Las cosas se estaban saliendo de control. Ya no era cosa de juego. Se había creado todo un chisme de que Alana Evans, o sea yo, estaba embarazada. Dios, a ese punto ya estaba arrepentida de todo. Solo quería aclarar que todo había sido un juego. Y solo eso. Quería darle una lección a Christian pero las cosas se voltearon a su favor.
Un día, decidí verme con Christian en el cyber que siempre frecuentaba. Habíamos quedado en qué yo saldría primero y luego él. Pero él se iría a pie para levantar cero sospechas. Pero como Christian Beth solo hace lo que su mente le diga, hizo todo lo contrario a lo que le dije. Ya que llegó en su nuevo carro y poco después que salí. Quería asesinarlo, él sabía cómo sacarme de mis casillas.
—Creéme, Alana. Terminé con Nina. O, ¿Crees que si aún siguiera con ella estuviera aquí?
Punto. Nina —su exnovia— vive a un par de casas del cyber así que podrían verlo conmigo y causar complicaciones. Si habían terminado. Trataba de actuar serena, pero por dentro miles de minis yo estaban haciendo una fiesta de celebración por su rompimiento. Iba a hablar, pero de momento Jake, el hermano de Dianne, llegó corriendo sumamente agitado:
—¡CHRISTIAN! ¡¡NECESITO DECIRTE ALGO!!
Puse los ojos en blanco, Christian gruñó a lo bajo y de mala gana fue a dónde estaba Jake.
—¡¿Qué?! —exclamó un Christian alterado.
Pude escuchar como le dijo al hermano de Dianne: Dile a Alana porque me fui.
Para luego arrancar de forma inmediata en el carro e irse. Estaba aturdida, confundida, no entendía lo que pasaba.
—Dianne me mandó a decirles que tu madre viene para acá, está furiosa, se dió cuenta de que te verías con Christian...
Un escalofrío me recorrió la espina dorsal. Mierda. Eso era malo. Me puse nerviosa y empecé a caminar de un lado a otro, no me importaba que la gente me viera. Seis minutos después llega Sarah Jones con el ceño fruncido. Estaba muy enojada. Y eso lo dejó claro con las palabras que me susurró:
—Ya se que te viniste a ver con el tipejo ese. No nací ayer, Alana Evans.
Y como Alana Evans no puede ser más tonta, inventó lo primero que se le cruzó en la mente:
—Él vino porque el señor del Wi-fi necesitaba hablar unas cosas con él, ya sabes, porque hace cosas con el wifi y...
—No te creo. En la casa hablamos.
Tragué saliva cuando dijo eso. Estaba investigando unas cosas pero sentía que todo lo hacía mal. La tenía a un lado de mí. Y me ponía muy nerviosa.
Ya en casa, decidí sentarme un rato con Dianne y sus padres. Ella se opuso pero me dejó ir. Me pareció ver algo, no mentiré al decir que no lo había pensado pero trataba de hacer de cuenta de que no. Así que tomé una silla, me senté en frente de Dianne y fingí sorpresa. Christian estaba sentado en el suelo, para que mi madre no lo viera cuando llegaramos. Hablamos de lo sucedido y nos reímos un poco. No pude evitarlo más y mi mirada se desvió hacía cierta parte de Christian que era notoria. El pantalón qué llevaba le quedaba algo ajustado así que había un notorio bulto ahí.
Él comenzó a revisar su facebook y de momento algo le dió risa.
—Alana, mira... me acordó a ti— dice para luego pasarme su teléfono.
Era una imagen de la espalda muy rasguñada de un chico. Esta le sangraba y los rasguños eran grandes. se acordó de mí puesto que, en nuestra primera vez, le rasguñé tanto la espalda que le quedaron demasiado notorios esos rasguños, era imposible no pasar desapercibidos. Luego de reír brevemente, una idea llegó a mi de forma rápida.
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Amor Imposible
RomanceAlana Evans. Christian Beth. Sinónimos de diferencia. Dos almas tan distintas que sabrán cómo acoplarse el uno con el otro. Tendrán que pasar por muchos obstáculos para poder estar juntos. Y... si es que realmente quieren estar juntos. ¿Serán capa...