Capítulo 5- El llamado del corazón

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¿aun recuerdas la primera vez que te sentiste feliz? el momento mas feliz de Saki fue el nacimiento de su hermano y aparte el conocer a el chico de cabello purpura, se había dado cuenta de lo feliz que era demasiado tarde, nunca se despidió de el porque creía que seguirían en la misma escuela, cuando se entero que iba a ir a otra escuela se sintió vacía. Un sentimiento de culpa y preocupación se sembró desde ese día, siempre se preguntaba como estaba ese chico que llenaba su corazón de calidez; había olvidado lo diferentes que eran, ella vivía con todas las comodidades y el luchaba por sobrevivir...sobrevivir...tal vez esa sea la respuesta a el porque es lo que es.

-Es incomodo estar con personas que no conozco y hablar de mi vida tan a la ligera- dijo la pelinegra sentándose en la banqueta de aquella calle.

-ahora tienes una mirada mas cansada que la mía- menciono en broma el oji azul mientras se sentaba a su lado

-oh si, la academia a la que voy me exige demasiado- abrazo sus piernas mientras observaba el atardecer -¿te encuentras bien? ayer estuviste en esa pelea- dijo preocupada la pelinegra, no podía sacarse la imagen de ese chico, estaba herido y eso le llenaba de preocupación; comprendía que era normal ya que con la vida que llevaba eso era poco.

-veo que preocuparte no ha cambiado- dijo sonriente, por un momento sentía que el tiempo se paraba y tejía un sentimiento de calma con suma delicadeza, Saki odiaba ese sentimiento que la hacia sentirse extrañamente bien, le paso lo mismo con aquella chica revoltosa que se convirtió en su amiga, sin duda alguna sabia que le agradaban en cierta manera esas dos personas, ambas la trataban bien que sentía que no lo merecía.

-¡no digas eso con ese tono!- la pelinegra se percato de su manera tan exaltada de decir las cosas, en sus adentros sentía mucha vergüenza de sus acciones, ¿por que volvía a ser la niña que era antes?, ahora era una señorita que en todo momento seguía la etiqueta tanto que era conocida en su escuela por ser una persona muy reservada y respetuosa. Dirigió su mirada al chico a su lado para encontrarse con un Mitsuya con la mirada confundida.

-¡al fin te encuentro!- se escucho la voz de Maeko llamando la atención de los jóvenes -¡deja de asechar con tus encantos a mi Saki!- regaño la recién llegada a el de cabello purpura "Maeko chan, agradezco por primera vez que interrumpas"

-no estoy haciendo nada maldita sea- replico el oji azul con un tono desganado.

-no estaba haciendo algo malo Maeko chan- intento calmar a su amiga la pelinegra.

-esta bien...vine para decirte que la capitana del equipo quiere verte, al parecer el siguiente entrenamiento es con una buena escuela, espero no se te haya olvidado eso- la mirada de Saki mostraba cansancio y confusión, no hay manera de regañarla ya que su día estaba repleto de cosas que hacer, le llenaba de felicidad saber que su amiga compartía casi las mismas actividades que ella, pero por otro lado, ella deseaba tener mas tiempo para hacer algo divertido con su vida. -no tienes remedio Saki...¡ya se! se me acaba de ocurrir una idea, tiene que ver contigo ojos de mapache- menciono la oji azul señalando a Mitsuya.

-tengo muchas cosas que hacer, no me incluyas en tus problemas- menciono con cansancio, la pelinegra se sentía excluida de la conversación y se preguntaba desde hace poco como es que Maeko conocía a la pandilla en la que esta su amigo de la infancia.

Alas rotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora