4.- Un lobo oculto entre ovejas

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Al escuchar la voz proveniente de La Primera Sombra, los candidatos presentaron diferentes reacciones inmediatas.

La joven que había intentado matar a Varasloth con su espada llamada Rina y dos humanos más se miraron simultáneamente por una fracción de segundo y asintieron, entonces de manera inmediata partieron en dirección al bosque a una velocidad impresionante sin titubear un solo momento hasta perderse en las sombras el majestuoso mar de árboles.

Ben por otro lado, miró por un momento esperanzado a Varasloth y luego a otro candidato que parecía conocer, pero al no obtener respuesta ni movimiento alguno por parte de ninguno de los dos, suspiró decepcionado y partió también inmediatamente en dirección contraria, hacia otra región del bosque diferente a la elegida por el equipo de Rina.

El resto de candidatos tuvieron diferentes reacciones, algunos optaron por seguir el ejemplo de Ben y el equipo de Rina, avanzando en conjunto pero manteniendo una distancia prudente entre ellos, era evidente que evaluaban constantemente la posibilidad de crear una alianza, pero la poca confianza y los escasos datos que poseían unos de los otros hacía complicada la toma de dicha decisión por el momento, mientras otros avanzaron de manera individual y otros tras realizar ciertos gestos o recitar diferentes versos desaparecieron o se fusionaron con el entorno para perderse de la vista corriente.

Una joven de cabellos dorados, de aspecto torpe y nervioso pareció entrar en pánico y mirar constantemente al rededor intentando buscar ayuda. Al no recibir ninguna correspondencia empezó a trotar lentamente hacía el bosque mientras sudaba rápidamente, era claro que el aspecto físico no era su fuerte.

Al final en la pradera solo quedó Varasloth y una misteriosa mujer encapuchada, la mujer parecía sorprendida de que Varasloth no sé hubiese movido ni adentrado al bosque, por lo que empezó a examinarlo silenciosamente. Por otro lado, Varasloth continuaba observando el cielo y la tierra, con detenimiento se agachó, tocó el gras con sus manos y arrancó un poco, se lo llevó a la nariz y lo olió.

Luego, miró al cielo y en ella apreció cada una de las nubes que en su profundo azul divagaban y sonriendo trató de identificar cada una de las formas que estas podían presentar o asimilar.

Finalmente, tomó asiento en el suelo con las piernas cruzadas y empezó a respirar profundamente, cada respiración era diferente y estás carecían de un ritmo homogéneo, algunas eran cortas y veloces, como suspiros, otras eran profundas e intentaban abarcar todo el aire posible en sus pulmones para luego ser exhaladas lentamente. De esta manera Varasloth permaneció varías horas realizando diferentes actividades y acciones sin aparente sentido, desde probar la tierra con su lengua hasta cavar un pozo en el suelo y enterrarse asimismo durante varios minutos para luego salir saltando con facilidad.

De esa manera el tiempo transcurrió y el astro rey se ocultó, la blanca luna tomó dominio del firmamento y las estrellas surcaron por los cielos.

Por otra parte, la joven encapuchada que había estado observando desde el inicio a Varasloth se llevaba las dos manos al rostro para ocultarlo de vergüenza. —"Pensé que él podría ser interesante, pero es solo un idiota, ahhhhhhhh!,— suspiró desalentada—Tal vez no es tan malo equivocarme de vez en cuando..., hace tiempo que necesitaba una lección de humildad para evitar que mi talento y orgullo se conviertan en egocentrismo y vanidad, — se dijo así mismo para reconfortarse—si termino como esos idiotas elitistas, padre preferirá que me suicide antes que reconocerme como su hija... aunque siempre había estado orgullosa de mi habilidad de juzgar el talento de las personas, supongo que siempre hay una excepción"—, se dijo así misma

Pero cuando la joven se preparaba para retirase indiferentemente, Varasloth quién había estado rodando cual pelota por una colina se levantó sonriendo y empezó a estirarse, luego tomo asiento en el suelo nuevamente, pero esta vez había algo diferente en su postura, presencia y predisposición, lo cual no pasó desapercibido de los agudos ojos de la joven.

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