaron si podían ayudar y llamaron a una ambulancia.

-Ya llamaron a una ambulancia- mencionó la chica de cabello rubio

-¿cuanto va a tardar en llegar?- pregunto el rubio a la chica pelirroja 

-No lo se, parece que las calles están llenas debido al festival y la lluvia- contesto la pelirroja 

-¡el pequeño Drakken no murió aun!- se escucho una voz arrogante, los integrantes que habían atacado a el chico de tatuaje de dragón estaban frente a el mencionado Takemichi, era el fin para los presentes y eso lo sabía a la perfección el rubio, el ambiente se noto tanto que el chico al que llamaron Drakken se levantó y hablo con Takemichi. 

Miedo... era el sentimiento que calaba los pulmones de nuestra protagonista, jamás presencio una pelea a muerte debido a la jaula en la que su padre la mantenía, ella se encontraba en una analogía con las aves domesticas a las cuales encierran en una jaula para acostumbrarlos a una vida sin la llamada supervivencia, un ave sin esa experiencia cuando decida dejar esa reja tiene mas posibilidades de morir que de sobrevivir; su cuerpo sentía adrenalina, un molesto sentimiento que le decía "vamos pelea, ayuda a ese chico" calaba todo su ser.

-llévate a las chicas y ponlas a salvo, yo me encargo Takemicchi

-ahhhhhh ¡jodidamente patético!- el grito de aquel chico dejo sorprendida a Saki, desde su perspectiva era un tipo que no tenía fuerza alguna ¿Cómo iba a vencer a esa pandilla de maniáticos? ¿iba siquiera a sobrevivir?

"ese chico tiene agallas..."

-¿que pasa perra? ¿también quieres morir?- menciono intimidante un chico corpulento de gran altura.

-Saki san mantente detrás de mi, te protegeré- Maeko miraba al frente de manera seria, esa faceta Saki la desconocía, en ese momento se sentía entre la espada y la pared, aquel chico necesitaba ayuda pero aún así peleaba y daba todo de si mismo, no conocía a ese chico pero de alguna manera admiraba ese espíritu de lucha que daba, algo de lo que ella carecía. 

-Yo no perdí- menciono el rubio con una mirada decisiva.

-apuesto 100.000.000 por Takemichi- dijo el de tatuaje de dragón.

Alas rotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora