Capítulo 2

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Cinco años después

—¿Han visto a Kayla? —La Alfa de la manada pregunta a los guardias por su hija, pero estos responden con una negativa.

Layla camina preocupada buscando a su hija, su instinto le dice que se va a meter en problemas y conociéndola seguramente será así, su cachorra suele estar metida en un lío, algo que heredó de ella sin dudas; lo que no heredó de ella fue su perfil físico, pues recibió las características de Alexis, esposo de Layla y padre de la menor.

La hija de estos dos resultó ser una linda joven de pelo rubio cenizo y preciosos ojos verdes oscuro; sus ojos verdes fueron el resultado de algo maravilloso, pues cuando Alexis se hizo el Mate de Layla, el licántropo recuperó sus profundos ojos verdes, que a su vez se reflejaron en la cachorra que ambos tuvieron después.

Mientras Layla camina por la manada ve a los mellizos de ojos azules y su ceño se frunce, ellos ya deberían haberse ido.

—¡Lucas, Loki! ¿Qué hacen aquí? Van a llegar tarde —Les regaña cuando pasa por su lado.

—Disculpe, se nos hizo tarde, Alfa —Se disculpa Lucas, y Loki le da una mirada de disculpa antes de que ambos salgan de la manada hacia su destino.

—¡Tía Layla! —La voz de un joven que reconoce de inmediato hace que detenga su andar.

—¿Marcos? ¿Tampoco te has ido? —Pregunta al hijo de Ángel y Raquel, él joven licántropo heredó el nombre del fallecido mejor amigo.

—Esperaba irme con Kayla —Admite el más joven.

—Quisiera saber yo, dónde se encuentra esa muchacha —expresa al medio pelirrojo, un poco de molestia se filtra en su voz.

—Bueno, yo no quiero llegar tarde, pero de camino a la institución voy a dar un vistazo por los alrededores —menciona con una sonrisa.

—Te lo agradecería.

—Nos vemos por la tarde.

—Cuídate, Marcos Miguel —Le despide llamándolo por sus dos nombres, agradeciéndole una vez más a Ángel que le pusiera a su hijo como segundo nombre, el nombre de su padre.

—Alfa ¿Qué pasa? —Pregunta un miembro de su manada despreocupado acomodándose su reloj.

—¿Has visto a Kayla? —Pregunta directamente.

—No, tengo rato que no la veo; creí que ya estaba en camino —Admite con sinceridad y Layla suelta un suspiro de frustración.

—Estoy preocupada, no me avisó cuando se fue y si no me avisa cuando sale es porque se meterá en un gran problema.

—Tranquila, Lay, todo va a salir bien —Está vez habla con dulzura, tratando de calmar los nervios de su Alfa y amiga de años.

—Sí, todo saldrá bien —Layla sonríe, pero su sonrisa se borra al darse cuenta de algo importante— Antoni ¿Qué haces aquí? —Le llama por su nombre haciendo que el susodicho trague grueso.

En los últimos años él ha cambiado mucho, ya no quedan rastros de aquel adolescente tierno, ahora es un licántropo fuerte e inteligente, él es el más rápido de la manada y es uno de los que lleva el liderazgo junto con Alexis y por supuesto, la Alfa Layla. Sin mencionar que ahora es un joven adulto muy guapo de ojos y pelo achocolatados.

—Yo no estoy aquí —Asegura comenzando a alejarse.

—¿Puedes echar un vistazo por el bosque antes de llegar? —Pide al ver como Antoni se aleja.

—¡Claro! —Accede y luego lo pierde de vista.

—Alexis ¿Kayla está contigo? —Pregunta a su Mate por la conexión que tienen e inconscientemente se toca la marca que lleva en el cuello.

El Bosque LeinadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora