Varasloth miraba cautelosamente al guardia que se acercaba hacia él. En sus manos, el elemental de tierra portaba una gema cristalina, la cual probablemente sería el medio para analizar su posible linaje demoníaco.
Una duda empezó a formarse en el interior del demonio, si bien no poseía literalmente sangre demoníaca, el concepto de demonio, como raza, como ser y como denominación dependería siempre el contexto donde los hechos ocurriesen.
Por ejemplo, un humano capaz de asesinar a sus padres e hijos, a su aldea y amante, ¿Sería un demonio? Era muy probablemente que sus congéneres lo denominaran así en son de insulto o repudio.
¿Una bestia colosal y salvaje, sedienta de sangre? La lógica era similar.
Varasloth había obtenido de los recuerdos de Yasa y sus dos subordinados, la información referida a la invasión continental, más el concepto de demonio per se y lo que esto abarcaría, era ajeno para ella.
¿Mediría la roca si por sus venas corría literalmente sangre demoníaca? ¿O quizás determinaría su naturaleza?
El demonio desconocía la funcionalidad de la gema y carecía del tiempo y recursos inmediatos para poder analizarla, era una apuesta arriesgada. Quizás para los elementales de tierra, una quimera se encontraría incluida en el concepto de demonio o monstruo.
Sin que nadie se percatase, Varasloth empezó a reunir mana en sus dos poderosas pero actualmente pequeñas piernas, así como en su espalda, específicamente en las secciones donde sus draconianas alas se encontraban replegadas y ocultas.
Si la situación lo ameritase, debía estar preparado para escapar a toda velocidad.
Los guardias y los demás observadores, no representaban un peligro real para el demonio, más la falta de información y el entendimiento del poder que los mencionados ancianos de la ciudad poseía, lo forzaban a ser cauteloso.
— ¿Puedes entenderme? —, preguntó el guardia elemental que lo saludó con una inesperada sonrisa. Más era evidente que su actitud y amable apariencia encontraba razón en el respeto que poseía por Yasa y un claro intento de ganarse el favor de la hija del Señor de la Ciudad. La actuación hipócrita se confirmaba cuando sutilmente, el guardia miró a sus demás compañeros quienes captaron la intención manifestada y rodearon silenciosamente de manera discreta a Varasloth, posando sus manos sin llamar la atención, en sus respectivas armas.
Varasloht asintió y el guardia elemental acercó la gema frente suyo, — Derrama una gota de tu sangre sobre la piedra, por favor. — dijo amablemente.
El demonio decidió probar su suerte, al fin y al cabo, en el peor de los casos solo tendría que escapar y buscar otra forma de ingresar a la ciudad. Con la ayuda de una aguja proporcionada por otro guardia se hincó uno de sus dedos para permitir que una hermosa gota carmesí brotara como un rubí líquido para descender finalmente a la gema cristalina.
Sin embargo, aunque nadie lo supiese, Varasloth había tenido que retraer una de las escamas que cubría su dedo a voluntad, evitando que alguien lo notase, dado que en el supuesto contrario, hubiera sido extremadamente difícil explicar la razón del por qué la aguja e incluso cualquiera de las espadas de los elementales presentes, no habrían podido siquiera realizar un rasguño en su impenetrable armadura natural.
La gema inmediatamente empezó a brillar en diferentes tonalidades, lo que causó sorpresa en los presentes. Inclusive Yasa y sus subordinados, que poseían memorias implantadas y mensajes subliminales de brindar apoyo incondicional a Varasloth, no pudieron evitar mostrar estupefacción.
Rápidamente el guardia retrocedió velozmente y alzó su mano en son de comando. Todos los demás guardias desenfundaron sus armas mientras miraban atentamente la gema que continuaba cambiando de tonalidad y de intensidad sin cesar. Era claro que esperaban la confirmación de la gema, más dado el inesperado y nunca antes visto resultado, no se permitían bajar la guardia.
ESTÁS LEYENDO
El Heraldo Del Conocimiento
Viễn tưởng¿Quién esperaría que la más grande sombra de los tiempos se escondiese a plena vista, a los pies del faro que ilumina las edades? La ciudad sagrada de Searyn, capital del Imperio Saeriano, se alza en los cielos, resplandeciendo con el brillo de su g...