SEDUCIENDO A MI ENEMIGO #02

CAPITULO 7

_Nena, te llamo de manera urgente para darte un notición.

_Me asustas Ann, ¿qué ocurre?

_Se trata de la mansión Hamilton, la de la Quinta Avenida de

Nueva York, recuerdas?

_Si claro, y?

_Se ha vendido en mano

_Imposible, el anciano no quería venderla la quería subastar.

_Pues alguien lo ha debido hacer muy bien porque se la ha vendido.

¿Imaginas la cantidad? Gritó sin parar de reír.

_Pues una millonada, no hay más que ver la estructura y lo grande que es la finca. ¿Quién es el comprador?

_Es una firma de transportes, tiene su sede en Londres pero también tiene aquí un despacho.

_¿Algún nombre en particular?

_Solo sabemos que es la M.K. Union Company y ….ahora agarrate a la silla que te caerás, hablé esta mañana con una de las secretarias de la compañía y me ha dicho que están buscando a alguien para que se encargue de la reforma y su posterior decoración.

_Dios mío!

_Tenemos negocio a la vista jefa y este no se nos puede escapar.

_Bueno escucha, lo primero tienes que intentar averiguar quien es el comprador y mandarle nuestra tarjeta de visita lo antes posible.

Eso es un filón Anny.

Ponte con ello. En cuanto sepas algo y me confirmes la entrevista me planto en Nueva York.

_Cualquier cosa me avisas por correo.

Mientras Claire estaba ensimismada en sus cavilaciones entró su madre en su habitación.

_Hija, quería decirte algo importante. ¿estás ocupada?

_No mamá, pasa y dime.

_¿Cuanto te quedarás esta vez hija?

_ Probablemente viaje a Nueva York la semana que viene.

_Hija, no sales de allí, últimamente.

_Mamá, allí está mi trabajo, mis amigos y mi vida. Aquí sabes que siempre me he aburrido.

_Pero tu padre te compró un apartamento en Malibú para que estuvieras cerca de nosotros.

_Eso fue cuando estuve estudiando en la Universidad, ¿recuerdas?

papá no quería que compartiera habitación en el campus con nadie.

Allí es donde conocí a Monic, ella fue la que me introdujo en el mundo de la decoración y me llevó a Nueva York. De Malibú solo recuerdo las playas y poco más, cuando descubrí el mundo este me atrapó y ya no lo pude dejar escapar.

_Hija, sabes que yo nunca te he hablado de estas cosas, pero tu padre y yo estamos algo preocupados por ti. Tienes 27 años, la juventud se pasa rápido y los 30 son críticos en una mujer.

_¿De qué me hablas?

_Queremos que seas feliz hija, pero tienes que atender a otras necesidades no solo al trabajo. Necesitas un hombre, alguien de quien te enamores y vivas la pasión del amor.

Con quien te cases y tengas niños, yo quiero nietos. Solo pudimos tenerte a ti y eso siempre me dio tristeza, por eso anhelo que me des nietos. Nietos a los que malcriar y dedicarles todo mi tiempo. Necesito estar entretenida y que mejor que unos nietos. Seríamos los más felices del mundo.

_Mamá por Dios! Dijo Claire llevándose las manos a la cabeza

Tengo que vivir un poco más antes de sentar la cabeza, me veo muy joven para todo eso.

_Pero un noviazgo siempre es largo hija.

_Jajaja, hay mamá, no se qué hacer contigo.

Eso de los noviazgos solo existe en las películas y en los cuentos.

Ahora una mujer se enamora de un hombre y viceversa y si se lo han dicho todo, aunque sea en una semana, se casan.

_Claaro! Respondió Martha. Y al cabo de otra semana se separan.

No hija, yo quiero lo mejor para ti, quiero al mejor, un hombre que te respete y te quiera y que se case contigo por amor y que sepa que los votos de matrimonio no se dan a la ligera.

_Mamá, mamá. Te quiero, lo sabes.

_Hazme caso hija, busca a un hombre, es el momento.

_No tengo a penas tiempo para mi mamá. Y no voy persiguiendo a los hombres por ahí.

_Tranquila cariño, ese hombre está ahí, esperando a que aparezcas y cuando eso ocurra….no hay escapatoria.

Te subirá un calor incontrolable y no podrás pensar más que en otra cosa. Te quitará el sueño y el hambre y entonces sabrás que es él.

Pero para ello hay que salir, que la gente te vea, que murmuren sobre lo guapa que eres y que te conozcan, que sepan de tus logros y quien eres a fin de cuentas.

_Uff…mamá, está bien. Haré todo lo posible por complacerte.

Pero nada de prisas. Todo llegará a su debido momento.

 

Y se abrazaron las dos.