Capítulo 3

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Antoni es uno de los líderes de la manada, con Layla como la Alfa y su esposo Alexis como su mano derecha, Ángel y Antoni son los licántropos más poderosos después de ellos. Por eso pusieron a Antoni como representante principal de los licántropos en la institución y mientras camina en dirección a esta no puede evitar prestar atención a los jóvenes que están detrás de él.

Los seis caminan a distancias prudentes, por no decir alejadas, intentando estar lo más lejos de la otra especie sin llegar a ser tan obvios. Los gemelos vampiros van uno al lado del otro, en el medio está el brujo tratando de caminar lo suficientemente lento para alejarse de los vampiros y lo suficientemente rápido para mantener distancia con los dos licántropos que caminan atrás; Antoni dirige el grupo desde el frente.

El brujo siente como uno de los licántropos acelera el paso hasta estar a su lado y traga pesado al darse cuenta que se trata de la chica, ella solo se limita a caminar al par del brujo sin decir palabra, no tiene mucha idea de cómo comenzar una conversación con un brujo.

—Di algo —Le reprocha su loba, al notar que ninguno de los dos puede empezar la conversación.

—¿Qué quieres que diga, Kiari? —Pregunta un poco nerviosa.

—Que se yo, habla del clima —sugiere.

—¿Del clima? ¿En serio?

—Disculpa por eso —Habla por fin el castaño con voz un poco ronca, señalando la herida que le había hecho con anterioridad a Kayla y sacándola de la conversación con su loba.

—Ah, no te preocupes —Le resta importancia viendo como ya la herida en el brazo se está comenzando a cicatrizar, escucha el brujo carraspear su garganta.

—¿Te enseño un truco de magia? —Una sonrisa traviesa se posa en los labios del chico mirando de soslayo a la licántropa.

—Vale —Accede sopesando la idea, ambos se detienen y el castaño le pide el brazo.

—¿Qué le harás? —Interroga de forma desconfiada el otro licántropo alcanzando al par.

—Un truco de magia —dice de forma simple—; cierren los ojos —Pide a ambos, Kayla los cierra con una sonrisa y el licántropo de orbes azules le imita con un poco de desconfianza—, cuenten hasta tres.

—Uno —Comienza ella, sintiendo un poco de ardor en su herida.

—Dos —Le sigue el licántropo abriendo un poco un ojo.

—Tres —Termina el castaño soltando el brazo de la chica.

—Increíble —expresa ella cuando abre los ojos, se acerca su brazo lo más posible a su rostro y le pasa su otra mano varias veces.

—De verdad la curaste, asombroso —admite el licántropo admirando el brazo de su amiga y notando que no quedó ninguna cicatriz. Ambos ven como el brujo siguió caminando dejándolos atrás.

—¡Oye, gracias! —Una vez que le alcanzó no dudó en agradecerle por curarle la herida.

—No es nada, discúlpame por tu herida, no quise lastimarte, pero todo estaba muy...

—Intenso —Termina el pelirrojo por él, al ver que dejó la frase en el aire.

—¿Cómo lo hiciste? —Pregunta la licántropa mirándole curiosa, el castaño que se encontraba en el medio de ambos sonríe.

—Un mago nunca revela sus secretos —dice abriendo la palma de su mano donde se encuentra el anillo que traía la licántropa.

—¡Guao! —Exclamaron los dos al ver eso, lo que más les sorprendió fue que el anillo se encontraba en la mano izquierda cuando fue el hombro derecho el que se lastimó.

—Mi mamá también dice eso —Recuerda la chica volviendo a colocarse el anillo—, «un mago nunca revela sus secretos».

—¿Tu madre? —El ceño del castaño se frunce en confusión.

—Su madre es la Alfa de la manada —explica el ojiazul.

El mago solo asiente con la cabeza recordando que Antoni lo había dicho.

—Por cierto, soy Kayla —Se presenta al darse cuenta de que no lo había hecho.

—Yo soy Marcos —El licántropo también se presentó extendiendo su mano al brujo.

—Me llamo Daniel —Correspondió al saludo con una sonrisa simpática.

—¡¿Y ustedes dos?! —Pregunta Kayla a los gemelos que estaban al frente y que estuvieron escuchando la conversación.

—Que te importa —responde el rubio deteniendo su andar y girándose para encararlos, sus ojos se vuelven rojos y Kayla gruñe en respuesta, dejando que sus ojos tomen el mismo color.

—Yo soy Nadia y él es mi hermano gemelo Aidan —La vampiresa que al parecer parece más social que su hermano se presenta por los dos abrazando a su hermano por el hombro.

—Un placer, Nadia, seguramente ya lo sabes, pero yo soy Marcos —habla el licántropo imitando la acción de la vampiresa en Kayla, evitando que esta se lance sobre el vampiro—, él es Daniel —Señala al susodicho— y ella es Kayla ¿Verdad que es un placer Kayla?

—Sí, es un placer —Sisea la licántropa en un gruñido despegándose de Marcos y manteniendo la mirada en el vampiro.

—Para nosotros también es un placer ¿Cierto hermano? —La mirada amenazadora de la vampiresa cae en el susodicho.

—Es todo un placer —dice de la misma forma que Kayla entre dientes mostrando sus colmillos ganándose otro gruñido de la licántropa.

—Será mejor que sigamos caminando —menciona el brujo notablemente incómodo y soltando una risa nerviosa.

—Tienes razón, sigamos caminando —Concuerdan Marcos y Nadia al mismo tiempo llevando por los hombros Kayla y Aidan respectivamente.

Mientras caminan de alguna forma Daniel logró escabullirse hasta caminar al lado de Antoni, quien los guía, dejando que los otros cuatro se las arreglen como puedan; Kayla y Aidan quedaron en medio de Marcos y Nadia quienes hablan como amigos de toda la vida y los primeros mencionados se miran con ganas de matarse soltando pequeños gruñidos.

—Desde que tenga la oportunidad te voy a matar, perra —murmura Aidan mostrando sus colmillos.

—¿Por qué no lo haces ahora, pálido? Eres un cobarde chupa sangre ¿Acaso te da miedo lo que diga tu hermana? —Gruñe Kayla provocándolo.

—Cuando acabe contigo, voy a ir por tu amiguita y me tomaré cada gota de su sangre —Amenaza chocando su hombro con el ajeno debido a la cercanía.

—No si yo te descuartizo primero —Imita la acción anterior empujando el hombro ajeno.

—¡Llegamos! —La voz grave de Antoni les detiene antes de que arremetiera con el contrario.

Todos se detienen mirando el gran edificio que hay al frente, los olores a brujas, vampiros y licántropos combinados unos con otros se hace presente, logrando que se cree un aroma único, los ojos de Aidan y Kayla vuelven a su estado natural e inconscientemente sonríen al ver seres de las tres especies caminando al mismo lugar.

—¡Guao! —Expresaron los cinco jóvenes al mismo tiempo.

—Bienvenidos a La Institución Vamjalican.

El Bosque LeinadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora