28. Especial.

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Capítulo dedicado a Magdalena, vuelta algo y que el señor te dé el descanso eterno.

La vida en momentos suele tornarse dura, imponiéndonos obstáculos que seguramente serán difíciles de superar y, si es que lo superamos. Suele llevarse a personas especiales y queridas por muchos y deja a quienes solo estorban — por así decirlo— en la tierra.

Recuerdo estar con mi padre y abuelo haciendo una barbacoa en casa de Luis, un buen amigo de papá, cuando recibo una llamada. No le presté, al principio, mucha atención ya que estaba hablando con mi padre, al momento de tomarla lo primero que escuché fueron los sollozos de Isabel. Fruncí el ceño, ¿Porqué lloraba? ¿Ocurrió algo? Habló, pero solo pude entender dos palabras al principio: se murió.

Mi corazón comenzó a palpitar a un ritmo desenfrenado luego escuché que con dificultad dijo otra palabra, o al menos eso creí escuchar, ya que me equivoqué. Pensé, había nombrado a mi madre y rápidamente mi mente comenzó a maquinar lo peor.

¿Qué? Fue lo único que pude emitir al dar por finalizado mi pensamiento. Sentí algo horrible en mi pecho, como un vacío, un hueco. Como, literalmente, mi corazón se detuvo en fracciones de segundos y mi mente comenzó a maquinar todos sus recuerdos momentáneamente, su hermoso rostro vino a mí, haciendo que mis manos comenzaran temblar, sentí como la sangre llegaba de a golpe y de prisa a mi cabeza. De pronto, el aire se sintió pesado, me costaba respirar, mi mente palpitaba fuerte, un nudo se formó en mi garganta impidiendo, incluso, tragar.  Fueron segundos, pero bastaron para desequilibrarme por horas.

Hasta que por fin, Isabel logró estabilizar su voz y, finalmente, habló:

— Maga se murió. — dijo, entre llanto.

Solté todo el aire que tenía en los pulmones, aire que no sabía estaba conteniendo. ¡Dios! ¡Quería abofetear a Isabel! Me hizo pasar los segundos más amargos de mi vida. Él solo hecho de pensar eso... no.

Dios te cuide y te bendiga siempre, mamita hermosa.

Dios, enserio me hizo pasar un susto de la mierda. Aún mis manos temblaban y el dolor punzante en mi cabeza seguía. Incluso, no podía siquiera hablar.

Pero, caí en cuenta.

¿Maga murió?

¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Porqué?

A ver, para que entiendan: Magdalena, o como mejor era conocida: Maga. Fue una persona muy alegre y buena. Dió su mano y apoyo a todo aquel que lo necesitara. Viajó por casi todo el país, explorando y conociendo. Podría decirse que era una aventurera y alguien que amaba mucho el mar.

Pero, trágicamente, ocurrió un incidente. Un día, común y corriente para cualquiera, fue un día terrible para Maga. Se dirigía a su casa en un auto cuando fue interceptada por algunos antisociales que querían despojarla de su automóvil. Solo Dios, Maga y los ladrones saben que pasó exactamente ese día. El hecho es que, cuando la encontraron, la llevaron a su casa, pero no hablaba con nadie, no decía nada, que pasó, que le hicieron, nada. Estaba ida, en su mundo, nadie sabe que le ocurrió.

Luego, un par de meses después, su madre murió. Fue un golpe duro para ella, no pudo asimilarlo y empeoró. Creo que no puedo explicarle con exactitud que pasó con ella, pero todo aquello que ella conoció, lo olvidó. Todo aquello que alguna vez fue Magdalena, ya no más.

Podría decir que tuvo amnesia, o que alguna enfermedad la atacó — como el Alzheimer por ejemplo — pero les estaría mintiendo. Sencillamente su mente divagaba de aquí para allá, ya no estaba en ella, perdió el razocinio, sus cinco sentidos, sencillamente, ya no era Maga. Solo era alguien que en momentos se tornaban violenta o incluso hablaba sola. Quedó en un estado de shock permanente, y nadie pudo sacarla de ahí. 

Amor ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora