19.- El anillo negro

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Una vez Nina recuperó su fuerzas y regresó a su estado óptimo, el par se acercó sigilosamente hacía los ruidos que provenían de una evidente batalla.

Increíblemente, las palabras de Nina en su presentación no fueron vanas, su unilateral promoción como experta de las artes de espionaje, vigilancia y rastreo eran, para asombró de Varasloth, reales.

Mientras los dos iban adentrándose al clamor de la batalla, Varasloth pudo empezar a sentir diferentes corrientes y pulsaciones mágicas en el entorno. Era claro que los participantes del encuentro, o al menos uno de ellos, habían tomado las precauciones necesarias para evitar la intervención de invitados no deseados.

Varasloth fácilmente podría haber evadido tales sensores o haberlos destruido sin más para avanzar contra todo a su paso, pero Nina planteaba otra perspectiva. La joven delicadamente y con gran habilidad, podía desarmar los sensores mágicos y diseñar rutas alternas que por la compleja mente de Varasloth no habría sido consideradas.

Tras desactivar todos los sensores, lograron finalmente apreciar la formidable batalla que se alzaba delante suyo.

Un elfo, de tez muy oscura, que portaba una túnica púrpura con una capucha finamente bordada con adornos negros y blancos flotaba en el aire velozmente mientras esquivaba diferentes ataques de lo que parecía ser un gran sapo, contraatacando a su vez, con diferentes hechizos elementales de oscuridad, que parecían tener la particularidad de poseer un potente efecto corrosivo y de putrefacción.

El sapo por otra parte, quien mantenía una cierta forma humanoide simplemente vestía unos pantalones cortos, dejando al descubierto su fornido pecho. Su piel era de un color verdoso y morado las cuales variaban constantemente de color y se movía con gran agilidad y potentes impulsos provenientes de sus poderosas piernas.

—Creo que es el momento de que me cuentes ¿Qué fue exactamente lo que te robaron y debemos recuperar? — susurró Varsloth al oído de Nina.

La joven manifestó una expresión complicada al escuchar la interrogante y tras meditarlo por unos segundos, comentó —Es un anillo negro con una piedra incrustada.—

Varasloth entendió que la joven mostraba cierto recelo a explicar las habilidades o función del anillo y aunque su innata curiosidad le exigía preguntar y conocer sus características optó por cerrar el tema, pues no era importante por el momento y porque la indagación de dicha información no era parte del trato que había formado con Nina.

De repente, el elfo paro de evitar los ataques del sapo y rugió enfurecido —¡Emerson! Para esta tontería, ni siquiera sabes la utilidad del anillo ¿Para que lo quieres?—

El sapo, cuyo nombre había sido revelado, exclamó de igual manera furioso —No me vengas con esas estupideces Optal, tú tampoco sabes para que sirve. Pero ambos conocemos que la calidad y detalle con los que fue manufacturado, indican claramente que es un artefacto divino, solo he visto a mi maestro usar esa clase de artilugios por lo que no debe ser un anillo ordinario !Entrégamelo o no pararé!—

El elfo, Optal, pareció reacio a la propuesta de paz ofrecida por Emerson. En efecto, desconocía la utilidad del anillo, pero su calidad la hacía digna de poseer e incluso de ofrecérsela a su maestra por lo que no podía permitir que Emerson se lo arrebatase.

Varasloth al escuchar la curiosa conversación volteó a mirar con intriga a Nina.

La joven, al advertir que el valor del objeto había sido revelada crudamente, sonrió incómodamente y le susurró —Sí es un artefacto divino, pero los dos imbéciles están equivocados. No tiene función alguna más que la de servir como comunicador y detector para con cierta persona especifica. Tanto para ellos como para ti, es completamente inútil. Así que no me mires así.—

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