Bien dicen que una de los pilares fundamentales es la confianza, ¿No? Sin confianza sencillamente no hay nada, solamente dolores de cabeza, miedo, inquietudes, siempre se vive en zozobras y a la expectativa, el miedo y la angustia de no saber si está diciendo la verdad o si está mintiendo, es una de las cosas que nadie debería pasar.
Pero en mi caso era todo lo contrario. Estaba tan enamorada de Christian que le creía absolutamente todo lo que me decía, estaba tan ciega, tan sorda que no veía las advertencias a mi alrededor.
Hay un dicho que dice que no hay peor ciego que aquel que no quiere ver.
Bueno, ese dicho está hecho a la perfección para mí.
Pero sencilla confiaba en él porque no me dabas motivos para desconfiar.
Sabía que él había tenido algo un una chica, el cual sabía perfectamente que yo le caía mal por el simple hecho de que su novio estaba detras de mi, pero, ¿A caso yo tengo la culpa? Y en cierto punto ella tampoco era de mi agrado pero era irrelevante para mí lo que hiciera o no con su vida me era indiferente, ¡Pero vamos! Siempre tendremos esa espina en el corazón por el hecho de saber eso.
Pero aún así confiaba ciegamente en Christian, pero lo irónico aquí es que el me decía que ya no quería nada con ella pero aún así seguían hablándose pues un tío de él era pareja de una hermana de ella.
¿Que coincidencia, no? Que bello es el destino.
Y admito que no me agradaba esa idea pero no me quejaba ya que estaba tan ciega y enamorada de él, que bueno, ustedes me entienden.
Y un día, llegó a mí la primera señal de alerta, ¿Y adivinen quien no la captó?
Exacto, yo, como siempre la caída de la mata.
-Vamos un rato a la plaza, aún es temprano y no quiero llegar a mi casa aún, ¿Si?-pregunte a Teresa y Wilson.
Asintieron.
Llegando a la plaza nos sentamos en unos bancos, tomando aire fresco y hablando de todo un poco, cuando a lo lejos pude observar a alguien, era ella... Elizabeth, pero no. No estaba sola, estaba con Christian, Mi Christian.
Sentía como poco a poco mi sangre comenzaba a hervir, aprete los puños lo más que pude, tomé una gran bocanada de aire y sentía que mi cara ardía mucho.
-Alana-Teresa entrecierra los ojos-¿Aquel no es...
La interrumpí-Si-dije inmediatamente.
No sé dónde saque fuerzas y valor para levantarme e ir hacia ellos, pero no iba sola, Teresa me acompaño en todo momento, no pretendía llegar como la típica novia celosa armandole una escena de celos a su novio porque estaba con su examante.
Aunque ahora que lo pienso, fui una idiota.
Cómo sea, mi plan consistía en hacer de cuenta que no los había visto, llegarles de sorpresa mientras se comían sus respectivos helados, eso sí, sin perder la decencia y la compostura.
Pero mi plan fue en vano ya que la que se dió cuenta de mi presencia a la distancia fue ella y rápidamente tomo dos helados y se fue, Christian se dió la vuelta y me sonrió como si nada.
Inmundo descarado.
-Hola Alana-me sonríe-No sabía que estabas aqu...-le interrumpí abruptamente
-Y yo tampoco sabía que estabas aquí-arquee una ceja-Y mucho menos con ella-dije en un tono y rostro serio.
-Es que... Ella... Yo...-se notaba nervioso.
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Amor Imposible
RomanceAlana Evans. Christian Beth. Sinónimos de diferencia. Dos almas tan distintas que sabrán cómo acoplarse el uno con el otro. Tendrán que pasar por muchos obstáculos para poder estar juntos. Y... si es que realmente quieren estar juntos. ¿Serán capa...