¿Estaba segura de tomar esa decisión? ¿Realmente estaba dispuesta a matar a mi propio hijo?
—Entonces... ¿Estás completamente segura de qué no quieres tenerlo?—volvió a preguntar mi tía.
Y en ese momento fue cuando el peso de la realidad cayó con fuerza sobre mí, sentía mis hombros totalmente tensos, pesados, mi cuerpo entero estaba paralizado, mi mente se había nublado.
¿Enserio iba a hacerlo? ¿Iba a acabar con la vida de un ser inocente, qué no tenía la culpa de mis errores?
¿Enserio no me daría la oportunidad más hermosa que me estaba dando la vida?
¿Enserio era así de miserable?
Mis cuerdas vocales decidieron dar un paseo justo en ese instante porque no podía emitir ni siquiera un monosílabo. Sencillamente pude hacer una cosa, aquella que me condenaría y me perseguiría por todo lo que me restaba de existencia:
Asentir.
No pude descifrar los sentimientos que embargaban la mirada de mi tía, no sabía si era decepción o sencillamente alivio. Cómo fuera que sea, ya yo sentía que estaba muriendo lentamente por dentro y a la vez, no podía sentir nada, me sentía en un universo paralelo, como si mi alrededor estuviese al igual que mi cuerpo pero mi mente estuviera en un lugar completamente en blanco. Quedé por pequeños momentos en shock, en los cuales no reaccionaba y si lo hacía era cuando me preguntaba algo que volvía a la realidad.
Esa noche no cené mucho, no tenía hambre, lo que estaba a punto de pasar me tenía pensativa y sobre todo conmocionada, nunca se está preparada para hacer algo así, jamás se les habla a las hija sobre como es el aborto, porque sí, lo que estaba a punto de hacer era eso, abortar a mi propio hijo. Me sentía tan basura, tan estúpida, una mierda de persona, pero sabía que tal vez era lo mejor...
¿Verdad?
Ω
A la hora siguiente, estábamos todas en el cuarto de mi madre. Yo estaba sentada, viendo la televisión o eso al menos trataba de aparentar porque estaba demasiado nerviosa como para realizar cualquier acción que no fuera pensar.
—Ya es hora—dijo mamá, mirándome.
Tragué saliva pero no respondí. Lo que estábamos a punto de hacer era peligroso, no es lo mismo abortar en un lugar donde están todos los recursos que en uno donde no se tiene ni la más mínima idea de como hacerlo.
Miré las dos pastillas que descansaban en la cama, ni siquiera el nombre sabía, no me lo quisieron decir, chisté en mi mente, ¿Pensaban que era capaz de hacerlo una segunda vez?
—Una de estas es para beberla y la otra se introduce...—mi tía hizo una mueca—por ahí.
—Y tiene que ser empujado con el dedo.
Abrí muchísimo mis ojos. ¿Era enserio? No me dejé ver por Christian—claro está que ellas no lo saben— ¿Me dejaría ver por ellas dos?
—Sería más complicado. Hay que buscar algo con lo que sea más fácil hacerlo.
Allí recordé que días antes había visto un palito que según tenía entendido, era para introducir los óvulos en aquel lugar, así que lo comenté, indicando el lugar donde lo había visto y pocos minutos después, llegaron con él.
—No creo que eso entre.—Te dejaste meter otra cosa que era mucho más grande y gruesa y no te quedaste, esto no es nada.—espeta la dulce Sarah Jones.
ESTÁS LEYENDO
Amor Imposible
Roman d'amourAlana Evans. Christian Beth. Sinónimos de diferencia. Dos almas tan distintas que sabrán cómo acoplarse el uno con el otro. Tendrán que pasar por muchos obstáculos para poder estar juntos. Y... si es que realmente quieren estar juntos. ¿Serán capa...