26.-El prisionero inesperado

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Varasloth sonrió intrigado, estaba claro en este punto que la mujer era la líder del equipo, contrario a lo que el patriarca y los ancianos en su limitada concepción e imaginación habrían presumido.

El demonio había considerado dicha posibilidad en el momento en que el anciano Jomei comunicó la ficticia situación a los demonios capturados. Los tres demonios masculinos ni siquiera emitieron un solo sonido, cada uno de ellos de forma muy reservada observó inmediatamente a su líder esperando la respectiva indicación, cuando la mujer optó por no hacer comentario alguno, los tres hombres siguieron mecánicamente su actuar.

Dichas acciones habían escapado de la vista de los elementales, pero los agudos ojos de Varasloth y sus avanzados conocimientos en la psicología social y conducta corpórea, le permitieron descubrir la verdad oculta en la ilusoria apariencia del equipo.

—Te ves calmada, para alguien que puede perder su cabeza en cualquier momento, no logro entender si es ignorancia o estupidez. Cuéntame niña, ¿Qué deseas decir?—

La mujer pareció tambalearse ligeramente ante lo extraño de la situación y pareció muy incómoda al escuchar que el niño se refería a ella como "niña".

—En primer lugar dime, ¿Quién eres? Claramente no eres un demonio y tu apariencia de niño es engañosa de igual manera. Los elementales de tierra parecen desconocer evidentemente tu naturaleza y tus capacidades, en el salón solo te aferrabas temblorosamente a las piernas de esa elemental de acero, más ahora con una facilidad incompresible nos has encontrado, ingresaste a una prisión resguardada y congelado el tiempo y el espacio sin ser detectado en la sección de máxima seguridad del calabozo de la famosa Ciudad de Dumin.— preguntó cautelosa la mujer.

El demonio sonrió y exclamó, —Mi nombre es Varasloth.—

Una sensación abrumadora e imponente inundó el salón y un gélido escalofrío recorrió horriblemente la espalda de los cuatro demonios. Instintivamente los tres demonios masculinos intentaron nuevamente ponerse delante de su líder en son de precaución, más la mujer, empapada de sudor, temblando de igual manera, los detuvo nuevamente.

—¿Qué hiciste? ¿Qué es esa sensación aberrante que siento en mi interior?— preguntó temblorosa.

Varasloth simplemente levantó los hombros, —Preguntaste quién soy, y mi nombre de la forma en la que me identificó, viene ligado a lo que represento. Lidien con eso más tarde, es mi turno.— Si bien Varasloth no había utilizado ninguno de sus conceptos, la pronunciación de su nombre implicaba la manifestación de su ser y para seres de un plano menor, continuaba siendo fatigoso.

—¿Quiénes sois? ¿De dónde venís? Y por último, ¿Cómo llegó al continente demoníaco? Exactamente con la familia real o imperial.— preguntó directamente el demonio. No contaba con mucho tiempo.

Por los ojos de la joven, una expresión de pánico surgió, —Espera, no has respondido mi pregunta. No he preguntado tu nombre, sino ¿Quién eres? ¿Por qué hiciste que nos capturaran? Y ¿Por qué quieres llegar al continente demoníaco y que planeas con la familia imperial?—

Varasloth se llevó las manos al rostro frustrado, estos eran los aristas negativos de permitir mantener a sus fuentes de información la conciencia y cordura.

—Manifestación del Concepto de Antaño.—

Una sensación indescriptiblemente horrible llena de odio, desesperación, soledad y locura inundó la habitación, los tres demonios masculinos cayeron inmediatamente al suelo, sus ojos desgarradoramente intentaban girar en sus propias cuencas oculares ante la demencial emoción que sentían recorrer sus cuerpos.

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