CAPITULO 3

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En la mansión familiar seguían estando Maximilian y Josephine, el mayordomo y la criada que le habían visto nacer y hacerse un mozo. Le instalaron en otra habitación, justo al otro lado de la casa, pues la suya ahora la ocupaban los hijos varones de su hermano.

El padre seguía sin dar crédito a lo que veían sus ojos. Aquel no parecía ser su hijo. Y su hermano lo veía como un lechuguino sacado de una portada de una revista de tías.

_¡Héctor!, le llamó su cuñada.

_Hola Emily, me alegro de verte. ¿Y mis sobrinos?

_Uff…todo bien gracias. Te veo espléndido, debes ser la envidia de todos los hombres y las mujeres no pararán de pisarte los talones…

 

Héctor se quedó por un momento al margen de la conversación que mantenía con Emily cuando mencionó “pisándote los talones” cuando empezó a recordar lo que le ocurrió hacía dos años mientras estaba en Londres.

LONDRES

DOS AÑOS ANTES.

 

_ ¿Sí?

_Soy Michel, el conserje del hotel, señor.

Vengo a traerle una carta con sello de urgencia.

_Voy, espere un segundo.

 

Héctor abrió la puerta, le entregaron la carta y se dispuso a leerla.

Era carta de Max, el mayordomo de su padre.

“Señorito Héctor, su padre ha recibido amenazas del abogado de una familia de California, diciéndole que si no deja en paz a su cliente, tendrá graves problemas, pero ya sabe como es su padre que no se rinde ante nada, Le escribo porque sé que usted es el único que puede arreglarlo, a pesar de que su padre y su hermano no confíen en usted y le quieran tener al margen de todos los negocios.

Creo, a mi entender señorito y sin ánimo de ofender, que usted ha demostrado ser más, no se como decirlo, más templado que el señor Broderick y seguro que si le he dicho esto es porque se que será mucho más efectivo que él.

Esta misiva es algo personal, espero que no me delate.

Su más fiel servidor.

Max.”

 

_No entiendo que negocios tiene mi padre en California. Jamás he escuchado nada haciendo referencia allí. Tampoco es que me cuenten mucho, la verdad.

Tendré que averiguar lo que ocurre.

Viajó a California en el primer vuelo, concretamente a San Diego. Se enteró por Max que ese abogado, un tal Bannister, amenazó por boca de su cliente, el señor Ollerson a su padre.

La razón la desconocía, pero no tardaría en averiguarla.

 

 San Diego, California

Rancho La Maleza

 

SEDUCIENDO A MI ENEMIGO #02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora