Amor Imposible

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¿Amar duele? Solo si el amor no es correspondido. Aunque siempre hay altas y bajas en una relación y tal vez en cada discusión alguien termine herido con las palabras del otro pero nada comparado con el dolor de saber que jamás te quisieron, que te mintieron, utilizaron y un sin fin de cosas más, el no ser correspondido dolía de una manera que no es posible explicar a ciencia cierta, solo se puede decir: Duele. Pero no sé compara con otro dolor existente.

Los días transcurrían, pasaban lentamente y era todo una total agonía. Trataba de ser fuerte y hacer de cuenta que no me dolía, pero, ¿A quién quiero engañar? Detrás de esa armadura debajo había una dulce niña que quería que ese dolor se fuera, que fuera pasajero, una niña que jamás quiso sentir el inmenso dolor que se acumulaba día a día  debajo de su pecho, exactamente en su corazón.

De por sí todos sabemos que tener un ex que te lastimo y verlo es incómodo y en momentos doloroso, pero, ¿Saben lo que se siente que tu ex sea tu vecino? Solo quien vivió eso en carne propia puede saber el dolor que se siente, la agonía, la frustración, pero se preguntarán ¿Frustración porque? Pues sí, porque yo soy masoquista y siempre tenía que hacerme daño a mi misma, siempre me asomaba en la ventana para ver si lo veía y si lo veía quería ver qué hacía y con quién estaba.

Sí, lo sé. Eso era masoquismo puro, pero realmente tenía y necesitaba ver todo lo que él hiciera para ver si así ese dolor de algún modo poco a poco sesaba.

Una que otra vez lo veía con Elizabeth, riendo acaloradamente. Decir que estaba celosa se quedaría corto, me dolía verlos, oírlos reír, todo se volvía un tormento para mí.

¿Y lo peor del caso? Que me reprimía todo, absolutamente todo. No decía como me hacía sentir eso, ni hablaba con alguien, me guardaba mis llanos y tristezas para mí misma.

Trataba de ser fuerte pero por dentro me moría por dentro lentamente, literalmente.

Me molestaba conmigo misma, porque sabía el poder que él tenía en mi, por hacerme sentir así, en momentos me culpaba por dejarlo entrar tan rápido en mi vida.

Fui una estúpida.

Una idiota al creer en tus palabras.

Me heriste sin motivo alguno.

¿Porqué me hiciste eso? ¿Por qué, Christian?,

Las horas pasaban, los días y las semanas. Y aunque seamos vecinos y nos veíamos todo el tiempo, siempre me ponía nerviosa, un nerviosismo que siempre me molestaba, que a veces no podía controlar

¿Y lo peor? Que él sabía todo lo que producía en mí.

Christian

Pasó un mes exactamente. Elizabeth y yo siempre nos veíamos a escondidas, admito que mi amor por ella iba creciendo día a día, teníamos sexo la mayor parte del tiempo y muchísimo más cuando ella peleaba con Ethan. Sabía que yo era su premio de consolación y que me buscaba para desquitarme se él cuando peleaban o se enteraba de que le había sido infiel una vez más.

Sí, no solamente ella le era infiel conmigo y con otros, también él le fue infiel a ella muchas veces.

Y admito que me aprovechaba de esa situación, pues la sentía más unida conmigo. Sí, lo sé, soy masoquista pero cuando se ama no hay barreras que puedan impedir el amor.

Pero había algo, o mejor dicho alguien, que inconscientemente se escabullia a mis pensamientos y hacia que una sonrisa tonta se alojara en mi rostro.