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CAPITULO 3


  Christian

  Ya son las 12:30 Pm, ¿A qué hora saldrá?

   Admito que estaba interesado en ella desde el momento en que la ví, quería conocerla, una necesidad de conocerla a fondo que no puedo explicar, algo de ella me atraía pero no sabía que.

— Hola— llegó sin darme cuenta mientras me sonreía tímidamente

— Hola —sonreí — Bueno, señorita —estreche mi mano—Soy Christian Beth, un placer en conocerte—sonreí

—Alana Evans—junto su mano con la mía y decidí darle un beso en la parte de arriba de su mano—El placer es mío —sonrió.

  A lo lejos pude ver a Elizabeth, fulminandome con la mirada.

  Perfecto, esta es mi hora de desquitarme por todos los celos que he sentido, debe estar muriéndose de los celos.

Pensaba.

— ¿Puedo acompañarte a tu casa? Digo, si quieres.

— Está bien, porque no—sonrió

  Tenía una sonrisa sumamente hermosa, cautivaba a cualquiera, era hermosa pero a su vez muy tímida, se sonrojaba con facilidad cuando le hablaba, podía notarlo además de su nerviosismo cuando me acercaba a ella, trataba de encontrar algo, una respuesta lógica del porque me llamaba tanto la atención, sacando su físico, había algo más... Algo, pero no sabía que era por lo que me propuse a investigarlo.

    Narra Alana

No entendía porque me sentía así cuando lo veía, sentía cosas extrañas en mi estómago, admito que desde aquel día del auto él llamo mi atención, había algo, algo que me atraía de él pero no sabía que era.

Pero un día juré que nadie podría lastimarme, no dejaría que nadie me hiciera sentir todo lo que mi padre le hizo sentir a mi madre. Por ese motivo decidí esconderme detrás de una fuerte armadura para que nadie pudiera entrar.

(...)

   Conversación en WhatsApp

Christian:
Bueno, cuéntame quiero saber más de ti, tienes 15 años ya falta poco para que vayas a la universidad, ¿Cuándo cumples años?

—¿Sabías que la pregunta no tiene mucho que ver con lo que acabas de decir, no? Pero respondiendola, el 5 de mayo.

Christian:
Am, interesante faltan solo dos semanas.

—¿Qué comes que adivinas?

Christian:
¿Harás fiesta? Si haces algo obviamente seré el primero en ir, claro está

—No tenía pensado hacer algo realmente, no soy de celebrar por lo alto mi cumpleaños, pero escuché que quieren picarme un pastel y pues, podrás venir.

(...) Dos días después.

—Alana, ¿Puedo decirte algo?

—Claro—le sonreí

—me gustas

Dos palabras, un sentimiento, un mar de emociones. ¿Cómo era posible que con esas dos simples palabras pudo ponerme tan nerviosa? Sentía como mis mejillas se sonrojaban, mi rostro estaba ardiendo, no sabía que responder pero no quería actuar torpemente.

Amor ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora