Cap. 15: El día siguiente

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La castaña se estiraba entre sus sábanas después de una buena noche de sueño y algo llamó su atención; abrió de a poco sus ojos para darse cuenta que estaba sola en su cama, miró a su alrededor y la ropa del peliblanco tampoco estaba ahí. Se sentó en la cama y suspiró decepcionada, se sentía bastante ingenua, era de esperarse, si después de todo, entre los dos era sólo sexo. Fue una buena noche y pensó que había sido diferente, pero al parecer se equivocó. Había sido sólo eso, al fin y al cabo había sido sólo una noche más.

Quizás así era mejor.

No... Definitivamente así era mejor, estaba haciendo una estupidez al ilusionarse por alguien como él.

Frotó sus ojos con sus manos, escuchó ruido en la cocina y se levantó de la cama, se puso un short de pijama y una polera para ir a saludar a su amiga que probablemente había llegado esa mañana mientras ella dormía.

Salió de su habitación y el olor a café recién preparado llegó a su nariz, eso la hizo sentir de mejor ánimo.

¿Kagome? 

No obtuvo respuesta, lo que la hizo sentir algo nerviosa.

Llegó a la cocina y no pudo evitar abrir sus ojos por la sorpresa. Su peliblanco estaba ahí, sentado en una silla, bebiendo café y revisando su celular.

- ¿Sesshomaru? ¿Qué haces aquí?

- Duermes mucho Rin...

Rin le sonrió ampliamente con sus mejillas sonrojadas.

- Pensé que te habías ido... - Le dijo sintiéndose extrañamente aliviada de que él siguiera ahí. 

A quién quería engañar... en el fondo todo lo que deseaba es que él no se hubiera ido... Al parecer lo que sentía por el peliblanco era más fuerte de lo que ella se atrevía a admitir y eso le causaba bastantes conflictos. 

 Y la verdad es que él no pudo marcharse, realmente no entendía por qué, pero no pudo alejarse de ella, algo de esa castaña lo atraía como un fuerte imán y quizás mucho más que eso, porque ahora que la veía ahí, con esa hermosa sonrisa de oreja a oreja, en el fondo se alegraba de haber permanecido a su lado.

- ¿Por qué estás tan vestido?

Sesshomaru arqueó una ceja. Le causó algo de diversión su comentario y la expresión de confusión que aún tenía en su rostro.

- No sabía si tu amiga había llegado aún, no quería asustarla paseándome sin ropa por tu casa... - Rin no pudo evitar reír al imaginarse esa escena. - ¿A qué hora tienes que ir a trabajar al restaurante?

- Aún me quedan un par de horas.

- Entonces supongo que tu desayuno aún puede esperar un poco más. 

- ¿Por qué...? - Sesshomaru se paró y la cargó sobre su hombro como si no pesara nada. - ¡¡Ahhhhh!! ¡¿Qué haces?! 

- Te ves exquisita en esos shorts. 

- ¡Sesshomaru! - Le dijo riendo extremadamente sonrojada.

Caminó con ella hasta su habitación y con cuidado la dejó caer en su cama, donde la hizo suya una vez más, recorriendo todo su cuerpo con besos y caricias, grabando cada una de sus curvas en su mente y en sus manos, entre el sudor y los gemidos de ambos que inundaban la habitación. 

- Dioses... Sesshomaru... es demasiado, es demasiado para mi... - Jadeaba la castaña con dificultad y su voz entrecortada al sentirlo entrar y salir de ella con estocadas tan profundas que llegaban a ser casi dolorosas, pero un dolor verdaderamente delicioso, al que fácilmente podría volverse adicta. Es que nunca antes había disfrutado tanto del sexo como con él, era como si sus cuerpos conectaran a la perfección, como si estuviesen hechos el uno para el otro. Cada movimiento, cada caricia y cada gesto de él causaban una tremenda sensación de excitación y placer en la castaña.

Él dejaba escapar roncos y suaves gemidos, que la hacían sentir aún más excitada, lo encontraba jodidamente sexy. Él apretaba sus muslos y caderas con fuerza, aumentando la velocidad y la profundidad de sus estocadas, sus agarres eran tan firmes, que seguramente dejaría marcas en su cuerpo, pero ni uno de los dos podía pensar en algo más, que simplemente dejarse llevar por el momento.

Los suaves jadeos de la castaña comenzaron a hacerse cada vez más rápidos y más fuertes, él podía sentir como aprisionaba su miembro indicándole que el momento había llegado y se dejó llevar junto a ella, explotando en placer.

- Qué agradable manera de despertar. - Susurró Rin sonriendo con sus mejillas aún sonrojadas por la excitación. 

Él sonrió levemente de lado al escucharla mientras caminaba hasta el baño. Cuando regresó, Rin se levantó y fue su turno de ir a asearse, tomó una ducha y salió vestida con su uniforme de trabajo.

Sesshomaru la miró de pies a cabeza, haciéndola sonrojar nuevamente.

- ¿Qué tanto ves? - Le preguntó divertida al ver que él no despegaba su mirada.

- Desde la primera vez que te vi con ese uniforme que he tenido serias fantasías contigo.

- ¡Sesshomaru, pervertido!, tenía 16 la primera vez que me viste...

- Mirar no hace daño.

Rin le tiró su polera de pijama en la cara. Él se acercó y la tomó en sus brazos por la espalda. La apegó tanto a él que Rin gimió al sentir su miembro endurecerse contra su trasero. 

- Sesshomaru... no tengo más tiempo, tengo que ir a mi trabajo, no puedo llegar tarde. 

Él suspiró frustrado y la dejó ir. Rin sonrió divertida y lo besó tiernamente en su mejilla.

- De verdad aún no entiendo cómo me recuerdas de hace 5 años, de verdad pensé que estabas inconsciente.

- Lo estaba... casi, sólo tengo recuerdos borrosos, pero nunca olvido nada... menos que una mujer jodidamente hermosa me haya llevado hasta mi departamento sólo por buena voluntad. - Rin lo miró sonrojada. - ¿Te gusta trabajar ahí?

- Mmmmh, la verdad es que no, no tanto.

- ¿Por qué no renuncias?

- Pagan bien. Ya se me está haciendo tarde, tengo que salir...

- Le hablé a Jaken para que venga a buscarme, te pasaré a dejar, así que te quedan algunos minutos para que comas algo antes de salir. 

- Gracias... Sesshomaru, sobre eso...

- ¿Qué?

Rin suspiró algo decaída e indecisa. 

- Creo que no es tan buena idea que nos vean juntos, si tu madre o alguien en la universidad sabe que me acosté contigo, podrían rechazarme la pasantía o echarme de la universidad... 

- Hmp. Supongo que tienes razón. Bueno, déjame llevarte ahora y ya veremos qué hacer después. 

- ¿A qué te refieres? 

- No voy a alejarme de ti si eso es lo que piensas. - Tomó delicadamente su mentón, levantando su mirada y clavando sus intimidantes ojos dorados en los suyos, le habló casi rozando sus labios - Eres mía ahora, Rin.


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