Capítulo 21

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Las rosas rojas pitan el oscuro bosque dándole un toque de vida y color, el paisaje es sombrío y a la vez elegante, pero Kayla no disfruta lo que tiene a su alrededor, sus ojos están fijos en quien tiene al frente, Daniel luce un aspecto diferente, su pelo ya no tiene el color caoba de siempre, ahora es negro azabache y sus ojos brillan con rojo ardiente.

—Conozco una historia —Comienza a relatar el varón—, es de una pequeña licántropa que un día decide entrar al Bosque Leinad con una careta de cartón pensando que los monstruos no la atacarían si llevaba el rostro cubierto —Kayla se quedó pálida con las palabras de Daniel—. En esta historia también está un gran lobo negro azabache.

—No —Susurra Kayla dando un vistazo rápido al pelo de Daniel que tenían el mismo color que acaba de describir.

—Sus ojos rojos parecían flamear como lenguas de fuego —Siguió diciendo.

—No —Volvió a susurrar Kayla negando con la cabeza al ver como los ojos de Daniel flameaban como llamas ardientes.

—En la historia también hay un incendio —Daniel levantó el collar para que quede a la vista de Kayla—, en el incendio la vida de la niña corrió peligro así que el lobo la sacó del Bosque Leinad, pero antes de irse le dejó una rosa que ya se estaba quemando —Daniel hizo una pausa—. Para no olvidar lo que pasó en el Bosque Leinad, la niña hizo un collar con uno de los pétalos —Volvió a poner el collar en la palma de la mano de Kayla—, y por cierto te quedó muy bonito.

Los ojos de Kayla ya estaban cristalizados y se negaba a levantar la cabeza.

—¿Recuerdas el nombre del lobo que te salvó la vida, Kayla? —Pregunta en un susurro.

—Yeykup —musito la licántropa.

—Me alegra que recuerdes el nombre de mi lobo, Kayla —Daniel se acercó a su oído—. Recuerda siempre el mío también, es Khytar.

—No... es imposible que seas tú —Comienza a decir Kayla con lágrimas en los ojos—, tú no puedes ser el licántropo que me salvó cuando era niña, eso fue hace años y tú... tú solo tienes...

—¿Sigues pensando que soy el amigo que conociste hace cuatro años? —Le pregunta girando los ojos— Tengo más de treinta —Le guiña el ojo.

—Pero... no entiendo ¿Qué es lo que está pasando? —Expresa sus dudas con el ceño fruncido.

El licántropo se acerca a ella despacio, en sus labios se planta una sonrisa y extiende su mano para tomar el rostro de Kayla con suavidad. Kayla está confundida, no comprende bien lo que está pasando, pero a sus ojos solo ve a Daniel, su mejor amigo brujo y su secreto enamorado, también ve a Khytar, el licántropo que la salvó del incendio cuando era niña. No encuentra peligro ahí.

—Es simple, Kay —Comienza a responder el licántropo a las preguntas de Kayla. Su mano que sujetaba el rostro de la licántropa se mueve hasta llegar al cuello de esta, mientras termina de responder:— venganza.

Khytar empieza a apretar el cuello de Kayla y ella con sus manos intenta zafarse del agarre ajeno, pero no lo logra. El atacante la arroja contra el suelo, ella pone sus manos para evitar golpearse la cabeza.

—¿Venganza? ¿A quién?

—Tu madre —responde su pregunta una vampiresa. De entre los árboles sale caminando una figura delgada, es una vampiresa.

—¿Quién eres? —Pregunta Kayla sin saber quien es el nuevo personaje.

—Soy Marcy, y era la mejor amiga de Natalia, seguro recuerdas ese nombre, ¿verdad? —La vampiresa se acerca a ella con el ceño fruncido— Tu madre la mató, y el hijo de Natalia, viene a reclamar venganza.

El Bosque LeinadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora