Destinados

Cap. 40: Corazones rotos

Perfecta...

Seguía escuchando ese suave susurro en su cabeza como si él estuviera parado al frente suyo.

Estaba enojada... ¿Por qué le había hablado de esa forma?¿Qué hubiese pasado si hubiese sido el doctor quién los hubiese encontrado?

¿Qué hubiese pensado?

Bueno, nada muy alejado de la realidad seguramente... Y no podría hacerle algo así, no podría romperle el corazón, porque ella sabía exactamente cómo se sentía. Pero tampoco podía seguir así... No era justo para él... Suikotsu no había sido más que bueno con ella y no se merecía los restos de un corazón incompleto... Y  al parecer, eso era lo único que ella podía entregarle.

Estaba muy enojada. Pero más que enojada con él, estaba enojada consigo misma. ¿Por qué no podía resistirse a él? ¿Por qué cada cosa que él hacía la dejaba tan descolocada? ¿Por qué tenía que sentir esa maldita electricidad y ese cosquilleo en todo su cuerpo cada vez que lo tenía cerca?

¿Y cómo se atrevía a decirle algo así estando con alguien más? ¡Con una modelo!, distinguida, seria, con clase... Sofía sí era perfecta... La mujer perfecta para él.

¿Y por qué pensar en eso le molestaba?

La castaña dejó caer su cabeza sobre su escritorio con su mente hecha un lío, hasta que sintió a alguien tocar su puerta.

Levantó su cabeza, arregló su cabello y respiró profundo.

- Adelante... - No pudo evitar abrir sus ojos con sorpresa al ver a quién entró por esa puerta. - Sessh... Señor Taisho. ¿Qué hace aquí?

- Vine a agendar una reunión contigo y Hakudoshi. 

Rin lo miró con sus ojos entrecerrados.

- No era necesario que viniera hasta acá para eso. Puede llamar para agendar su reunión.

- Si, bueno... Además quería hablar contigo.

- ¿Sobre qué?

- Sobre lo que pasó en la boda.

- No recuerdo lo que pasó y me gustaría que se quedara así. No hay nada que conversar.

- Rin...

- ¿Qué? Bebí de más y supongo que tú también, eso es todo.

- No bebí de más, es verdad lo que dije y no me arrepiento si es lo que esperabas escuchar.

- No sigas, Sesshomaru. ¿Sabes? ¡Es que no puedes!, no puedes andar por ahí diciendo esas cosas. - Dijo molesta. 

- Pensé que no recordabas lo que pasó...

- ¡Claro que lo recuerdo! Quizás tú estarás acostumbrado a tratar así a otras mujeres estando en una relación, pero yo no... No puedo hacer esto.

- Sabes perfectamente que jamás he tratado a nadie de la forma en que te trato a ti, Rin.

- ¡No me digas esas cosas!

- Es la verdad.

- Estás con alguien más, Sesshomaru... Creo que es mejor que te vayas, ¿Qué esperabas viniendo acá de todas formas?

- No quiero que pienses que estoy jugando contigo...

- No debería importarte lo que pienso.

- Rin, ya deja esa actitud... Sabes que me importa, más que cualquier otra cosa.