SEDUCIENDO A MI ENEMIGO #02

CAPITULO 20

El vuelo de Wichita a Nueva York llegó a las tres de la madrugada.

Karen y Claire llegaron a su apartamento muertas de sueño, no deshicieron ni el equipaje, según entraron se dirigieron  cada una a una habitación y sin mas se metieron en la cama.

Claire puso su móvil a cargar y lo dejó en silencio, cuando despertara leería todos los mensajes que hubiera, solo esperaba que él la hubiera mandado alguno.

 

El conserje que las vio entrar a las dos recordó lo que Héctor le dijo, que a cualquier hora le llamara si ella aparecía y así lo hizo.

 

Era jueves a medio día cuando se despertó, su madre ya había deshecho las maletas y había colocado todo por los sillones del salón para que posteriormente se colgaran. Había preparado café y unas tostadas que fue lo que la levantó a Claire de la cama.

Se dio una ducha, desayunó y se dispuso a ver todo lo que había grabado en la memoria de su teléfono. Solo llamadas de amigas y fue cuando vio la invitación del Waldorf.

_ ¡Dios mío, tengo que comprarme el vestido!

_ ¿De qué hablas cariño?

_Mamá, mañana viernes tengo un compromiso muy importante, tanto…que mi vida depende de ello. Necesito comprarme un vestido que quite el hipo al hombre que quiero conquistar, que no tenga ojos más que para mí y aún así no se si lo conseguiré.

Su madre la miró con expresión atribulada y como quien no sabe nada de nada…

_ ¿Te estás refiriendo… al hijo menor de los Mackenna?

Los ojos de Claire se salían de las órbitas y se atragantó con el pan.

_ ¿Qué? ¿Cómo dices?

La madre de Claire se acercó a ella y le acarició la cara.

_Hay hija, si vieras la cara que pusiste cuando mencionaron a Héctor, por que así es como se llama, no?

Las preguntas qué hacías a los Mackenna sobre sus hijos, sin querer mencionar en ningún momento a Héctor…una madre se da cuenta de todo cariño, ya lo sabrás cuando tengas hijos.

Claire se puso toda colorada, no esperaba esa resolución de su madre tan rápido y la abrazó.

_Eres muy lista mamá, no se qué haría sin ti.

Y separándose de ella la miró interrogante.

_ ¿Le conoces?

_Si mamá. Trabajo para él.

Me ha encargado la reforma de una mansión señorial en una de las zonas más lujosas de Nueva York.

Pero él ha sabido en todo momento quien era yo, ha jugado conmigo en ese sentido, pero una noche se presentó aquí y …

_No quiero detalles cariño. Dijo Karen levantando las manos.

Me lo imagino querida. Te recuerdo que yo también fui joven.

¿Te gusta?

_Claro que me gusta, a que mujer no, cuando le veas lo comprobarás. Claire se quedó quieta, mirando a la nada.

Karen la cogió de los hombros y la habló como solo una madre puede hacerlo, desde el corazón.

_Veo que hay mucho más de lo que me cuentas.

_No lo se, la verdad es que me tiene totalmente confundida.

Creo que le atraigo, me lo demuestra siempre que estamos cerca, pero es como si fuera una polilla y cuando se acercara a la luz se quemara y huye. No da el siguiente paso.

_¿Quieres que lo de?

_No lo se mamá pero cuando estoy con él siento que si y que si no lo hace…

_Hija, ¿has sentido por un momento que te tiemblan las piernas cuando él está cerca de ti?

¿Has sentido como el corazón galopa sin que tú puedas evitarlo?

_Si mamá, eso me sucede cuando estoy con él. Pero él no ha sentido lo mismo que yo. Se marchó en mitad de la noche, sin despedirse si quiera, sin un beso de despedida. Nada.

Y eso dice mucho.

_Está claro que tiene miedo, lo dijo su madre, recuerdas?

No quiere compromisos, pero tú no eres cualquier mujer a la que él está acostumbrado, tú eres Ollerson y eso significa mucho más que todo lo que él pueda haber imaginado e imagino que a estas alturas ya sabrá que tú eres la dueña de todo un imperio.

_ ¿Qué puedo hacer mamá para que se fije en mi y me ame?

_Cariño, solo hay un modo de cazar al cazador, siendo tú el cebo.